Capítulo veintinueve:

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DRACO:

La última semana de Junio ya era presente, y mi plazo límite también. La desesperación me carcomía lentamente, logrando que perdiera los estribos con facilidad.

Ése sábado me levanté antes de que el sol saliese, nervioso por el tiempo que seguía pasando, llegué a la Sala de los Menesteres sin ser descubierto por Filch o su patético gato.

El armario funcionaba a medias, mucho mejor que en meses anteriores, pero aún no como correspondía. Lo que mandaba a la tienda de Borgin se demoraba un tiempo en llegar, perdiéndose en el limbo durante un par de horas, llegaban a mis manos nuevamente, con algún mensaje del mortifago que está de guardia, diciéndome que el señor Tenebroso no estaba muy contento con mi demora.

*

En la tarde, acababa de enviar una nota, junto a la hora del envío del papel, cuando cerré los ojos y mi mente voló hacia ella. Me negaba a perderla, no me imaginaba el resto de mi vida sin ella, y no, no era una proyección anticipada, que aún era muy joven y sólo me había enamorado una vez. Hay personas que pasan por tu vida y la marcan, independiente de el tiempo que estén en ellas, hay algo en ti que sabe que no la olvidaras; y dos años con ella no se me iban a ir tan rápido. Quizá sí todo salía bien, y podía llevar mi misión a cabo y en el anonimato, este verano ella y yo estaremos juntos de nuevo. Rogaba por Salazar de que fuese así. Ya llevaba mucho tiempo sin ella, desde mi incidente en el baño que no la tenía entre mis brazos, y le añoraba más que a nada. El armario frente a mí tembló trayendome de vuelta a la realidad. Lo miré boquiabierto mientras abría la puerta y miraba la hora reescrita. Sólo se había demorado un minuto y medio.

Solté un grito de júbilo, ¡Lo había arreglado! ¡Ya no temería por el tiempo! ¡Ésto estaba listo! ¡Podría salirme con la mía ésta vez!

-¿Quién anda ahí?

La voz de la profesora de adivinación me hizo pegar un salto y esconderme con rapidez. Se suponía que nadie venía a la Sala ¿Dónde estaba la advertencia de Goyle y Crabbe? Seguramente no la sentí. Le dije a la sala que la sacara de ahí, y así pasó segundos más tarde, cuando la perdedora profesora salió despedida de la sala.

Le mande la nota de vuelta, diciéndole que el el armario estaba listo, y que esperarán mi señal para venir. No me gustaba la idea de traer a los mortifagos al colegio, pero era mi única manera de huir luego de matar a Dumbledore. No podía fugarme por el armario ya que para que funcionase el pasillo que había entre este y su gemelo, alguien por afuera tenía que "encenderle" utilizando un cántico. El plan era que un par vendría, sería mi escolta por sí algo salía de lugar, y luego con ayuda de Snape, saldríamos del colegio. Quizá no era el plan más brillante del mundo, pero era mi última opción, había mostrado mi ineficacia fallando dos veces en el intento te asesinar al viejo director, dejando a su paso a dos inocentes heridos. Creo que jamás había respirado más tranquilo que cuando Katie Bell había regresado a Hogwarts, hace unas semanas atrás, no tenía idea del estado en que ella estaba y sinceramente pensar de que le había pasado algo de extrema gravedad por mi culpa me hacia sentir un sudor frío caer por mi espalda.

Salí del lugar y me dirigí a las mazmorras, quizá ahora podía pegar un ojo. En el camino no me encontré con nadie que planeara hablarme, ya que era plena hora de la cena. Esa Sala estaba maldita, verdaderamente, había entrado ahí cerca de las cinco de la mañana y ahora, estaban por dar las siete de la tarde, me recosté en la cama y cerré los ojos, siendo capaz de dormir realmente bien desde que la tuve entre mis brazos.

Me desperté tiempo después, inocente de cuanto había dormido, la pierna me quemaba como mil infiernos, saqué el galleon falso de mi túnica y le miré: "Salió con Potter" ¡Era esta mi oportunidad! Guarde la moneda nuevamente en mi bolsillo y salí de mi cuarto, dirigiéndome al séptimo piso nuevamente. Ya en la sala envíe un papel a través del armario diciendo que en treinta minutos, debían estar aquí.

Can't Hold Us (2T-DM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora