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Cuando Cristine me terminó de peinar Richard y yo nos fuimos de aquel edificio.
Era genial, hace tanto tiempo que no salía ni a dar un paseo corto, era una cárcel y ahora todo era genial, había pasado sólo un día pero era genial.

Mientras ibamos en el coche observaba todas las tiendas y sus articulos y, ¡queria todo!

—¿Quieres ir primero a comprar algunas cosas ó a comer?

—¡A comer!— La pequeña respondió con un pequeño salto.

—Muy bien, escoge qué— Soltando unas ricillas le preguntó

—¡Pizza!— Dijo muy alegre —Hace tanto que no como este tipo de comidas...

—Okey, ¡vamos por pizza!—

Llegamos al restaurante y Richard pidió una de peperoni. Cuando nos sirvieron comí con una rápidez, ¡hace tanto que no comía pizza!.

—Tranquila Hannako, más despacio —Dijo Richard riendo.

—Es que no como pizza desde que tenía como cinco años —La alegre niña se desanimó mientras lo decía.

—Bueno pero eso cambiará, ya cambió— Dijo el padre con una sonrisa.

—Tienes razón—

Cuando terminamos, Richard y yo nos fuimos a una tienda de decoraciones, habia tantas cosas.

—Wow, esto es genial— Miraba de arriba a abajo.

—Sí, ahora escoge de qué color pintaremos tu cuarto.

—Em... Ya sé, ¡morado (púrpura) y azul!

—Esta bien, así será— Dijo Richard sonriendo.

Después fuimos a comprar demasiadas cosas más.

—Oye Richard...

—Si, ¿qué pasa?

—Te estoy haciendo gastar mucho dinero...— Dijo ella muy seria.

—No, no. No te preocupes por eso, lo importante es que estés cómoda en tu nueva casa—

—Muchas gracias— Le dió un abrazo y su papá le correspondió.

Cuando compramos todo, Richard me llevó a una tienda de ropa, ¡era genial!.

—Escoge ropa— Decía feliz.

—¡Si!— Dijo.

—Anda.

Escogí poco por que no quería que gastara tanto en mi.

—¿Listo pequeña?—Dijo Richard

—Si Richard—

—Bueno, vamos a pagar.

Escogí conjuntos coloridos, con su ayuda escogímos la talla adecuada. Fuimos a pagar y de ahí nos dirigimos a ese gran edificio en el cual iba a vivir.
Al llegar Richard abrió la puerta del apartamento, entramos y lo primero que ví fue la mesa llena de regalos.

—¡Dios mio esto está lleno!— Dijo sorprendida.

—Sí Hannako, son demasiados—Al igual que ella estaba sorprendido.

Empecé a revisar si los regalos tenían etiquetas y todos tenían, después me puse a leerlas.
"¡Hola Hannako, bienvenida!"
Casi todas estaban escritas así o con los nombres de las personas.

—Hola Hannako, ¿abriste mi regalo?—Sin notarlo Cristine había entrado.

—Oh, ¡hola Cristine!—Dijo. —No, no lo he abierto, es que quería esperar a he todo estuviera listo— Dijo mientras veía a su alrededor.

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⏰ Última actualización: Nov 13, 2019 ⏰

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