Capitulo 4

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Desperté atado en una silla. Estaba en lo que parecía ser el ático de mi edificio, pero faltaba algo, las pequeñas ventanas circulares que parecían copos de nieve cayendo del cielo. En vez de estas, había cuatro paredes totalmente grisáceas. No había rastros de vida en toda la habitación. No tenía ni idea de lo que me había pasado...

Entonces recordé todo. Los recuerdos me llegaron a la cabeza como abejas a la miel.

El baño, la sangre, el espejo.

¿Qué rayos me había pasado?

-Michael....- Se oyó a lo lejos. Como un susurro, casi imperceptible.

-Michael...- Se oyó aún más cerca. Se estaba aproximando rápidamente pero no podía verlo. Es algo escalofriante cuando algo o alguien te esta llamando y no sabes ni sabrás lo que es.

Durante unos segundos lo único que se escuchaba era mi respiración.

Después de unos segundos de un silencio mortal, una puerta completamente negra que estaba situada justo detrás de mi dejo entrar un aire gélido, junto con dos guardaespaldas y quien parecía ser alguien importante. Alguien como...

~Pero... No...~pensé incrédulo de la situación.

¿Por qué rayos esta aquí el Señor Beetle? ¿Qué no acaso estaba en Washington D.C. en estos momentos?

-Michael-dijo el Señor Beetle.

-¿Qué estoy haciendo aquí?-dije empezando a tener un ataque de nervios.

-Es para tu protección querido Michael

-¿Protección? ¡Pero que extraña manera de proteger a las personas!

-Tranquilo Michael. Es por tu bien. Y el de todos los que conoces.

-¿A qué se refiere?

-A que si no cooperas todos morirán. Y no queremos eso o si Michael?

¿¡De qué rayos esta hablando!? ¿Acaso estaba soñando? ¿Delirando tal vez? ¿¡Drogado!?

-Esperamos que comprendas lo importante que es todo esto Michael. Es de suma importancia que nada se entere de lo que estoy apunto de decirte.- Dijo antes de explicarme cosas. Cosas inimaginables. Cosas que harían que sus peores pesadillas parecieran pequeños cachorros.

Toda su platica término en un simple: ¿Estas con nosotros Michael?

Yo solo pude asentir con la cabeza.

Después de eso, uno de los guardaespaldas saco un pequeño pañuelo del saco que traía puesto. Se acerco hacia mi y lo coloco bruscamente en mi nariz y en mi boca.

Después de eso, me desvanecí.

Desperté en mi cuarto pensando en que todo lo que había visto u oído había sido simplemente una terrible pesadilla. Pero me había equivocado. Ahí estaban, las marcas de las sogas en mis muñecas. Parecía que me hubieran colgado de ellas sin ninguna piedad.

Corrí hacia el baño para ver toda la sangre, pero esta había sido removida. Incluso olía a limón. Era algo extraño.

~Curiosesco Curiosesco~ Estaba tan desorientado que se me olvido pronunciar correctamente las palabras.

Regrese lenta y cuidadosamente a mi cama que yacía al centro de la habitación. Me tape la cara con las dos manos y trate de razonar todo lo que me había pasado la noche anterior.

Entonces, recordé todo lo que había dicho el señor Beetle.

Me quede en mi cama sin poder realizar el más mínimo movimiento.

Así estuve por un pequeño tiempo que se hacían pasar por horas. Para cuándo desperté de mi transe, alguien estaba llamando a la puerta.

-Quien podrá ser a estas horas de la mañana- Me dije - Aunque sean las 11:37 no me importa, es muy temprano.

Llegue a la puerta y sin pensarlo mire a través de la mirilla.

No lo podía creer.

¿Que hacia el aquí?

Entonces le abrí hasta que la cadena que estaba pegada a la puerta se tensara lo suficiente como para ver su rostro completo.

Entonces yo sólo dije...

-¿Que haces aquí Anthony?

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⏰ Última actualización: Sep 21, 2014 ⏰

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Por AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora