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    7:00 am | Mansion de Jacob | 20 de Noviembre de 2014

—¡Maldita sea! ¡Pongan cuantas les plazca! ¡Pague el dinero ya, solo háganlo! ¡Esa maldita empresa debe desaparecer, comprenden?—

Grito el pelinegro, enfadado, y colgó el teléfono.
Estaba mas que molesto, acomodo su corbata, y tomo su maleta, y su taza de café, y salio por la puerta de su casa, dirigiéndose asi a su vehiculo. Puso la taza en un compartimiento para esta, encencio el carro, y empezó a manejar. Al inicio se hallaba tenso, pero tras poner música clásica, y a parte recibir cierto mensaje que vio de reojo, se tranquilizo.

"¡Buenos días, Jabs! ¡Espero tengas un dia genial! ¡Voy apenas llegando a la escuela y pensé seria genial mandarte los buenos días! Nos vemos al rato.
-xx Toby"

Quizas no sonrio físicamente, pero en su mente, ahí si que sonrio.
Ese niño le estaba haciendo bien después de todo, no le estaba cambiando tanto, pero minimo, minimo en tan pocos días de conocerle, le estaba alegrando sus oscuros días.

Siguio manejando un rato, metido tanto en sus pensamientos, que no vio cuando de la nada, salio un niño en bicicleta. ¡Maldicion! ¡El niño le había salido de la nada!
¡Y, maldición! ¡No fue un simple choque!

Se detuvo, salio de su vehiculo, y camino a la parte delantera, viendo al niño malherido, y vio como una madre corria desesperada por su hijo, Jacob estaba nervioso, vamos, nunca le había pasado algo asi, nunca le habia ocurrido un accidente de transito.
Marco rápidamente a una ambulancia, la madre de fondo, se hallaba llorando, y Jacob, Jacob a parte de pedir que llevasen rápido la ambulancia, deseaba que la madre se diese cuenta que el realmente no tenia culpa de nada, aunque estuviese entretenido, el niño salio tan rápido, ni tiempo le dio a parar.

Colgo el teléfono, y se agacho a comprobar si el niño seguía vivo, una vez comprobado, reviso que se habia herido este.
La madre, le gritaba tantas cosas al pelinegro, cosas que este, ignoraba... Hasta que sintió una cachetada caer sobre su cara, ahi fue cuando dejo de ignorarla, y le presto toda su atención a ella.

—¡Maldito seas! ¡Rico o no, reconocido o no, no tiene derecho a ignorarme! ¡Apartese de mi hijo! ¡Ya ah hecho bastante! ¡Y vaya preparándose para que dira en el juzgado!... Yo que creía que usted, señor Jacob, era alguien a respetar, pero ya veo que tan equivocada estaba—

Todo lo solto de golpe, mientras levantaba a su hijo, y lo abrazaba, aun llorando.

—Yo...Señora, realmente lo siento pero, realmente no vi a su hijo, iba tan rápido... ¡El debio detenerse! ¡Revisar a los lados!...Y ugh...No lo mueva, podría...Herirlo mas—

¿Cómo sabia de primeros auxilios? En su escuela habia un taller, el cual tomo.
De niño le gustaban todos esos temas, y mas le gustaron cuando, de niño, su papá exagero en el golpe que le propino. Paro en el hospital, a decir verdad, estaba de espaldas cuando todo ocurrio, su padre...¡Era un loco!. La riqueza podrá darte mucho, pero te quita mucho también. Ese dia, el padre no calculo mucho, y tras el golpe de su padre, termino cayendo al suelo, justo donde se hallaba un escalón sobresaliente, golpeándose este y, abriéndose la frente.
Le llevaron al hospital, y aunque para algunos pudo ser traumatizante, para Jacob fue algo...tan genial. Sus padres se preocuparon por el, por primera vez.

La ambulancia llego, junto a una patrulla, la cual detuvo a Jacob para hacerle preguntas, y este contesto todo con sinceridad, pero nervioso. Y para su suerte, para su suerte habia testigos que confirmaban que el niño fue descuidado por la madre y cruzo la calle sin fijarse que venía carro, por lo cual, dejaron libre a Jacob.

SonrieWhere stories live. Discover now