Lo que vivir me enseñó

Todo pasa por algo

Que tristeza parece tener la idea de una puerta que se cierra. Una oportunidad perdida, un tren que parte, un amor que se va, un cariño que abandona, una historia que muere

Situaciones que toca vivir y que, generalmente, recibimos con resignación y mucho dolor. Estoy segura de que  te ha tocado pasar en algún momento por la impotencia de que algo te sorprenda, para mal, sin que puedas hacer nada para evitarlo, cambiarlo o mejorarlo.

Pero también, apuesto todo a que alguna vez de tu vida también te ha tocado pensar que algo hermoso que vives, no hubiera sucedido de no ser por esa situación nefasta que en su momento odiaste. 

¿De verdad me vas a decir que nunca terminaste agradeciendo lo que días, meses, incluso años atrás te rompió el corazón?. Vuelve tu mirada hacia el pasado, descubre que luego de cada tormenta de viento, se despejó el cielo y pudiste verlo en su azul más sencillo.

Anímate a descubrir que no hay nada que no juegue (a la larga) a tu favor, anímate a descubrir la belleza de la causalidad, del hecho de que nada ocurre porque sí, todo tiene un "porqué", y ese "porqué" es tu felicidad, así de simple. 

Deseo que cada situación triste que vivas de aquí en más, la vivas con la esperanza nacida de la experiencia propia de saber que nada ocurre sin razón, y que todo apunta al camino de tu felicidad.