Capítulo 11
Me siento cansada.
Arrastro mis pies hasta la cama y me dejo caer con los brazos abiertos. Estiro mis extremidades varias veces hasta sentir mi cuerpo completamente laxo, he estado tensa toda la noche y necesitaba un respiro.
Antes de subir me he asegurado de que Andre estuviera bien. Sentí un gran alivio y alegría al ver que ya se encontraba en su lugar, me fascinaba verlo dormir, que le hacía varias fotos y hoy no fue la excepción. Le saque más de veinte, ya mañana tendría tiempo para escoger la más bonita e imprimirle para colgarla en mi habitación.
Unos golpes en la puerta me hacen levantar la cabeza, por un momento pienso que es Joel y la ilusión de que así sea me invade que trato de acomodar mi ropa y peinar mi cabello. Inconscientemente sonrío esperando que sea el pero al preguntar "¿Quien es?" Mi sonrisa se esfuma. No se trata de el, es mi madre y vaya milagro que viene a verme.
—Pasa. —Respondo cortante.
No es que sea así siempre, tampoco que sea una inrrespetuosa con ella pero últimamente se lo a ganado. En los últimos doce años no ha hecho más que criticarme y juzgar las cosas que hago. La última vez que hablamos fue donde no pude controlarme que termine por soltarle palabras que no debí decir, estuvo mal y si mi abuela me habría escuchado estaría muy decepcionada de mi.
Los valores ___, los valores.
La puerta se abre y la veo de reojo entrar con su impecable traje de señora de negocios. El vestido que luce la hace sobresaltar más joven, atractiva y segura de si misma, lo cual lo sabe muy bien. Son pocos los aspectos que comparto con ella, herede su color de cabello castaño y su mal carácter, el color de ojos lo obtuve de mi padre ya que los dape Valeria son de color verde gris y los de mi padre marrón obscuro. En los demás, no hay nada en común, aún que aveces deseo tener esa confianza que la hace brillar y sobresalir entre sus demás compañeros de trabajo, con decir que es la favorita de su jefe.
—Cámbiate. Me acompañaras a una cena muy importante —Me ordena, da media vuelta y antes de que se vaya la detengo.
—No ire, estoy cansada —Le digo, de manera suave. Su orden a hecho que me levante de la cama, camino hacia mi armario y saco la pijama para vestirme.
—No te estoy preguntando, te estoy ordenando —Demanda seria, volteando a verme y fijar sus ojos en los míos por unos segundos, demostrando que si no le hago caso habrá consecuencias. Respiro hondo decidida a ceder pero cuando escucho lo siguiente hace que pierda las ganas de hacerle caso—. Te espero abajo en diez minutos.
¿Diez minutos? ¿A caso cree que soy flash?
—Díselo a mi papá o a mi abuelo.
—Tú padre no está y tú abuelo ya está dormido. —Me hace saber.
Detengo mis pasos hacia el baño, entonces ¿Soy su última opción? No entiendo porque a venido a decírmelo a mí, bien podría haber ido sola. Si siempre lo hace.
—Entonces ve sola. —Le sugiero.
Continuo y cierro la puerta del baño. Espero se ponga a reñirme otra vez como todos los días, sin embargo cuando abro la regadera para no escucharla la puerta de mi habitación suena siendo cerrada. Para asegurarme voy y abro un poco la puerta del baño, no está y eso me hace sentir culpable. Es mi madre y por todo lo que haya pasado todos estos años no merece que la trate así como ella lo hace conmigo, con indiferencia.
De mala gana me doy por vencida y dejo a un lado mi mal carácter de niña caprichosa. De todas maneras si me quedo aquí no haré nada más que pensar en Joel y todo lo que le rodea, mucho más con el dato de hoy. Así que me dispongo tomar un tiempo récord mientras me arreglo.
Haciendo cuenta en mis cálculos pienso que me he demorado el tiempo de nueve minutos justos. Pensaba activar el cronómetro pero con solo escucharlo sonar ya me hubiera entrado la desesperación. Por último me paro frente al espejo y me doy un repaso rápido mientras miro mi atuendo de esta noche y comparo si se vería mejor el vestido rosa que traigo puesto con el cabello suelto o recogido. Lo dejo por lo segundo.
En cuanto bajo los escalones de uno en uno con cuidado por los tacones– supuse que la cena debe ser con sus compañeros de trabajo así que debía ir presentable al igual que ella elegante e impecable –Veo a mi madre pasar por el pasillo hacia la sala, al verme se detiene y me da un repaso de arriba abajo haciendo sentir insignificante cuando pienso que va alagarme, suelta una cruel y dolorosa crítica.
—¿Crees que así te ves bien? —No quiero imaginar que su comentario me está ofendiendo pero al sentir el tono de burla con el que lo dice, me llena de rabia y dolor al pensar si realmente la mujer que tengo en frente es mi madre— Si no voy a un circo.
Bajo la mirada y miro mi vestimenta, realmente está metiendosé con mi autoestima y por un instante no permito dejarme influenciar por lo que a dicho sin embargo decaigo con las miles de ideas que se me vienen a la cabeza ¿Que tal si tiene razón? ¿Que tal si me veo como un payaso? ¿Quizá los diez minutos no fueron suficientes para arreglarme? Por un instante quise aparentar esa confianza en mi y demostrarle que puedo llegar a ser como ella.
Toma su cartera que está sobre la mesita del salón y se dirige hacia la salida, entonces ya no aguanto y termino por gritarle sin importarme si despierto a los vecinos e incluso al abuelo.
—¡¿Porqué?! ¿Porque eres así conmigo? —La vista ya se me está cristalizando y parpadeo varias veces para no soltar ninguna lagrima. La voz me tiembla y sintiendo un nudo en la garganta la veo voltearse y mirarme impasible.
—¿Que es lo que quieres? ¿Dañarme la noche? Es que en serio, no lo soporto. Tener que aguantarlos todas las noches ¡Que fastidio!
¿Que a dicho? Con decir aguantarlos, ¿Se refería a toda la familia? ¿Mi padre, mi abuelo y yo? No quiero creerlo, no puedo hacerlo. Y por mi culpa he metido a mi padre y abuelo en esto. Voy a terminar de bajar los escalones cuando la escucho y me detengo en el último quedando frente a ella cuando se acerca.
—¿Eso es lo que querías escuchar? —La miro y la desconozco—. Nunca te he querido, a ti ni a tu padre. Por su culpa tuve que dejar a la persona que más amaba. —El corazón me palpita con fuerza y duele cada vez más con cada palabra que está soltando. No creo poder escucharla más—. Tú abuelo me destruyó la vida al casarme con alguien que no quise porque me embaracé de ti. Un error, maldito error.
Sus palabras me golpean fuerte que no soy capaz de reaccionar y no hago más que llorar en silencio por lo que a dicho. Tengo el corazón destrozado y el pecho duele, duele mucho que me ahoga. Nunca esperé esto de ella, nunca creí que fuera capaz de decirme todas esas cosas horribles. Creía que en algún momento volveríamos a ser las mismas de antes, cuando solíamos jugar y mirábamos películas juntas.
Ahora todos esos recuerdos se han alejado y no hago más que recordar los malos momentos e incluso este se quedara grabado en mi mente.
Estoy en shock.
No hago más que mirar el girasol de en frente, ya no pienso, no me muevo, no sé si estoy respirando siquiera. Desvío la vista, mi madre ya no está, se a ido y eso me rompe mucho más. Se fue. Ni por un rato pensó en quedarse para arreglar las cosas. Cierro mis ojos por un momento, sosteniéndome del pasamano de a lado y mantengo mi equilibrio, estoy mareada, mi vista sigue nublada por las lágrimas.
Un error.
—Fui un error. —Murmuro para mi misma y con la manga del abrigo me seco las lagrimas. Despacio y sin causar ningún ruido empiezo a subir nuevamente los escalones.
![](https://img.wattpad.com/cover/146416625-288-k35186.jpg)
ESTÁS LEYENDO
LA PROMESA (Joel Pimentel y tú) (Fanfic)
Teen FictionEl Abuelo de mi futuro esposo y mi Abuelo pensaron que sería una buena idea entrelazar la vida de sus dos nietos por medio del Matrimonio, digamos que... para reforzar su amistad. Puedo imaginar a mi abuela darme un buen golpe en la cabeza por burl...