S E I S
LA PACIENCIA siempre había sido una de las milagrosas aptitudes que Kim TaeHyung perfeccionó a lo largo de los años. Cuando no era más que un niño, jugaba al ajedrez con su abuelo y leía cuando estaba lloviendo; conforme fue creciendo, su niñez y adolescencia no fueron precisamente la cosa más divertida e inolvidable de su vida. Solía deambular solo por los pasillos de su instituto, hablando con unas pocas personas y destacando en cuanto a calificaciones numéricas. Escuchaba a los profesores y a sus compañeros de clase, cogía delicadamente el lapicero para trazar bocetos de magníficos dibujos y acariciaba las teclas del piano con solemnidad. Una vez que le tocó elegir una carrera a la cual dedicarse, eligió Medicina; porque eso era lo que había estudiado su abuelo, quien le crio.
TaeHyung siempre había visto por la televisión las cosas impresionantes que hacían los doctores, aunque estos no fuesen más que actores disfrazados con una bata blanca y vomitando las palabras de un guion premeditado. Se había informado mucho gracias a Internet: «El acto formidable del doctor Choi ShinYe salva a una joven de dieciocho años de ataque epiléptico», «Se han registrado 1400 casos de salvamentos ante paros cardíacos», «La ciencia médica avanza formidablemente para encontrar la cura del cáncer», «Una doctora salva siete de las diez personas que estuvieron en el accidente en cadena de la salida 79».
Todo lo que leía el joven Tae le llenaba el pecho de orgullo y de esperanza. Él quería ser también un buen médico, así que desde bien pequeño acudía a la pequeña consulta de su abuelo y se quedaba ahí para observar y aprender. Averiguó muchas cosas: algunas buenas y otras malas. Descubrió cómo detectar el cáncer de pulmón, cómo hacer un simple chequeo, qué medicamentos recetar en caso de y, sin mucha importancia, cómo desinfectar una herida y cómo vendar un brazo o pierna heridos.
TaeHyung estudió mucho. Demasiado, a decir verdad. No estaba satisfecho solo con haber entrado en la carrera con una buena nota, quería ser el mejor de su clase. Quería que los profesores reconociesen que él era un buen alumno y que se convertiría en un grandioso médico. Así que, durante sus años universitarios, Tae apenas vio la luz del sol. Todo su mundo se reducía a su cuarto y a sus libros.
Entonces se graduó siendo el mejor alumno de su promoción. Su abuelo estuvo tan contento por él que iba diciendo a todos los vecinos del pueblo pesquero en donde vivían que su nieto era el mejor doctor de toda Corea. Tae se sentía complacido: por fin podría trabajar con su abuelo en la consulta del pueblo. O, mejor aún, aspirar a trabajar en un enorme hospital de Seúl. Habiendo sido un alumno tan excelente, él tenía la confianza de que encontraría un trabajo con facilidad.
Y realmente lo hizo. Cuando su abuelo le convenció de que tal talento no podía ser desperdiciado en un pueblucho inmundo, Tae envió su ficha a un hospital, siendo entrevistado y contratado en menos de una semana.
ESTÁS LEYENDO
seis | taehyung
Fanfiction❝Ahora solo vive en mis efímeros recuerdos, junto al resto de personas que no pude salvar❞ One Shot: Kim TaeHyung [BTS] Sexta parte; saga one-shots. Saga: Veintiocho.