Páginas [SasuSaku Month 2018]

Lo prometo

– Papá otro disparo, se escuchan muchos disparos – susurró la pequeña Sarada.
– Duerme bebé, duerme. Mañana será otro día – susurro Sasuke una vez más en el oído de su hija.
– No quiero dormir, los aviones de guerra y los disparos me asustan, tengo miedo – respondió con voz adormilada la pequeña niña de apenas unos cinco años.

Sasuke comenzó a cantarle en el oído y el bebé se durmió al instante.
El chico amaba tanto a esa pequeña, Sasuke siempre decía que los ojos de la pequeña transmitían las emociones más puras.
Sasuke era un chico de tez blanca, era poseedor de unos ojos  azabachrs que muchos envidiaban, su cabello era oscuro y largo hasta los hombros. Era un chico con grandes valores, respetaba a sus padres, respetaba mucho a su esposa… pero sobre todas las cosas amaba a su pequeña hija tanto como a su patria, el chico tenía un gran sentido de patriotismo.
Cuando la guerra estalló él fue de los primeros en querer enfilarse al ejército, pero las suplicas
de su familia, sobre todo de su hija hicieron que abandonara ese pensamiento. Pero la guerra seguía y seguía y él no era capas de quedarse con los brazos cruzados.

– Amor, mira las flores que encontré, a Sarada le encantarán – dijo Sakura, su esposa, mientras corría hacia donde estaba él para enseñarle las
bellas flores que había encontrado en el campo.
– Sakura, estoy decidido, me enfilaré al ejercito – dijo Sasuke, fríamente a su esposa, esta dejo caer las flores de sus manos al verde y abundante pasto.
– ¿Qué? ¿Cómo? – preguntó ella en apenas un susurro.
– No puedo quedarme así, de brazos cruzados, el país se está cayendo, ayer tú oíste a Sarada, ella está aterrada por la guerra, no quiero que ella este viviendo en un país así, que está en las ruinas – le respondió él mientras recogía las flores y se las entregaba, ella las rechazó.
– ¿Crees que si tu entras la guerra se acabará? ¿Crees que eres una especie de súper héroe? No has pensado en ¿Qué dirá tu madre? ¿Qué dirá tu padre? ¿Qué diré yo? ¿Qué dirá tu hermano? ¿Qué dirá Sarada? Eh dime ¿por qué no piensas en nosotras? – dijo ella alzando cada vez más la
voz y aventando las flores al suelo.
– Sí, lo he pensado y por eso he decidido solo decírtelo a ti – respondió él volviendo a recoger las flores.
– O sea que ¿aparte piensas huir? ¿piensas irte sin decirle nada a nadie? ¿piensas romperle el
corazón a tu familia? – preguntó la chica peli-rosa comenzando a llorar. – Ellos te necesitan aquí,
vivo.
– No huiré, pienso hacer lo que voy a hacer por ellos, por ti, por Sarada. Por favor piénsalo,
apóyame, no me hagas las cosas más difíciles –suplico él poniéndole el ramo de flores en los brazos.
– Sasuke tú me haces las cosas difíciles a mi – grito ella mientras salía corriendo de ahí con el ramo en las manos.

Ella no quería que él los dejará solas, no quería que el amor de su vida muriera en batalla, ella
estaba aterrada.
Pasó toda la tarde viendo las flores y meditando, Sasuke era tan patriótico y valiente que daba miedo.

– Buenas noches– dijo la chica entrando a la casa de Sasuke.
– Mamá, mi papá me dijo que me trajiste unas flores hermosas del campo ¿dónde
están? – pregunto corriendo hacía ella la pequeña Sarada.
– Aquí están pequeñ, aquí están – respondió ella con hilo de voz, estaba asustada.
– ¿Pasa algo pequeña? – preguntó el hermano de Itachi.
– No cuñado, estoy bien.
– Más vale que cuides a tu novia eh – amenazó a Itachi, Sasuke solo sonrío.
– Tenemos que hablar – dijo él a la chica mientras salían de la casa.
– ¿Cuándo te vas? – preguntó ella mirando al suelo de la enorme calle.
– En unos tres días, tal vez cuatro. Naruto y Sai también irán.
– ¿Prometes estar bien? – preguntó ella derramando muchas lagrimas.
- Sí, lo prometo. ¿Tu prometes cuidar a nuestra familia? – preguntó él agarrando la cara de su esposa y besándola en la frente.
– Sí, lo prometo – contesto ella vuelta un mar de lágrimas.
– Todo saldrá bien – le susurró él mientras le secaba las lágrimas.