Whistle for the choir

4.3K 199 54
                                    


Todo lo que quiero

 Días antes de Capítulo catorce | Buddy Holly




—Dime por qué estoy haciendo esto...—acomodó con su mano libre la correa del estuche de su guitarra que colgaba en su espalda.

—Porque quieres, yo no te lo pedí—murmuró, haciendo evidente que no podían hablar muy alto mientras trataba de leer los títulos en las repisas. Presionó su labio inferior con sus dedos pensando y olvidando nuevamente que el chico la seguía.

—Esperaba que dijeras porque necesitas un guardaespaldas.

—No necesito un guardaespaldas.

La verdad era que había llegado al departamento después de un día de ensayo y vio como ella iba a irse y solo la siguió.

—Fred me dejó a cargo de ti—sostuvo mejor el par de libros de diseño que ella le había dado minutos antes.

—No es cierto—Silver le miró esta vez—. Te dijo que no te acercaras a mí y es lo que no estás haciendo—regresó sus ojos a la repisa y suspiró.

—¿Y tú quieres que me aleje de ti?

—Ayer robaste mis llaves para que te acompañara al bar donde me abandonaste con Sue y Park—le recordó—. Hoy me seguiste hasta acá como si en verdad no pudiese verte detrás de mí usando un abrigo y lentes oscuros como un loco—le miró de nuevo y sonrió con ironía—. No tengo opción.

—Me parece extraño que vayas y vengas sola por todas partes—dijo obvio.

—¿Podrías bajar la voz? —le pidió amablemente, mirando a su alrededor; la biblioteca estaba muy tranquila y al parecer a nadie le había molestado la fuerte voz de Oliver quien hablaba como si se tratara de un concierto.

—Perdón—susurró.

—¿No tienes nada qué hacer?

—¿Y dejarte vagar sola por esta enorme ciudad repleta de depredadores de chicas bonitas? Claro que no.

—Para ya—rio—. Si quieres quedarte está bien, pero no hablaré mucho.

—¿Quién viene a la biblioteca un domingo? —levantó un poco el par de libros que tenía en sus manos, Silver alcanzó otro y se lo dio.

—Yo.

—Ni siquiera has comenzado la universidad.

—Lo sé, por eso aprovecharé el tiempo para no comenzar en blanco.

—¿Quién hace eso? —bufó.

—¿Alguna vez leíste un libro de derecho en los... cinco minutos que duraste en la carrera?

—Dos años, gracias—corrigió—. Y para que lo sepas, duré más que Fred, así que merezco más respeto, señorita.

Silver rodó los ojos y continuó buscando.

—¿Por qué arquitectura?

—Tengo una respuesta amplia —volteó por completo, casi sintiéndose ofendida por la pregunta mientras él se detenía por completo tratando de mantener los libros con él—. Es un arte útil y es magnífico. ¿No lo notas? —señaló a la pared de cristal que tenían a unos metros de ellos, que se alzaba varios metros sobre ellos y dejaba que vieran el ambiente del otro lado. No se había percatado que se trataba de un lugar tan grande hasta ese momento en el que se dio cuenta de que solo habían recurrido una pequeñísima parte de él.

Sabes a lo que me refiero [ACR EXTRAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora