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—Jinhwan... —pudo ver su reflejo en los ojos color granate del bajo y como estos se dilataban al enfocarse en él. Mostró sus afilados colmillos, amenazándolo como una bestia. En un rápido movimiento se lanzó sobre Junhoe que logró esquivarlo por poco. Corrió poniéndose detrás de la mesa del comedor para protegerse —Jinhwan... ¿Qué haces? — recibió un gruñido como respuesta.

Jinhwan saltó encima de la mesa con una gran facilidad, sorprendiendo a Junhoe por su agilidad y velocidad. Se abalanzó sobre el alto cayendo sobre él, atrapándolo con sus piernas con una fuerza sobrehumana. Intentó liberarse con todas sus fuerzas, golpeando las firmes piernas de su agresor, que le tenían inmovilizado. Pero era imposible, eran demasiado duras, presentía que era más grande el dolor que estaba haciendo así mismo que el que estaba provocando.

Jinhwan acercó su boca al cuello ajeno, la situación cada vez se estaba complicando más, Junhoe ya no sabía qué más hacer para escapar. Estaba a punto de ser mordido cuando una idea cruzó su mente. Dejó los colmillos rozar su piel, sintiendo como ahora la concentración se encontraba directamente en su cuello y no en sus piernas.

—Espero que me perdones —su pierna avanzó con violencia hasta la entrepierna de Jinhwan que cayó al suelo retorciéndose de dolor, sus ojos volvieron a la normalidad y rápidamente se empaparon de lágrimas, durmiéndose al poco rato— Eso duele a cualquiera, sea bestia o humano.

Cargó a Jinhwan en sus brazos con facilidad debido a lo poco que este pesaba, intentó no hacer ningún ruido subiendo las escaleras, lo último que necesitaba esa noche era ser descubierto por su madre. Tomó una bocanada de aire antes de pasar por delante de la puerta de la habitación de su madre, su corazón se detuvo al escuchar pasos dentro de ella. Corrió a la velocidad de la luz y dejó al bajo en el lado de la cama contrario a la puerta para ocultarlo. Rápido cerró su puerta, escuchando la de su madre abrirse al momento.

Dieron varios toques a su puerta, abrió sin darse cuenta del estado en el que se encontraba. Su madre lo miró de arriba abajo.

—¿Por qué estás tan acelerado y sudado? — miró sus pantalones que estaban un poco bajados mostrando un poco de su calzoncillo, su flequillo se encontraba adherido a su frente debido al sudor de todo el esfuerzo físico realizado anteriormente —¿Te estabas tocando?

Rió por el inesperado comentario de su madre. No tenía sentido lo que decía, porque se tocaría cuando ella está en casa estando casi todo el día solo.

—No mamá, eso ya lo hago cuando no estás —dijo entre carcajadas.

—Guarro —su madre le dio una colleja antes de volver a su habitación, Junhoe realizó la misma acción. Suspiró aliviado y se acercó al lugar donde dejó al dormido Jinhwan, seguía tal y como lo había dejado. Intentó moverlo para ponerlo en algún lugar más cómodo, pero se había enganchado a la pata de la cama. Tiró de sus piernas varias veces, hasta que se rindió —Pues ahí te quedas.

Se acostó y poco rato después cayó dormido por el agotamiento.

Se despertó por los leves rayos de luz que atravesaban su ventana. Estiró sus músculos y bostezo para desperezarse. Sintió una débil respiración en su oído izquierdo, giró su cabeza encontrándose con el chico extraño.

—¿Qué es ese sonido que haces cuando duermes? Es muy molesto —hizo un puchero que resultó adorable a Junhoe.

—Se llama roncar y no puedo controlarlo. Lo tendrás que soportar —analizó al bajo. Actuaba como si no se lo hubiera intentado comer la noche anterior —¿No recuerdas nada?

Jinhwan inclinó la cabeza hacía un lado, parecía un cachorro que no entendía la situación.

—Ayer por la noche... Me intentaste morder en la cocina —se sorprendió, bajó la cabeza en modo de arrepentimiento.

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⏰ Última actualización: Aug 05, 2019 ⏰

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THE BOY [Junhwan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora