ᴓ˟┊First impression 。

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Las canciones de EXO no bastaban para silenciar el alboroto que los chicos en la parte trasera del autobús ocasionaban.

Y mientras esto ocurría, Jaemin se había quedado dormido siendo arrullado por la música que retumbaba en sus oídos gracias a los audífonos que llevaba puestos.

¿Qué tal le iría en su primer día de clases de su último año de preparatoria? Era un adolescente de dieciséis años con una gran sonrisa y particular cabello rosado, o al menos eso solía decir uno de sus amigos, mejor amigo canadiense para ser exactos. Recordaba que aquella mañana su madre lo había despertado de sus profundos sueños para preparar el desayuno mientras él iba vistiéndose; una camisa color beige junto a unos pantalones azul acero y, por supuesto, su hermosa mochila rojiza que combinaba con sus zapatillas.

— Mamá, ya me tengo que ir. El autobús me está esperando afuera. — Avisó con algo de prisa y, dándole un último mordisco a su sándwich, partió rumbo a la escuela.

De él no se podía decir algo más interesante. El típico niño alejado de cualquier círculo social por su peculiar capacidad de ser amigo de casi todo su curso, pero tener muy pocos en los cuales realmente confiar. Su caractística figura que era algo más delgada a lo que debería ser a su edad hacía contraste junto a sus róseos cabellos. Sus labios abultados a veces se encontraban mordisqueados, sus ojos brillaban cuando veía algo interesante. Odiaba presumir, pero sus calificaciones solían sobresalir y eso que ni él mismo conocía el por qué de sus frutos académicos.

— Quizá era suerte. — Pensaba somnoliento.

Regresando al presente, un par de chicas comenzaron a hacer tal bullicio que lo desconcertó por completo. Al parecer, un chico nuevo se había incorporado al autobús; sin embargo, Jaemin decidió no darle importancia. Acomodó sus audífonos para así seguir descansando hasta llegar a la escuela, no sin antes volver a acomodar la mejilla contra la ventana.

— Oh Jeno, eres muy adorable. — Decían las compañeras de Jaemin en la parte posterior del transporte.

¿Jeno? ¿Había oído un nombre como ese antes?

Estuvo tan concentrado en sus propios pensamientos que no se percató de la presencia de alguien a la par suyo, quien por desgracia tenía todo tipo de miradas clavadas sobre él. Entreabrió sus ojos y, al notar cómo la figura borrosa del joven comenzaba a hablar, se hizo el desentendido. Sinceramente no estaba con el humor suficiente para hacer nuevas amistades, nunca fue bueno para hacerlas de todas formas.

Un hola provino de su costado y el corazón de Jaemin se volcó. Sentía que su lengua se enredaría a la primera palabra que le dirija y procuró no darle importancia de no ser porque sintió que un individuo ajeno a ambos le lanzó una bola de papel mientras lo menospreciaba verbalmente. Jaemin, consciente de la situación, se preparó para lo peor. Conocía muy bien al grupito de matones que se encargaban de hacerle la vida insoportable cada día y no había peor situación que verlos creerse los mejores del lugar por su arrogancia.

Sus sentidos se alertaron. Volteó por primera vez.

Aunque quería intervenir, una voz imponente interrumpió la tensión. Fue el chico nuevo quien se hizo de pie contra uno de ellos y lo tomó del cuello de la camisa, diciéndole un par de cosas al oído que Jaemin no logró a escuchar, pero que sin duda entendió al instante que ese grupo regresó a sus asientos y decidieron dejarlo en paz de una buena vez por todas.

La confontración dejó un ambiente de completo silencio. Jaemin tan solo alcanzó a mirar por encima de los hombros del muchacho a su costado hasta que se regresó en sí mismo con cierta timidez en su forma de actuar. Los murmullos se hicieron presentes, suerte que el chofer dió una llamada de atención por el alboroto que causaron. Luego de un par de minutos todo volvió a la normalidad, las chicas se arreglaban el cabello, un grupo de chicos jugaban, otro grupo repasaba distintos temas de estudio, lo típico. Mientras tanto, Jaemin volteó a ver el rostro de Jeno, quien aún lo observaba con una sonrisa ladeada.

— Siento lo que acabas de ver. — Dijo mientras rascaba su nuca y reposaba sus brazos contra el asiento delantero. — Como decía, un gusto conocerte. Soy Lee Jeno. — Comenzó a sonreír y, por un momento, Jaemin podía jurar que le cambiaba el rostro por completo. No era aquel chico de hace un rato el cual poseía una mirada fría, no, ahora se le hacían dos pliegues en las mejillas y sus ojos desaparecían casi por completo.

— El gusto es mío. — Lo miró fijamente, ahora un poco más relajado por el cambio de su personalidad. — Mi nombre es Na Jaemin y en serio te agradezco por lo de hace un momento. Prometo que no suelen ser así de simios todos los días. Al parecer tu presencia los alborotó de más. —

Ambos rieron por lo bajo y continuaron observándose fijamente a los ojos, preguntándose qué es lo que podría estar pasando por la cabeza de cada uno.

— ¿Te parece si a partir de ahora te acompaño? Veo que el lugar está tan congestionado que no hay otro sitio. — Su rostro ahora se hundió más en sus brazos y comenzó a susurrar. — A parte las chicas de por allá me estuvieron coqueteando, ah. ¿Qué rayos les pasa? — Comenzó a reírse una vez más de sí mismo.

Entonces Jaemin lo supo con certeza. Reconoció en ese joven, con su sonrisa tan cálida, al nuevo protector que estaría a su lado cuando más lo necesitara. Así fue como percibió a Jeno en su primer encuentro: un individuo con una sonrisa encantadora, incluso más radiante que la suya propia.

First Time ⸗ ˖ 第一次 .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora