Por culpa del katsudon

337 53 7
                                    

En uno de los locales de gastronomía más prestigiosa, se encontraba cierto peliverde después de un arduo día de trabajo; él siempre iba a ese local por dos razones, la primera es que la comida era demasiada exquisita y la segunda es que quien le preparaba siempre sus alimentos no era nada más ni nada menos que el famoso chef Bakugou Katsuki, se decía que era muy raro poder probar sus lujosos y extravagantes platos. Normalmente él se preocupaba por su empresa que era una de las cadenas más conocidas en el país, por eso era un privilegio el poder probar un platillo preparado por él.

—Y dime estúpido nerd, ¿qué pedirás hoy?—pregunto Bakugou a punto de explotar en frente del peliverde.

—Ya te lo dije, quiero katsudon—dijo de forma infantil— vengo recién del trabajo, por lo menos puedes darme algo que me alegre, ¿no lo crees así? —sonriendo.

— ¡Estúpido como quieres que te de katsudon si ayer comiste eso! —Grito enojado— me importa una mierda que es lo que pidas, te cocinare algo, te lo comes y después levantas tu puto trasero de mi local ¡me escuchaste nerd de mierda! de ahora en adelante solo comerás lo que yo te sirva y si no te gusta puedes largarte cuando quieras, acá no damos favoritismo a nadie— dijo a medida que emprendía camino a la cocina cuando escucho la silla moverse.

—Bien, si es así, me iré, no quiero comer en un sitio donde no me dan lo que yo quiero— grito enojado— me largo kacchan, buena suerte en todo— se despidió, abandonando el local, dejando a un cabreado pelicenizo.

—Entonces no vuelvas puto nerd! — Sacándose el delantal de cintura y botándolo en el proceso, aviso a uno de sus trabajadores que no volvería hasta nuevo aviso— no dejen que ese maldito entre a este local ¡me escucharon! —ordeno mientras se retiraba.

Los días fueron pasando, al principio creyó que el peliverde volvería llorando como otras veces, pero no lo hizo. Así transcurrieron semanas hasta que logro desaparecer por unos 3 meses, el pelicenizo podía ser muy orgulloso, sabia que se había pasado con su esposo, pero no era para tanto, nunca espero que esa noche agarrara sus maletas y se llevara gran parte de sus prendas, creyó que se habría ido donde su suegra, pero después de 3 semanas y llamarla, se topa con la gran sorpresa de que nunca fue a su casa, eso ya lo estaba preocupando de sobremanera, y aunque no lo quería admitir, ese nerd era el único capaz de descontrolar su vida con solo su presencia, por eso tomando sus llaves del auto emprendió su viaje hasta una de las empresas donde trabajaba el peliverde.

—Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarlo?

—Estoy buscando a Midoriya Izuku— dijo sin más, intimidando a la pequeña recepcionista.

—Siento decirle que el señor Midoriya no se encuentra en este momento, si quiere puedo dejarle un recado de usted — sonriendo.

— ¡Como que el maldito nerd de mierda no esta?!—enojado—¿me estas tomando el pelo verdad?, yo sé que no es así, es un maldito trabajólico que no sale o no come al menos que le obliguen, así que será mejor que me digas donde esta o sufrirán las consecuencias.

—E-está bien, le diré solo no se altere señor Bakugou—dijo temblando aquella mujer, ya que no era la primera vez que el venía a buscar al peliverde, aunque esta vez se veía mucho más amenazante que otras veces— él se encuentra en su oficina en este momento, aunque debo advertirle que no se ha encontrado bien en estos meses, así que por favor no se enoje con el—tratando de sonreír.

—Tks, no prometo nada—yéndose del lugar—estúpido, más vale que estés bien o juro que pateare tu culo hasta la luna.

Mientras el pelicenizo emprendía camino hasta la oficina del peliverde, este se encontraba recostado, completamente desganado y triste, ya que por asuntos que tenía que atender tuvo que viajar hasta a E.E.U.U por casi tres meses, se suponía que el día en que fue a ver a Katsuki le iba a avisar, se suponía que iban a conversar y probar su plato favorito, pero todo se fue a la misma mierda. Terminaron discutiendo y lo peor es que tenía que salir si o si esa misma madrugada sin poder reconciliarse, eso es lo que más tenia al peliverde entristecido.

—kacchan... quiero verte... quiero hacer las paces contigo—susurraba aun recostado y con sus "Ojos cerrados", sin percatarse que cierto pelicenizo acababa de ingresar y escuchárlo.

—Así que quieres hacer las paces estúpido nerd de mierda, entonces dime ¿por qué no has vuelto a nuestra casa? ¡Ah!, ¿por qué mierda dejaste pasar tres meses para que viniera por ti? —Tomándolo de la camisa a la vez que lo aproximaba a su rostro— Crees que fue divertido llamar a tu madre e inventar cualquier mierda para que no se preocupara de su hijo hipócrita que no es capaz de avisarle a ella que está bien.

— ¿Llamaste a mi madre? —pregunto sorprendido— pero kacchan ¿cómo querías que fuera a nuestro hogar si estabas enfadado conmigo?, sé que fui un egoísta y me enoje también, pero ese día te iba a avisar que debía viajar a E.EU.U por la empresa, por eso quería probar katsudon preparado por ti—sollozando— pero al final con la discusión no pude avisarte y me tuve que ir. Lo siento kacchan, realmente lo siento... sabes... yo no pude probar casi ningún bocado ya que no eras tú quien los preparaba.

— ¡Maldición solo tenías que llamar! solo no lo vuelvas hacer, no importa si volvemos a discutir, solo procura volver a nuestro hogar—besándolo— vamos a casa Izuku

— ¡Gracias Kacchan! —Devolviendo el beso por uno más apasionado, mientras que el pelicenizo secaba las lágrimas que caían de su pareja— volvamos a nuestro hogar solos tú y yo.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jul 20, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Por culpa del katsudonWhere stories live. Discover now