Siempre hay algo que querríamos cambiar en nuestra vida. Siempre está ese pequeño detalle que no nos deja ser "completamente felices" ¿No es así?
Organizamos y planeamos todo en nuestra mente, hacemos predicciones (a corto y largo plazo) fantaseamos con la posibilidad de un futuro perfecto, sin problemas, sin obstáculos... Un futuro que tejemos poco a poco dentro de nosotros con los hilos que creemos más bellos.Algunos crean bastos dibujos bordados con deseos humildes. Otros, indecisos, cambian de puntada cada poco tiempo, dando lugar a dibujos abstractos y poco definidos. Y otros, utilizan miles de finos hilos de oro para crear un precioso tapiz, dando puntadas finas, delicadas y perfectamente estudiadas.
Luego está esa mínima parte del mundo que intenta encontrar la felicidad a su alrededor, en lo que tiene a su alcance, y llena su tela de pequeños agujeritos negándose a dar puntadas o dando muy pocas, solo para fijar el camino.No puedo ser objetiva sobre mi misma, así que no sé a que categoría pertenezco. Ni siquiera sé si conozco exactamente lo que es la felicidad. Pero hace poco me pareció tocarla con la punta de mis dedos. Casi logro atraparla, pero entonces di varios pasos hacia atrás y tropecé. Me caí, pero conseguí levantarme en un segundo. Lo admiré, terminado desde hacía tiempo, solo tenía que acercarme a él, ya me quedaba poco. Y ahí fue cuando sin más, me di la vuelta. Dejé de caminar hacia el tapiz que había tejido y empecé a crear otro nuevo.
Al principio es un trabajo bastante tedioso. Ni siquiera se porqué lo hice, simplemente lo hice. Echaba de menos mi antiguo tapiz de una forma extraña. Sabía que siempre seguiría ahí; pero para comenzar a bordar este otro, tenía que centrar toda mi atención en él. Coser uno nuevo conlleva mucho tiempo. Pero cuando terminara, mi antiguo dibujo seguiría ahí para mí, ¿no es así?
Y.... ¿ por qué lo hice? La verdad es que todavía no tengo una respuesta para esa pregunta. Quizás me pudo la ambición y decidí que podía crear otro tapiz, no para sustituir el antiguo, si no para poder unirlos y crear algo mucho más grande y hermoso.
¿Hice lo correcto? Creo que nunca lo sabré. Tengo miedo de haberme equivocado, de poder perder el interés en mi antiguo tapiz, de sentirlo anticuado y querer sustituirlo por el nuevo, de tirar por la borda todo el tiempo que me llevó bordarlo.
Pero, ¿qué más da? ¿A quién le importa?
Dejemos de pensarlo todo, entreguémonos en cuerpo y alma, hagamos locuras.... Seamos felices.
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De mí para mí
Short StoryHistoria fugaz para reflexionar sobre los pensamientos, la vida y los sentimientos.