MADNESS

I

NATHAN BAKER

Viernes, 12 de septiembre del año |10 a las 01:45 p.m.

Desperté ante el molesto sonido distorsionado de las sirenas, y frente a las luces rojas y azules fosforescentes de las patrullas que impactaban reiteradamente sobre mis ojos, intensificándose a medida que se aproximaban. Un agudo dolor me consumía mientras mis entrañas moldeaban nudos y mi cabeza sufría de una presión torturadora. Tenía un sabor metálico en la garganta que se acumulaba en mi boca y me asfixiaba. Lo único que podía ver alrededor eran imágenes difuminadas y desfiguradas, solo tenía la vaga sensación de estar en un flameante lugar.

Trate duramente de estabilizarme. En cada movimiento mis huesos tronaban y mis lamentos del aberrante dolor provocaban eco y un fuerte zumbido en mi cabeza. El espacio comenzó a tomar forma y las sombras se iban pigmentando de colores, fue entonces cuando me di cuenta de que me encontraba cabeza abajo con el cuerpo suspendido por el cinturón de seguridad. Tosí, la sangre que retenía en la boca salpico en todo mi rostro y a mis alrededores. El olor a gasolina se intensificaba a cada segundo al igual que el calor mientras que el aire se comprimía.

Observe a Daniel, mi hermano mayor en el asiento del conductor, y al otro extremo, en el asiento del copiloto se encontraba Elián, un amigo de toda la infancia. Ambos estaban en la misma posición en la que me encontraba, ninguno se movía o parecía estar respirando, no quería imaginar lo peor pero la sensación estaba asentada en mí como un pesar que inmediatamente me inundo junto con la ansiedad y el temor. Susurre sus nombres en un tono áspero y acuoso por la sangre, no recibí respuesta. Me libere del seguro e impacte fuertemente sobre el techo del Mercedes Benz que pertenecía a mi padre. El dolor se apropió de mi cuerpo por varios segundos, cuando logre que al menos alguna parte de mis sentidos volvieran y tuviera un mínimo dominio de sobre mí mismo, patee con ambas piernas la compuerta dañada y esta cayo sin mucho esfuerzo. Utilice los brazos para arrastrarme fuera del carro pese a que podía sentir claramente como los fragmentos de vidrio me rasgaban la piel, ante la quemazón del ardor proporcionado y la sensación cálida de mi sangre fluir mis lamentos penetraron mis oídos.

Una vez de pie me percate de otros dos vehículos que se vieron involucrados y entre ellos uno de gran tamaño podía distinguirse por el cual se desbordaba un líquido de manera torrencial;

"Peligro sustancia inflamable"

Leí la advertencia escrita. Me provoco un miedo cerval. Pese al intenso mareo y del desequilibrio en mi cuerpo, me acerque e incline hacia Daniel. Súbitamente al verlo la sensación de angustia exaspero en mi garganta, sangre abundaba de su cabeza y boca, sangre espesa. Fragmentos de vidrio provenientes del parabrisas destrozado estaban incrustados en distintas partes de su cuerpo como en su rostro, sus heridas teñían de un rojo carmesí su camisa blanca, y el volante apresaba su cuerpo. Intente encontrar la manera de sacarlo y mientras más pasaban los segundos y él seguía atorado dentro junto a Elián, la intranquilidad paso a ser gran desesperación.

—Hermano... vamos despierta, ¿Hermano? — .Pedí continuas veces con aflicción. —Hermano despierta. — Comenzaba a desmoronarme. El desespero se apodero completamente de mí cuando alcance a distinguir que la parte delantera del Mercedes Benz estaba incendiándose, y que las flamas incrementaban con las chispas y los pequeños destellos que se producían por las descargas. Trate perseverantemente tirar de su brazo izquierdo hacia mí, incluso probé con empujar el volante pero mi fuerza no era suficiente. No sabía qué hacer. Mis estúpidas manos no brindaban la fuerza necesaria, y mi mente no podía pensar con claridad por el terror que sentía. —Ayúdenme... ¡Ayúdenme, por favor! — Grite frente a mi impotencia. — ¡Daniel! ¡Elián! ¡Debemos salir de aquí, ya despierten por favor! —, pedí ya desplomándome entre lágrimas y sudor, muy exhausto sin haber hecho nada.