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Despertar, comer, trabajar y dormir todo es tan repetitivo que de sierto modo cansa. El echo de que ya no tenga deseos de vivir no significa que no me cansé de que todo sea lo mismo, me molesta levantarme temprano, me molesta caminar al trabajo, me molesta tener que arreglarme por el estúpido protocolo de imagen de la gente.
Odio todo, a mi, a la gente, a la vida y al destino que me obliga a seguir. Todo es un fastidió pero, no me atrevo a darle fin.

Pensamientos de muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora