El llanto de mi ángel.

Cap. 2

La semana paso rápido, los exámenes y proyectos pendientes los presenté y, como siempre, pase; aunque la verdad no me importaba, yo solo quería salir ¡ya! Hoy, viernes era una especie de convivencia con los chicos un año menor que nosotros. –Pura mierda, solo sirve para que todos lloren y cursilerías como esas.

Este año no quiero ir, pero mi madre me obligó. Una vez en la escuela, todos teníamos que ayudar a llevar mesas y sillas. Muchos otros, nos escondimos en el laboratorio para no ayudar ni lidiar con los profesores histéricos, como no tenía pensado comer me lleve un Monster y me lo tome, obviamente no deje mis siempre buenos amigos, los cigarros y chicles.

Una vez todo estuvo listo, ayude a una chica a cargar las últimas sillas que faltaban, no pienses de más, solo lo hice porque necesitaba ayuda, no por algo más.  Los maestros no llamaron a nuestro salón, el convivio fue ahí porque estaba lloviendo, y como pobre se nace el salón era lo más grande que tenían. Todos comieron como locos, mientras yo les pasaba mi comida a los que pronto acabaron la suya.

-Samuel, ¿no piensas comer?-Pregunto una compañera mía, supongo que ella era lo más cercano a una amiga. Su nombre era Melanie. De alguna forma, ella siempre se preocupaba por mi, incluso muchas veces intentó hacerme socializar más.

-No, la verdad es que desperté con un dolor horrible de estómago.-Todo esto ya lo tenía planeado por si alguien preguntaba, vaya que sirvió.

-¿Me puedes dar tu plato, entonces?-Pregunto el chico a mi lado. A pesar de estar con ellos desde que la secundaria comenzó me era muy difícil recordar sus nombres. A veces, incluso los confundía, por eso prefería no hablarles. Pero lo poco que recuerdo de él es que comía demasiado y a pesar de eso estaba delgadísimo, cosa que en parte le envidiaba. Aunque de alguna forma me caía bien, los maestros siempre lo regañaban.

-Bueno, chicos-Dijo la subdirectora, la maestra Magdalena- Hoy quiero dar un discurso a los chicos que nos dejan este año-Las lágrimas amenazaron con salir de sus verdes ojos, que a pesar de la edad eran muy lindos y con vida. Tomo una buena bocanada de aire y se dispuso a proceder. –Quiero que sepan que nunca nadie tomara su lugar, ustedes fueron un buen grupo y a pesar de algunas turbulencias en el camino, al final todos supieron llevarlo bien y unirse…-Muchos de mis  compañeros, las chicas más que nadie, tomaron sus manos y algunas ya hasta llorando estaban. Llámenme amargado, frio, o como quieran, pero la verdad es que ningún sentimiento invadía mi ser.

Al prestarle atención a la maestra, me di cuenta que me miraba. Oh no, mierda no. Que no hable conmigo, ni de mí, que no me involucre en su discurso mejor.- Algunos de ustedes simplemente no supieron acoplarse del todo al grupo – Todas las miradas se posaban en mí, genial. No podía ser peor. – Sin embargo yo sé que todos se extrañaran, y bueno solo espero que en la preparatoria sepan desenvolverse y dar el máximo de su potencial, como aquí demostraron que tenían. – Juro haber escuchado un “Afronta tus miedos” por parte de la maestra como última parte de su discurso, pero entre los sollozos y que todos se abalanzaron a ella para abrazarla y detener su llanto ya no supe si eso había sido cierto.

Todos, y me refiero a todos, fueron a abrazarse los unos a los otros. Que si el novio con su novia, o las mejores amigas, incluso los que nunca se habían llevado bien estaban ahí, llorando, enfrente de todos, aferrándose a su compañero. En cambio yo, seguía ahí, sentado en mi incomoda silla, viendo como todos eran felices por última vez con su compinche. 

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Hola guapisimos :3 

Pues nada, si les gusta no duden en dejar una sexy estrellita o comentario *con que den muestras de vida* Ahre. Gracias por las quince leídas, sí yo se que son poquísimas pero me hace ilusion y ashím. :*

Buenos, pues eso; ciao. *corazoncito gay*