Nochu era el nombre con el que se conocía a un asesino serial que atacaba por las noches en las calles de Seúl, Jimin jamás pensó que se encontraría cara a cara con él y mucho menos que fuera precisamente en su propia casa o que el fuera su siguient...
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El vecindario en el cual vivía Jimin estaba ubicado en Gangnam, un sector de Seúl que se caracterizaba por ser muy movido hasta por las noches más frías de invierno. Sin embargo este vecindario a diferencia del resto de Gangnam no lo era y los recientes ataques de Nochu habían tenido lugar en un sector cercano, lo cual hacía preocupar al rubio que se encontraba frente a la televisión viendo las noticias.
Eran las 10:00 de la noche y en la calle no había siquiera un alma o un perro callejero que se viera, todas las personas se encontraban encerradas en sus casas temiendo a que Nochu se pudiera aparecer y hacerles daño, lo normal tratándose de un asesino en série suelto en el país, aunque si pensamos con lógica perfectamente podría entrar en las casas y cometer sus terribles delitos.
Segundos más tarde detrás la casa tres disparos se oyeron haciendo que cada parte del cuerpo el rubio se tensara y se pusiera en modo alerta, eso solo podía significar que Nochu andaba cerca y su miedo aumentaba.
No tardaron en verse las luces de las patrullas de policía que ante los disparos rápidamente salieron a hacer rondas para verificar que todo estuviera en orden y que todas las personas del vecindario se encontraran a salvo.
Bastante eficiente su trabajo en una situación como lo era la actual, en dónde un asesino peligroso andaba suelto en el país.
Jimin algo intranquilo se quedó sentado en el sofá de la sala cubriendo sus piernas con una manta de polar y aún manteniendo la televisión encendida, por alguna razón no se atrevía a subir al segundo piso de la casa, algo le daba mala espina y le hacía correr un escalofrío por toda la espalda, por lo que sin más se quedó allí.
Después de todo subir era innecesario si tenía todo lo que necesitaba allí.
No supo en qué momento se quedó dormido en el sofá y ya era un nuevo día, había sido despertado por la alarma del teléfono, el único problema es que la televisión estaba apagada y cubriendo su cuerpo habían más de una manta lo cual hizo preocupar al rubio, ya que antes de dormirse la televisión estaba encendida y solo tenía una manta de polar azúl cubriendo sus piernas.
No sé habría asustado si viviera con alguien, pero Jimin vivía sólo y su televisor no tenía un apagado inteligente.
Tratando de no darle muchas vueltas al asunto y de no asustarse más de lo que ya estaba Jimin comenzó con su rutina de cada mañana y se fue a la habitación a cambiarse de ropa para irse al trabajo.
Todo estaba en orden en la casa y tal como él lo había dejado el día de ayer antes de salir a trabajar, las ventanas aseguradas y demás, entonces, como fue posible lo que vió al despertar.
— Con toda esta mierda de Nochu ya me estoy volviendo paranoico -dijo el rubio revolviendo su propio cabello estresado- hasta me dan ganas de regresarme a la casa de mis padres en Busan
Era una agradable mañana en la que el sol brillaba en lo alto del despejado cielo azúl, ya se podía sentir ese ambiente primaveral, la estación favorita de Jimin.
