sofá - dopil

parte única

el fin de semana había llegado.
dowoon no tenía algún otro plan más que el no salir de su departamento.
tampoco deseaba tener planes en ese momento.
se despertó tarde, últimamente dormía en demasia.
y mentía si negaba el estar triste.
hace menos de una semana, fue que había sido dejado por su, ahora ex, wonpil.
lo había dejado junto a una sensación de vacio oprimente en su pecho.

wonpil, aquel chico de cabellos castaños y ojos bizcos, realmente lo hacía feliz. sólo él sabía cómo levantarlo en sus peores momentos, las cosas que más odiaba, las cosas que más amaba, cada pequeño detalle.
wonpil era un chico misterioso e impredecible, siempre sorprendía a dowoon.
eran dos polos opuestos, uno luz y otro oscuridad, pero aún así, se amaban y cuidaban mutuamente. eran grandes compañeros y amantes.
llevaban apenas un año juntos.

dowoon aún no entendía que había hecho para que aquella bella relación termine,
se culpabilizaba.
aún recordaba el eco de la voz del más grande, recordaba con claridad aquél día.

lo hizo sentarse en su sofá, "mantén la cabeza en alto", decía, mientras el pelinegro solo sollozaba, mirando con dificultad a wonpil, lagrimas inundaban sus ojos.
el castaño apreto sus manos  fuertemente, "niño, se terminó… así que, por favor, deja de llorar"

wonpil era impredecible, siempre sorprendía a dowoon, y así lo sorprendió cuando le puso fin a su relación, aquella que tanto color le puso a sus aburridas vidas.

dowoon sabía muy bien que eso pasaría algún día.
pero aún no salía del shock; probablemente, no volvería a sentir los finos labios de wonpil sobre los suyos, no escucharía sus dulces "buenos días" y noches, su cuerpo abrazándole, transmitiéndole su calor, la fricción de sus pieles, no lo volvería a escuchar repetir su nombre entre gemidos.

le ponía tan triste haber perdido el amor de wonpil. no entendía a que se debía aquello. y no era nadie para reclamarle, o pedir justificaciones.
aunque, creía que perdurarian más que aquel bello año juntos.

dowoon se levantó de la cama, luego de haberse encontrado mirando el techo por un largo tiempo, sumido en sus pensamientos.
su vista se volvió negra por unos segundos, se mareó al ponerse de pie repentinamente.
se dirigió hacía el living, en el reloj pudo ver que ya eran las dos de la tarde. abrió las cortinas de la ventana, sólo encontrandose con la gris y triste ciudad, contaminada de edificios.
tomó unas galletitas de la alacena, luego sentandose en el sofá, en el cual se quedo inerte por unos segundos.
cerró sus ojos, todo parecía oscurecerse a su al rededor, le era inevitable no pensar en su ex, sentado en aquel sofa.
todavía lo extrañaba, todo le recordaba a él, y cuando pensaba en wonpil, todo parecía ir bien.
"las cosas están bien." pensaba, tratando de superarlo.
sabía que con el tiempo, las palabras de wonpil, que ahora se repetían en su mente, se oscurecerian.

suspiró, cansado.
wonpil había llegado a su vida, y le enseñó mucho.
crearon bellos recuerdos juntos, y no los tenía que recordar con dolor.

con el tiempo, aquellos recuerdos solo se volverían en algo lindo, una etapa superada.
la vida de dowoon había cambiado luego de conocer a wonpil, e incluso luego de haber cortado, había sido para mejor.

"gracias." — murmuró el pelinegro, con una leve sonrisa en su rostro, aún recordando la suave voz del mayor, "niño, se terminó… así que, por favor, deja de llorar."

sofa - crush.