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La segunda guerra se desataba en el mundo, la locura y desesperación invadía todos los cuerpos, la gente necesitaba sentirse a salvo.
A toda costa, a todo precio.
Pero, ese no era el caso de la familia Styles.

Ellos junto a nueve familias más fueron privilegiadas, estarían siendo refugiadas en un campo en lo ocultó de Londres.

Harry, el hijo mayor de la familia corría por los pasillos empacando sus últimas cosas.

-Cara de pene.-Dijo el, refiriéndose a su única y menor hermana-. ¿Dónde dejaste mis libros, Cara de Pene?

Un libro voló por los aires y aterrizó en la esponjosa cabeza del rizado, confundiendolo, dejándolo aturdido y furioso.

-Si voy a tener cara de pene, espero que no sea uno tan feo cómo el tuyo.

Se defendió la menor.

De fondo las bombas sonaban fuerte, gritos, golpes, disparos, caos.

Harry no parecía demostrar temor, caso contrario al de su madre, quien no paraba de pellizcar sus muslos en señal de nerviosismo.

-El automóvil que nos trasladará vendrá en unos minutos.

Murmullos y gritos se escuchaban fuera de la casa Styles.
Al ser una familia adinerada casi todo el pueblo supuso que saldrían inmunes de esta guerra.
Familias enteras, bebés, ancianos y hasta mascotas rogaban para que los salvarán.

-Nos llevaremos a uno para que nuestra imagen quede limpia.

Dijo el padre de la familia, acomodandose la manga de su traje, su aspecto era cínico y frío.

-Oh, Gerald, por favor, tenemos el dinero suficiente para llevarnos a una familia.

Imploro Anne, con los ojos cristalizados, su alma era pura, y si de ella dependiera se llevaría a todos.

- Uno, y Harry lo elegirá.-Dijo de nuevo demostrando poder, si lo hacían enojar, se iría el sólo, dejando incluso a su familia.- Harry tiene 17, ya puede tomar estas decisiones.

Harry ladeo una sonrisa sintiéndose poderoso.

En cuando tres bocinazos sonaron, dos soldados con físicos parecidos al de un mastodonte, interrumpiendo aquella dramatica escena.

- Llegó el transporte.

El rizado fue el primero en salir disparado y los gritos comenzaron a escucharse.

- Llévate a mi bebé, por favor.-Rogaba una mujer casi de rodillas ofreciéndole a una niña envuelta en sabanas-.

El simplemente miró para otro lado.

- TODOS LOS QUE QUIERAN ACOMPAÑAR A LA FAMILIA STYLES PÓNGANSE EN LINEA RECTA.-Ordenó un militar, a quien parecía divertirle la situación-.

Harry analizó a cada una de las personas, pero, ninguna lograba llamar su atención.

Miraba con cautela cada rostro, hasta que uno logró convencerlo.

Un castaño ojiazul, con melena alborotada y algo larga.
Lucia algo sucio, era una cabeza más pequeño que Harry y tenía un cuerpo demasiado fino.
Miraba al piso, no parecía caer en cuenta de que el rizado lo miraba hipnotizado.

- Hey, tú.

Lo llamó, el castaño enseguida lo miró confundido y con los ojos abiertos cómo platos.

- Dime tu nombre.-Harry intentaba intimidarlo con la mirada, y lo lograba-.

-Lo... Louis Tom...Tomlinson.

El castaño trago en seco.

- Ven Louis, vamos a sacarte de aqui.

El rizado le dio poco tiempo a Louis para agarrar sus maletas que descansaban en el piso y subirse al auto.

Harry había notado algo en la mirada del castaño, algo que lo llamaba a gritos.

ProhibidoWhere stories live. Discover now