Me llamo Hannako Benmord. Cuando era pequeña mis padres me abandonaron en un orfanato, me creían loca, sólo porque jugaba con mi amigo imaginario y un dinosaurio; pero creo que era debido a que era una niña pequeña y cualquier niño lo puede inventar.
Después creí que si perdía la cabeza, tenía un especie de ataques, dormía y un ruido me despertaba y estaba un lugar demasiado extraño. Y era otra detonante para que me abandonaran. Empezaba a tener pánico y de repente volvía a mi triste habitación. En el orfanato, cada vez que pasaba eso había una enfermera que me daba unas pastillas extremadamente negras.
Esa enfermera que se llamaba Candy era con quien yo podía socializar un poco, mis amigos imaginarios se habían ido, bueno, para mi.
Candy si me creía, pero nunca hizo nada, de todos modos estoy en un manicomio.Candy me dijo que pronto saldría, pero no lo creía. Hasta que llego ese día soñado, no era para ir con mis padres, sino, era para ir a un laboratorio. Uno de los doctores me adoptó como su rata de laboratorio, era para estudiar mis ataques. Y por cierto, de mis padres ya no supe nada.
Cuando llegué a ese lugar, me llevaron a una habitación, igual de aburrida que la otra, solo que era como una casa, tenía cocina, sala pequeña, la habitación, baño, de todo. En el orfanato compartíamos habitación y teníamos que ir hasta el otro lado del edificio para asearnos.
—¡Hola! Soy el Dr. Richard. Yo seré una figura paterna para ti, sé que estás confundida, ¿por qué estás aquí? o ¿por qué soy tu "nuevo padre"? —sonrió—. Y creo que en el orfanato te dijeron que te adopté para estudiar tus episodios— Dijo el castaño, alto y delgado con unas gafas.
—Sí— Dijo la dulce niña.
—Bueno. Pues así es, vivirás un tiempo aquí. Si quieres mañana podemos decorar la casa a tu gusto—
—¡Oh! ¿¡Lo puedo decorar como yo quiera!? Es genial, dormiré ansiosa de que sea mañana— Respondió entusiasmada viendo un pequeño reloj que portaba en su mano izquierda.
—Sí. Decorarás como quieras, ¡Ah! Cierto, también te compraré ropa cuando vayamos a comprar.
—Wow, ¡que genial! —dijo mientras se le soltaba un bostezo—. Quiero dormir—
—Aquí está la habitación —abrió una puerta al lado de donde estaban—. Puedes acomodarte y dormir—
—Okey, gracias— Entró con su mochila a punto de romperse.
—Que descanses— Se salió y cerró la puerta.
Me alisté con la pijama descolorada del orfanato. Horrible.
Cuando ya me había recostado en la cama empecé a pensar. No sé realmente cuáles son las intenciones de Richard al estudiar mis "ataques" o como el prefiere llamarlos "episodios". Matárme estudiando para ser un gran científico famoso.
Así me he quedado plenamente dormida; esta cama es tan cómoda.Al día siguiente me desperté como flash para alistarme e ir a comprar todo.
Hice todo lo necesario para estar medio lista, solo faltaba peinarme.—Toc, toc, toc. Buenos días —Dijo el doctor con una onomatopeya incluida.
—¡Hola! Buenos días igual.
En eso entró una mujer rubia, facciones muy delicadas, alta. Era atractiva.
—Hola Hannako, soy Cristine— Saludó muy feliz.
—Hola Cristine— Respondieron felices los nuevos padre e hija.
—Mira, te traje un regalo. Y espero que te sientas como en familia, y bienvenida por supuesto— Dijo la rubia de forma amable.
—¡Oh! Gracias—
—Denada...
—Gracias Cristine— Dijo el doctor agradecido.
—Por nada— Miró al castaño. —Te voy a peinar Hannako.
—¿Me vas a pinar?— Estaba sorprendida.
—Si cariño— Dijo Cristine sonriente.
Aquí me tratan genial. Richard es como el papá que nunca tuve y Cristine se esta convirtiendo en la madre que siempre quise.
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Ya No Más... Por favor © [EDITANDO E INCOMPLETA]
Mystery / ThrillerHannako Benmord. Una niña con una condición demasiado extraña. Aquello, cambiaba completamente su alrededor. Algo tenebroso, escalofríante. También veía entes horribles que la asustaban. Pero ella podía controlar ese mundo. Mis padres me abandonaro...