CAPITULO VII LA VENGANZA DE UN LAYETANO

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LA VENGANZA DE UN LAYETANO

Una vez Sosian salió de la guarnición romana, bajo la atenta mirada de todos los soldados, se dirigió a la colina donde esperaban sus hombres y juntos marcharon hasta Ciara donde ya Iceatín esperaba ansioso la llegada del nuevo jefe de la aldea; Intranquilo ya que sabía que Cicerón no era un hombre de fiar, y mucho menos de honor, al contrario que Sosian.

Al llegar a la aldea, Sosintacer y Sosian se dirigieron a la choza de Iceatín.

-¡Padre, gracias a los dioses ya hemos llegado sanos y salvos!.-

-Y Sosian, ¿está bien?-

-Si padre está aquí conmigo-

-Temía por vosotros, en especial por ti Sosian.No me fío nada de Cicerón.-

-Puedes estar tranquilo.Ahora no puede hacerme nada ya que soy ciudadano romano y las leyes me protegen.Pero finalmente le he ofrecido un duelo y mañana al alba lucharemos por nuestras vidas.Como pensaba no se ha podido resistir.Si los dioses me dan su favor me darán como ganador.-

-Pues lo mejor será que les reces, ya que he podido observar a Cicerón luchando y puedo asegurarte que sabe manejar muy bien la espada.Es un consumado luchador.-

-Lo se.Pero has de saber que desde que me vendió a la escuela de gladiadores, todo mi afán era aprender a luchar y cuando conseguí la atención de Batiato me convirtió en gladiador.Desde ese momento peleé por ser el mejor.Todo lo que he peleado ha sido como una espiral para llegar hasta este momento.Ahora ha llegado mi deseado momento de venganza sin que haya tenido rival en la arena.Eso Cicerón lo sabe, y estoy seguro que cree que soy un rival a respetar.

-Cierto hijo, pero no estaría de mas no bajar la guardia.-

-Así haré Iceatín.-

Dicho esto, Sosian salió de la choza de Iceatín y pidiéndo que lo dejaran solo, marchó hasta la Colina de los Dioses, y arrodillándose ante el Arbol Sagrado comenzó a rezar:

-Dioses de mis antepasados.De mi padre y de mi madre.Os quiero pedir con total humildad perdón por pediros protección para lo que me espera mañana, pero es algo que no puedo eludir. Os pido que me ayudeis a mantener mi espada firme y me hagáis ganar en el combate. Os lo pido por mi honor, por el de mi padre y el de mi madre, e incluso por el honor de Lucio Antonio, el hijo fallecido de mi padre adoptivo y del que yo llevo su nombre para los romanos.-

Dicho esto inclinó su cabeza, y al momento una voz que le era familiar y que hacía muchos años no escuchaba se dirigió a él.

-¡Sosian hijo mio!.-

-¡Padre!, -Dijo emocionado al ver a su padre frente a él.

-Sosian.Has de tener valor para enfrentarte al duro tránce que te espera mañana, y desde luego que se que lo tendrás.Es una dura prueba que no dudo que podrás salir airoso, pero no has de confiarte, ya que Cicerón, aunque es buen luchador, cuando se encuentra acorralado no juega limpio, y puede darte múltiples sorpresas. Piensa que tu madre y yo desde donde estemos, estaremos protegiéndote.Lucha con valor y cabeza, como solo un layetano sabe luchar.Por tu honor y por el de Ciara.Se que lo harás sin bajar la guardia.Recuerda que te queremos.-

Dichas estas palabras, la imagen de su padre se desvaneció como el humo.

-¡No padre.No te vayas!-Dijo con lágrimas en los ojos-¡Son muchas mis preguntas!

Cuando asimiló la marcha de su padre dijo tambien entre lágrimas:

-Gracias padre.Acabas de infundirme el valor que me faltaba.-

HISPANIA,SOSIAN EL LAYETANO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora