Although

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Prefacio de Yin Yang, KuridaoreTaro


« ¿No sabes acaso

que estamos ligados

estrechamente?

Desde viejas edades

empecé a protegerte»

Ise Monogatari,

Ariwara no Narihira.



Estaba destrozado, destrozado hasta la inconsciencia del dolor, envuelto en anestesia con todo el sufrimiento echado sobre los hombros.

Se levantó de la incómoda silla de plástico que le tenía agarrotadas las articulaciones y dormidos los músculos del trasero.

Los murmullos y la música instrumental depresiva de fondo en la sala le mareaban hasta sentir el sabor de la bilis en la boca.

Tendría tres días de ayuno en el siguiente cuarto de hora, pero se sentía capaz de mantenerse en pie así que camino cargando con el dolor fresco en el corazón al motivo de su agonía.

Se paró frente al altar de lirios y claveles a lado de un hombre tan alto que seguro tocaba las nubes con los cabellos. Se sentía celoso de ese hombre ¿qué relación tenía con Hoseok que miraba su fotografía con esa fijación de alguien que se extraña de la existencia?

Había visto el perfil del hombre mientras caminaba y se dio cuenta de lo guapo que era. Su rostro completo seria algún canto de los ángeles. Yoongi nunca había estado en el cielo, pero ese hombre parecía traer algo celestial alrededor. Si no se sintiera miserable se habría permitido observarlo hasta el cansancio. O tal vez no, Yoongi estaba enamorado de Hoseok, se había personalizado unos castigos creativos para mantener sus ojos fieles. ¿Qué le estaba pasando ahora? Sopesando la posibilidad de observar a otro hombre parado frente al altar fúnebre de su eterno amor platónico ¿eso lo convertía en alguien horrible? ¿Hoseok estaría viéndolo con reproche desde donde estuviera? Ojala estuviera en el infierno, Yoongi estaba rezando un rosario al revés para ello, lo odiaba por haberse muerto.

—¿Estas bien? —Yoongi giró la cabeza y vio el rostro del hombre a su lado.

Los días de ayuno le pasaron factura se sintió débil. No pudo devolver la mirada que le dedicó el hombre así que avergonzado huyó lejos.

Corrió hasta la azotea del edificio, no estaba tan lejos así que logró llegar sin desmayarse lo supo por que se desvaneció allí mismo aunque unos brazos lo atraparon y ya no pudo terminar de desmayarse en paz.

Era ese hombre.

— ¿Qué haces? —le preguntó confundido.

—Evito que le robes el protagonismo a Hoseok muriéndote aquí en la azotea de su funeral.

—No haría eso —se puso a la defensiva

—Parecía lo contrario —respondió calmado ese indgnante hombre.

—En cualquier caso ¿Qué te importa? ¿Eres algo de Hoseok? —le carcomía preguntarlo.

—Soy su novio, o lo era, no sé qué le dirá él a sus fantasmas —respondió soberbio.

—Suéltame —Yoongi se alejó de esos brazos—. Nunca te había visto —le reclamó

—¿Conocías mucho a Hoseok?

Taegi's OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora