— ¿SABES QUÉ?, ESTOY HARTA DE QUE SIEMPRE QUIERAS MANDAR EN MÍ VIDA, PARA TI NUNCA SOY LO SUFICIENTEMENTE BUENA PARA HACER LAS COSAS BIEN, SIEMPRE HAGO LO QUE QUIERES QUE HAGA, ¿PERO ADIVINA QUÉ?, NUNCA ES SUFICIENTE, PERO ME CANSÉ, DEJAME EN PAZ DE UNA VEZ POR TODAS Y JURO NUNCA VOLVER A MOLESTARTE— Grité sin rodeos.
Por fin he podido desahogarme y decirle lo que pienso, mí madre es de aquellas personas que creen que por tener dinero y un gran estatus social tienen todo en la palma de su mano, y a decir verdad esa opinión apesta. Odio que piense que puede hacer lo que quiera con mí vida y manejarme como un títere, pero eso se acabó.
—ESCUCHAME SEÑORITA, NO PERMITIRÉ QUE ME ALCES LA VOZ, TU IRÁS A ESA ENTREVISTA UNIVERSITARIA MAÑANA QUIERAS O NO, ¿ME OÍSTE?— Exclamó molesta.
—NO PUEDES MANEJARME COMO SI FUERA UN TÍTERE, YA TE DIJE QUE NO IRÉ, ESTO NO ES LO QUE QUIERO PARA MÍ VIDA— Declaré.
Odio ser tan sensible y manipulable, es una de las razones por las cuales mí madre siempre había manejado toda mí vida a su antojo. Siempre me decía como debía sentarme, como hablar, como caminar, que hacer, hasta me decía como debía lucir. Pero estoy harta. Mí hermano Lucas nunca logró ser manipulado por mi madre, es el típico chico malo que las chicas adoran, y a decir verdad es un idiota, pero lo amo, tenemos una excelente relación como hermanos, por eso decidí ir a vivir con el. Lucas decidió independizarse hace un par de años y está viviendo en un pequeño pero cómodo departamento con su mejor amigo ¿Harry?, la verdad no recuerdo muy bien su nombre.
—CHLOE ¿ME ESTÁS ESCUCHANDO?— Exclamó mí madre irritada.
—¿Sabes madre?, creo que llegó la hora de independizarme— Digo con tono calmado.
—No lo dirás enserio, ¿o sí?— Me mira incrédula.
—¿Quieres ver que si?— Digo con una sonrisa burlona dibujándose en mis labios. Me doy vuelta y comienzo a subir las escaleras dando pequeños saltitos como si de una niña pequeña se tratara.
—VUELVE AQUÍ CHLOE, O ESTARÁS CASTIGADA SIN SALIDAS POR EL RESTO DE TU VIDA— Exclamó a punto de explotar. No la podía ver, pero sabía que en estos momentos estaba roja de la furia.
—Ya no podrás hacerlo madre, me mudaré ¿Recuerdas?—Dije lo suficientemente alto para que pudiera escucharme.
—ASHHHHHH— Gritó mí madre dándose por vencido.
—Mañana será un largo día— Mascullé entrando en mí habitación y dejandome caer sobre la cama.
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Hola!!!!!
Un pequeño adelanto de lo que se viene, espero que les guste.
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