Una vez terminada la comida, Naruto se encargó de levantar los platos y lavar todo aquello que Sasuke había ocupado para preparar la comida, haciéndolo lo más rápido posible pero sin permitir que las cosas quedaran sucias. No quería recibir la técnica de rayos preferida del Uchiha. Un agradable silencio los envolvía a ambos, siendo aprovechado por el moreno para descansar un poco luego del día complicado que había tenido. Ciertamente la espalda comenzaba a dolerle pocas horas luego de levantarse, siendo que cada día el hijo de ambos crecía como era normal. Maldecía a Orochimaru cada vez que sentía los calambres y punzadas en la espalda, aunque luego recordaba que era gracias a él que su clan no se extinguiría y podría tener un hijo con Naruto y lo olvidaba. Por otro lado, su estado era reservado para aquellos cercanos a Naruto y al Hokage, pues si bien la paz estaba declarada, no faltaría quien quisiera hacerse con un blanco tan fácil como lo era un bebé que era nada más y nada menos que el hijo del último Uchiha y el héroe más grande de la guerra. El que solo fuera posible ya lo hacía increíble y Sasuke fantaseaba en silencio que el niño fuera tan poderoso que pudiera despertar el rinnegan en ambos ojos, después de todo, tenía la mejor línea sanguínea.
Salió de su ensoñación cuando sintió las manos de Naruto en sus hombros en una suave caricia que se transformó en un masaje, el cual se permitió disfrutar durante unos cortos momentos. Se levantó una vez que se sintió más repuesto, siendo seguido por el rubio hasta el baño, dejando que éste le regulara el agua mientras que él buscaba uno de los pocos pijamas que aún le quedaban. Estaba agradecido con la vieja Tsunade por haberle preparado una pomada que evitaría que la piel de su vientre quedara marcada por el tamaño del niño, aquella era una de las cosas que más le preocupaban o molestaban.
Antes de darse cuenta, Naruto había ingresado a la habitación y se encontraba frente a él con una sonrisa cariñosa, quitando cada prenda con una lentitud y paciencia que parecían imposibles para él. Primero fue su chaqueta, luego la camiseta, tomándose unos segundos para acariciar el vientre donde descansaba su hijo no nato. Luego continuó con los pantalones, agachándose al tiempo que los retiraba junto a la ropa interior, sirviéndole sus hombros de apoyo al Uchiha cuando retiró sus pies de las prendas inferiores. Sasuke entró en la bañera con total lentitud, suspirando cuando el agua caliente tocó su cuerpo, logrando relajarse casi de inmediato. Cerró los ojos y dejó escapar un nuevo suspiro suave, disfrutando del silencio en el que se encontraba toda la casa. Pronto tuvo a Naruto detrás de sí, paseando sus manos por la espalda del pelinegro para darle unos masajes en los hombros y la espalda baja, mojando la piel con el agua caliente.
Se sirvió del jabón para masajear la espalda del azabache, pudiendo notar cómo este se relajaba contra su cuerpo, recargándose sobre su torso y apoyando la cabeza en su hombro. Ante la nueva posición, el rubio paseó sus manos por el pecho lampiño de Sasuke para finalmente dejarlas en su vientre, pudiendo sentir los movimientos del bebé entre medio de la calma que ambos tenían en ese momento.
—Esto me gusta.— Susurró el que estaba siendo mimado, cerrando los ojos y concentrándose en las manos de su pareja, así como los movimientos del bebé. —No sé qué habrás hecho, Naruto, pero no quiero saberlo aún.— Murmuró con una pequeña sonrisa, ocasionando que el rubio riera con algo de nerviosismo.
—No he hecho nada, teme, de veras.— Respondió, fingiendo que lo había ofendido. —La mayoría de las veces estás con mal genio como para dejarme hacer esto.— Susurró, apoyando su mejilla contra la sien del Uchiha.
—Es culpa tuya, apesta no poder controlar cómo me siento. Es la pesadilla de todo ninja.— Respondió a la vez que fruncía levemente el ceño al recordar los cambios de humor que le daban, se daba cuenta de ellos pero no podía hacer nada para evitar sentirse mal, enojado o feliz de la nada. Era un fastidio.
—¡Wow! El bebé será estupendo en taijutsu.— Comentó de la nada al sentir otra patadita, dejando escapar una risa nerviosa y plagada de felicidad. —¿Crees que pueda ser feliz con nosotros?— Preguntó en voz baja, dibujando pequeño círculos en el vientre ajeno.
—Por supuesto que sí, usuratonkachi.— Aseguró sin ninguna duda, llevando ambas manos sobre las del rubio, quien a su vez las tenía sobre el vientre de Sasuke. —Al bebé no le faltara nada, ambos nos encargaremos de eso.— Agregó luego, tomando las manos de Naruto y presionándolas de forma firme.
Una pequeña y sincera sonrisa se formó en el rostro del Uzumaki, soltando sus manos para poder volver a abrazar al contrario, cerrando los ojos de la misma forma que él. Tanta felicidad se le hacía irreal, el pensar que tendría su propia familia y con quién la tendría hacia que todo pareciera simplemente un sueño o una de las ilusiones de Sasuke. Recostó su espalda en la bañera y recostó al Uchiha con él, siendo quien dejó escapar un suspiro en ese momento. Los imaginó a ambos cuando su bebé naciera y su pecho se hinchó de orgullo y amor. Los veía a ambos sentados bajo un árbol mientras Naori jugaba con otros niños de su edad, la pequeña con cabello negro y ojos azules como él, sería la más hermosa de la aldea.
A medida que creciera ambos le enseñarían los jutsus característicos de ambos, le enseñarían cómo ser una buena ninja, podrían incluso tomar misiones juntos. Sasuke la ayudaría en el desarrollo de su sharingan y él a entrar en modo sabio. Podrían incluso jugar a las escondidas por la aldea, apostar cuánto tiempo tardaría en encontrar a ambos, salir a comer a menudo como una familia. Todo sería perfecto.
—Naruto...el agua se está enfriando.— La voz de Sasuke lo sacó de su imaginación, haciendo que se diera cuenta de que la piel de ambos estaba como de gallina.
—Lo siento, ya lo arreglo.— Se apuró a quitar el tapón y abrir el agua caliente una vez más, frotando los brazos del Uchiha para que volviera a entrar en calor. Pronto el baño se llenó de vapor nuevamente, siendo entonces cuando comenzó a masajear la espalda de Sasuke. Se concentró en los pequeños nudos de sus hombros, frotándolo con el agua caliente de a ratos. Los suspiros del azabache indicaban que le gustaba lo que estaba haciendo, disfrutando el hecho de poder mimarlo.
—¿Quieres salir?— Preguntó al notar que el contrario observaba sus manos arrugadas, recibiendo un pequeño asentimiento en forma de respuesta. Volvió a sacar el tapón y se levantó junto al azabache, estirando el brazo para poder alcanzar las batas, pasándole la suya al moreno. Esperó a que ambos salieran para tomar otra toalla diferente y pasarla por la cabeza de Sasuke, secando su cabello con cuidado. Una vez eliminadas las gotas sobrantes de éste, secó rápidamente el suyo y siguió al moreno a la habitación, donde éste se estaba cambiando.
Sacó sus bóxers favoritos con dibujos de sapos, colocándoselos antes de que Sasuke le dijera que no lo hiciera y se arrojó en la parte de la cama que le tocaba con una amplia sonrisa, riendo al ver que el contrario daba un pequeño salto por su culpa.
—Usuratonkachi.— Lo regañó este en voz baja mientras se prendía los botones de una camisa vieja, teniendo la atención del rubio pocos segundos después. —Definitivamente estás muy raro hoy.— Comentó para sí mismo, recostándose de costado en la cama y cubriéndose con las sábanas, el brazo de Naruto lo apegó a él, transmitiéndole su calor.
—Hoy es de esos días en que más amo mi vida.— Susurró el rubio, depositando un beso en el hombro del Uchiha y su mano en el vientre ajeno, se había vuelto costumbre el dormir de aquella forma desde que sabía la existencia del pequeño bultito.
—Eres el hombre más baboso del mundo, dobe.— Respondió, acomodando su brazo debajo de la almohada y el otro extendido en la cama, sintiendo el tacto en su vientre por sobre la tela.
—Nee, Sasuke, ¿crees que seré buen padre?— Lo movió ligeramente de forma juguetona, acariciando aquella zona con su pulgar.
—No lo sé.— Respondió con sinceridad, encogiéndose de hombros. —Tampoco sé si seré buen padre, siendo que tú no tuviste y yo los perdí cuando tenía 6, creo que tendremos mucho que aprender.— Murmuró, cerrando los ojos para poder dormir, no tenía ánimos de charlar de ese tema en ese momento.
—Yo creo que sí lo serás, eres muy serio, pero eres protector. Entre los dos podremos tener un equilibrio de permitirle o no cosas.— Opinó, recibiendo un movimiento de cabeza a modo de contestación. —Después de todo, eres Uchiha Sasuke, por algo tienes esa mente brillante tuya.— Bromeó, cerrando los ojos también con una sonrisa, acompasando su respiración casi al mismo tiempo que el moreno.
Al final y como la mayoría de las noches, cayeron en un profundo sueño a la vez.
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Estoy en casa.
Fanfiction-¡Estoy en casa!- Exclamó apenas traspasó la puerta de entrada, alzando la vista y encontrando el pasillo de su hogar tan solitario como años atrás, ningún ruido se escuchaba en la vivienda. Con un nuevo suspiro, no se molestó en seguir fingiendo es...