Pensamientos.

¿Cansada?

Está cansada, se nota en su mirada y en su sonrisa finjida, en esos momentos en los que se encuentra ausente del mundo y no haya su lugar, justo cuando sus labios se entrelazan con los de su amado; quien fue hecho a su medida.
No es infeliz, en lo absoluto; hay instantes de máxima plenitud.
La vida es bella, repite en su mente una y otra vez, pero a pesar de su engañadora belleza está la crueldad de una desilusión.
Basta tan sólo sentir los latidos de su propio corazón para saber que vive, sin embargo son las lágrimas que se derraman sobre sus mejillas las que confirman su existencia.
Quizá el único lugar donde se siente cómoda, se aleja poco a poco de su cuerpo. Ese lugar que le da tranquilidad ese mismo es el que altera sus sentidos. Le da vida y la mata al mismo tiempo, con la misma esencia y con la misma pasión.
Es difícil aceptar la realidad, abrir los ojos un día y saber que todo se esfumará. Duele darse cuenta que este cansancio diario que se presenta mientras llora en la noche, algún día ya no será jamás provocado, o en un destino alterno sea su lugar quién la arrulle y le seque la tristeza de sus ojos.
No, no ha llegado el alma que la libere de toda presión, angustia y desesperación. Sólo ha encontrado dónde sentirse cómoda, con la facilidad de llorar en silencio; justo cuando su amado le da la espalda.
¡SON ÓRDENES! Las que la tienen presa entre la prisión de sus pensamientos, los cuales surgen del enamoramiento.
Que estúpida palabra, siempre evita mencionarla.