PROLOGO.

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Todo este tiempo estuve cosechando dolor sin convertirlo en lágrimas, siempre siendo la idiota que oculta sus sentimientos detrás de tantas cosas esas tantas cosas qué al pasar el tiempo hacen daño, soy así como el típico libro aburrido que nadie quiere leer que todos pisan, arañan, utilizan pero nadie nunca se le es capaz de ojearlo.

Podría decir que todo esto ha sido una pesadilla o una broma de mal gusto pero ninguna de las anteriores se acercaba a ser lo que yo sentía. Ser fuerte ya no era una simple palabra todo se centraba en un solo punto sobrevivir o morir en una guerra a la cual yo llamo “Mis pensamientos”.

“De la oscuridad aprendí que nunca se esta tan solo”. 

Así comienza la historia de Charlize Evans. 

*

Tomo un poco de mi botella, el alcohol deja en mi garganta el picor del dulce sabor de la soledad ¿Complicado decirlo no? La dejo caer de mi mano siendo esta una de todas las que me rodean.  Agarro un cigarrillo y lo prendo en fuego, lo fumo detenidamente pensando en algunas cosas, preguntándome frecuentemente.

“¿Por qué es así mi vida?”

No he robado, ni violado.

Tampoco matado.

¿Entonces?

*

*

Mi padre murió cuando yo tenía 8 años, una bala atravesó su corazón dejándolo helado en el asfaltado, tal vez para una niña era difícil comprenderlo solo querían algo y ese algo era su dinero tal vez para drogas nadie nunca lo supo, pero ¿Cómo puedes sentirte tan a gusto quitándole un hombre a una familia?

Un hijo a una madre.

Un hermano a un hermano.

Un padre a un niño.

Un esposo a una mujer. 

Solo por cochino dinero que tal vez una prostituta haya llenado de sida mientras que tú lo tomas con las manos, me dejaron si papa cuando más lo necesitaba, dime como se podría sentir una niña sin su padre, el día del abrazo en familia, el día del padre, día del niño,  su cumpleaños, navidad, año nuevo. En reducción su infancia. Su vida. 

Dime con se sentirían las mañanas en la escuela al ver a todos los demás niños con sus papas y yo con ese recuerdo repetitivo de él gritando.

-       No le hagan nada a mi niña. 

¿Nada lindo verdad?

Tal vez no era el mejor de todos, pero era mi padre y lo amaba a pesar de las faltas a mis presentaciones escolares, entregas de notas, reuniones de representantes. 

Mi madre luego de su muerte, ella se apagó todo el brillo en sus ojos se extinguió, su sonrisa se fue, la vida en su alma se esfumo. Como todo en nuestras vidas. Sus adicciones a la droga volvieron, tal vez para mí era muy difícil saber que ella era adicta a algo muy maligno capaz de destrozar a cualquiera.

Ahora que me doy cuenta, ella llenaba ese espacio que mi padre llenaba de risas, felicidad y paz con algo que le daba felicidad temporal para poder pasar el dolor que su muerte había causado. 

Mi cigarrilo se termino y me fuí a la cama. 

Fuí a la cocina corriendo abrí la nevera por un vaso de jugo de naranja. 

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