Después de un tiempo lo mejor no fue verte más.
(Lo más saludable para mi, claramente)
Nada cambió desde el día uno, a éste, que debe ser el dos mil y eterno día de conocerte, pero ahora sin vos...
Parece ilógico, casi imposible.
Pero la verdad es que nunca te dejé, ni te dejo, ni puedo dejar de pensarte.
Hay días que te odio recordando todo lo malo.
Y otros días sonrió por las cosas lindas.
Me pregunto si te pasa lo mismo.
Si cuando me desvelo por tu culpa quizás vos también lo sentís, si percibís mi energía, la de mis pensamientos.
Si casualmente cuando te encuentras sólo también pasó por tu cabeza.
O si debes en cuando a escondidas miras nuestras fotos, como hago yo.
Pero hoy...
Te odio de nuevo.
Volvi a pensar en vos.