Hacía mas de una década que Henry no pisaba ese lugar, a pesar que allí había conocido a buenas personas, se vio incapaz de mantener contacto con ellas; en parte se debió a la manera en que había renunciado y también a la vergüenza que le embargó después.
Largos años pasaron sin dedicarle uno que otro pensamiento nostálgico a aquél lugar, por ello su curiosidad no habia sido lo suficientemente grande como para averiguar lo que había ocurrido allí durante su ausencia.
Muchos fueron los escenarios que pasaron por su mente cuando recibió la nota de Joey pero definitivamente ser perseguido por caricaturas vivientes no era uno de ellos.
Quizás debió dejar su orgullo mucho tiempo antes, quizás debió tratar de mantener contacto con sus antiguos compañeros, quizás debió darse la media vuelta desde el momento en que notó el ambiente del lugar. Son muy curiosas las cosas que se le vienen a uno a la mente cuando se esta a punto de morir.
De pie, parado frente a él, se hallaba quién fuera su creación más querida; ese pequeño diablillo con el que se había divertido tanto al dibujarlo una y otra vez.
De ese inocente dibujo nada quedaba, con una sonrisa macabra, teñido de tinta negra que escurria de su cuerpo, Bendy su creación, habia sido convertido en un monstruo.
-Es el fin del camino Henry- con su voz cavernosa y ronca, Bendy sacó de sus pensamientos al creador. - Mírame bien, mira lo que me hicieron ¡lo que tu permitiste!. Yo no pedí ser un monstruo- dijo con rabia acumulada
Era cierto, Bendy no tenía la culpa de nada, había sido él quien lo abandonó; era un dibujo animado sí pero era SU creación y por lo tanto su responsabilidad.
Llegando a esa conclusión, Henry bajó el hacha de sus manos y se rindió
-Esta bien, tienes razón Bendy haz lo que tengas que hacer.
Bendy alzó las manos mostrándole las garras que tenia en lugar de sus guantes infantiles. Dio tres pasos hacia su creador con la tinta chorreando de su rostro hasta que la voz de Henry volvío a sonar
-Lo siento Bendy, jamás te habría abandonado si hubiera sabido lo que ellos planeaban hacerte, ellos son los monstruos ninguno de ustedes: Boris, Alice y tu lo son. Perdóname, perdónenme.- con la mirada en alto Henry quiso dedicarle sus últimas palabras no sólo a su creación sino tambien a las demás caricaturas. Al mirar las garras de Bendy tan cerca de su rostro sólo atinó a cerrar los ojos esperando que su muerte fuera al menos rápida y no tan dolorosa.
Segundos pasaron pero nada ocurría, Henry no quería hacerse esperanzas, hasta que sintió algo húmedo rodeando su cadera. Abrió sus ojos lentamente descendiendo su vista hacia el suelo.
Bendy se hallaba aferrado a su cintura como un niño pequeño
- ¿Porque Henry? ¡Nosotros no pedimos nada de esto!
Henry dejó salir un sonoro suspiro colocando su mano en el hombro de su creación
-Si de algo sirve a nombre de mis antiguos compañeros les pido perdón. Si mi muerte les permitirá hallar algo de paz que así sea. Tan solo concedanme un último deseo.
Sin esperar respuesta el ex-caricaturista se arrodilló hasta llegar a la altura de Bendy; temblando lentamente por el nerviosismo que sentía tomó entre sus manos el rostro de la descorcentada caricatura, rápidamente sus dedos se tiñeron de la oscura tinta que escurría del rostro de Bendy aunque en esos momentos eso no podia importarle menos.
-¿Que te hicieron esos malditos mi pequeño diablillo?- dijo Henry acunando cariñosamente el rostro de Bendy entre sus manos - Juro que si hay un infierno iré hasta allí para darles su merecido. No me odies por favor, yo jamás habría permitido que te hicieran daño-Aprovechando la estupefacción del demonio, Henry finalizó su discurso con un fuerte abrazo.
Sin nada más que decir se puso de pie y cerró sus ojos nuevamente; ahora ya todo estaba dicho, podia morir en paz sabiendo que sus sentimientos habían sido expresados.
Bendy esperó unos segundos más, disfrutando del silencio que se había instaurado en el lugar, al igual que Henry se puso de pie mientras veía la cara del humano frente a él; sus hombros se relajaron, girando lentamente hacia Boris y Alice, testigos mudos de toda la situación
- Llevenlo a la salida, protejanlo hasta que salga de aquí sano y salvo- dijo mientras empezaba a alejarse de Henry, éste al escuchar ello abrió sus ojos rápidamente a tiempo de ver como la figura de Bendy se desvanecía nuevamente en tinta emitiendo un pequeño susurro antes de desaparecer.
-Tú no creaste a un asesino, me niego a cubrirme con la sangre de un inocente. Adiós Henry, gracias por todo - y así como llegó, Bendy se fue de la habitación dejando detrás suyo a un desconcertado humano y dos caricaturas que habian olvidado como hablar.