La luz de mi oscuridad.

Prólogo.

Flashback. Verla así me mata. Con ______ tratamos de ser fuertes, pero Avalanna apenas sonríe, sus ojos no tienen vida y la enfermedad avanza. Yo no sé cómo describir estos sentimientos, cuando ella se fue sentí que mi mundo se venía abajo, no podía articular ninguna palabra, quede completamente atónito. Yo viví esos últimos cinco meses de su vida con ella, suministrándole los mejores tratamientos y los mejores médicos. Ya no podían hacer nada, su enfermedad es muy grave, la consume día a día. Ahora tiene poder en ella. Sólo me queda verla, cantarle y decirle que soy su esposo. Admiro lo fuerte que es, la valentía que posee que es una valentía que no todos tienen. Llegaba el día, ese día, me desespera saber que puede ser que ese día sea hoy, tal vez falten minutos o segundos o pueden qué horas o semanas... Nadie lo sabe. -Justin, tienes que descansar.- escuche esa voz y fije mis ojos en ella-. -Lo sé, pero no puedo dejarla aún.- las lágrimas amenazaban con caer de mis ojos, aún no había llorado frente a nadie.- Siento que no voy a llegar a despedirme como corresponde, ella pensara que no la quiero. -Hey no, Avalanna sabe que la quieres muchísimo, y ella también te quiere. Por favor, ve a casa, prometo quedarme aquí hasta que regreses. -De acuerdo, iré a casa. Gracias _____. -Creo que no necesitas agradecerme, es mi hermana y nosotras deberíamos agradecerte por todo esto.- Vi sus ojos y supe que lloraría, ella sí podía llorar frente a alguien, yo no. Salí del hospital y me dirigí hacia mi casa, necesitaba una ducha y dormir unas tres o cuatro horas y luego estaré como nuevo, después iría al hospital y llevaría juguetes, flores y muchos chocolates para mi bella esposa. Tuvimos una boda falsa en el hospital, ella estaba internada, sí enfermedad fue empeorando y acudimos a muchísimos tratamientos pero eso era peor. No había cura. Y tampoco había cura para mi corazón que segundo a segundo se destruía porque sabía que una parte de mi se apagaba con ella. De repente sonó mi teléfono, sabía qué y quien era, pero reuní toda la fuerza que me quedaba y atendí. -Hola ____, ¿sucede algo?.- sollozó, sabía que venía después de ese sollozo, aunque no me dijo nada, sólo escuche gritos y sollozos por parte de _______ y supe que ella nos había dejado definitivamente.