Nota de autora: Reproducir multimedia.
No recuerdo mucho de la última vez que te vi, aunque tengo la cabeza más clara desde que te fuiste.
Sin embargo, recuerdo más del último beso que nos dimos, en la calle medio escondidos con ese frío, como si nos diera vergüenza. Fueron los cinco minutos más intensos de mi vida.
Pero creo que no es justo decir eso, por respeto a mi vida, porque aún no viví todo lo que tendría que vivir y vos tampoco. Esto fue una pequeña parte de nuestras vidas y rápido nos vamos a olvidar.
Pasó un mes y veintiún días desde la última vez que te dije las cosas y me prometí no volver a pensar en vos, pero me traicioné.
Me traicioné al pensar que ibas a volver a buscarme, pero no fue así.
Hace una semana con un día te vi por última vez, 196 horas exactamente. Pero siento un abismo desde ese momento hasta ahora.
Tal vez desde ese momento en que me fui para no volver tengo ese abismo, pero ahora soy consciente de él y sinceramente me gustaba cuando no lo era.
No soy consciente de demasiadas cosas en este momento, pero no sabes como pienso en este abismo de que fue lo que pasó después de que te dije adiós. Que hiciste, si me buscaste en las calles, si me encontraste en tus sueños o te alegraste de que me fui por fin.
Pero yo se que pasó conmigo después, pasó que te busqué en todas partes y te encontré, hace 196 horas te encontré y me miraste sin saber como reaccionar y sin emitir palabras lo supe todo.
Te pensé muchas veces, admito que te pensé más de las que cuento, en diferentes escenarios, inclusive este escenario, de volver a encontrarte.
Imagine muchas veces como sería, pero es muy diferente imaginar como actuariamos que como lo hacemos en realidad.
Corazón, nuestra historia no terminó todavía y lo hará cuando hablemos y sepamos realmente cómo continuó la vida de cada uno después de lo que pasó. Y si hay que pedir perdón, lo hagamos, y si no, admitir lo mucho que nos quisimos y lo idiotas que fuimos.
Tenemos que hablar, cuantas veces lo dije, pero esta vez no voy a ser yo quien busque hacerlo.
Te toca a vos corazón, porque solo vos podes romper el hielo.
Pero no voy a esperar a que lo hagas o que las circunstancias lo den, sos cobarde y siempre lo fuiste.
Recuerdo la vez que llegaste y me dijiste con una sonrisa, ahora vamos a hacer las cosas bien.
Nunca hicimos las cosas bien, ni antes ni después de esa vez, porque solo sabemos hacer las cosas sin pensar y eso significa dolor.
Hace tiempo que te fuiste, pero yo seguí ahi, hablando sola y a mi misma, me sentí una loca, hasta que me fui también yo y quedó un espacio que no volverá a llenarse otra vez.
No se decir cuando te fuiste, pero yo me fui hace un mes y veintiún días.
Me cuestiono y te cuestiono, por más que siempre odiaste eso, las inseguridades y el miedo porque vos estabas hecho de eso.
Me cuestiono y te cuestiono... ¿Por qué no me buscaste?
En ese último mensaje sentí que te dije todo, pero no te dije nada, después de que decidí que nunca más sufriría por vos.
Y cuánto sufrí después, porque el amor no se olvida de un día para otro pero yo tenía que amarme más a mi misma.
Nunca supiste y sabrás lo que te amé, porque nunca te lo dije y nunca entendiste mis actos de amor, porque estabas escondido en vos mismo.
Hace 8 días sentí como mi alma temblaba por última vez y hace 7 días lloré por última vez.
Hace un mes y veintiún días te busqué y hace 8 días te encontré.
No sé cuando te volveré a encontrar otra vez, porque ahora ya no te estoy buscando y no lo quiero hacer nunca más.
Vos no lo vas a hacer, porque no te importan mucho las cosas de los demás y porque sos un cobarde.
Pero así te quise, lastimosamente
