A veces me pregunto si él se da cuenta de la manera en que le miro.
De cómo mis ojos brillan al tenerlo alrededor y de mis pupilas dilatadas.
He leído que cuando uno ve algo que ama sus pupilas automáticamente se dilatan. Y creo que llevo el tiempo suficiente amando a Taehyung para darme cuenta de que todo mi cuerpo reacciona ante su presencia.
A veces me pregunto si Taehyung escucha mis cumplidos realmente. O si de verdad no provoco en él lo suficiente como para recibir un sonrojo, una risa nerviosa o una tímida sonrisa.
Quisiera verlo avergonzado ante mis palabras y cercanía, ver que seca sus manos en sus pantalones porque hice algo que lo puso nervioso. Ver el hipnotizante movimiento arriba-abajo de su manzana de Adán porque tragó saliva luego de que le pregunté algo.
Que muerda su labio mientras piensa qué responderme.
Que también lama sus labios cuando ve los míos, así como yo lo hago al ver los suyos.
Muchas veces me he preguntado si siempre ha sido así de bello. No lo conozco de toda la vida, sólo de cuando comenzamos a ir a la universidad.
Cuatro años nunca había sido tanto, todo es lento, pareciera que llevo décadas amándolo en silencio.
¿Será consciente de la forma en que su rectangular sonrisa me hace querer besarlo?
¿O de lo adorable de sus mejillas?
¿De que las veces que revuelvo su cabello con intenciones que van más allá de la amistad?
Muchas buenas preguntas, sé que son buenas preguntas.
Sólo necesito las respuestas.
Me cuestiono si sabrá que cada palabra salida de su boca para mí es música, quisiera saber si tiene idea cómo me hace tener pensamientos inapropiados con respecto a él a primera hora de la mañana cuando salimos juntos a trotar y lo veo jadear.
Me pregunto si alguna vez he hablado demás borracho.
Y más triste me he preguntado si él ha decido ignorarlo.
Me he puesto en muchos escenarios ficticios donde confieso mi amor, donde soy yo quien toma su mano y no aquellos chicos o chicas de turno, momentos en los que me habría gustado ser yo quien le consuela. Instantes donde me habría gustado darle una caricia, un delicado beso en la sien mientras nos acurrucamos.
Me he preguntado por qué yo no.
Me he insultado por no ser lo suficiente.
He llorado por no ser correspondido.
He querido alejarme de él.
Mas curiosamente quien me causa tanto daño es el único que me conforta.
Su presencia, su sonrisa, su piel canela.
Su bello rostro.
Su embriagador aroma e hipnotizante voz.
Las bromas que compartimos me hacen sentir especial, con esperanza.
Como muchas veces pienso, el que yo tenga tiempo a solas para mí es tóxico.
Porque Taehyung es quien llena mi cabeza.
Es quien me envenena pero a su vez me da una cura.
Quisiera ser correspondido, sólo que Taehyung siempre ama a alguien más.
No es su culpa, no es responsable. Yo debería dejar de echarme a morir y superarlo. Quizás alejarme.
Sería lo más sano.
Sólo que es inevitable estar hundiéndome y pensar que me gustaría estar comiendo helado en un parque, a su lado.
Desde que lo conocí me he preguntado muchas cosas.
Antes cuáles eran sus gustos, luego qué pensaba de mí. A veces por qué yo no soy lo que él quiere. Otras veces si alguna vez habrá un nosotros.
Qué no le gusta de los días lluviosos, por qué se rindió a su sueño de ser cantante y por qué sigue visitando a su padre aunque este no lo quiera ver.
Y sin embargo, Taehyung, la única duda constante siempre ha sido si te das cuenta, por más mínimo que sea, de todo lo que provocas en mí.