Avery estaba sobreviviendo su primera noche de soledad alejada completamente de los golpes de su Ex pareja; Pero no lo ocultaba, aquel Harry no le daba buena espina, realmente no había logrado comprender con claridad lo que había querido decir su tío Becan con aquellas palabras, que, quiera o no, lograban inspirarle confianza y seguridad por lo menos por unas semanas, y sí tenían suerte, unos cuantos meses hasta qué Jason junto a su inteligencia logren encontrarla conjunto a sus mayores temores.
"La soledad me aterra.
Al igual qué pensar cómo sería mí cruel muerte."
Por otro lado, Becan ya había compartido algunas cuantas palabras con Harry sobre la oscura vida con la que su sobrina lidiaba día tras día.
La compasión lograba llegar hasta la anatomía de Harry, haciendo que el sentimiento de tristeza y melancolía estuvieran por un largo tiempo mientras decidia sí la oportunidad (y dinero) qué se le ofrecía era lo adecuado y digno de aceptar, para que así, la miserable vida de la sobrina del hombre que había logrado sacarlo de la milicia fuera muchísimo mejor en todo aspecto.
—Acepto —Harry respondió, mientras sus palabras sonaban duras, tratando de representarce lo más decidido posible.
Él estaba conforme y más que dispuesto, debía devolverle el favor a Becan, y está era la mejor manera de hacerlo, mientras veía y sentía la felicidad de tres personas.
Entre ellos...
Ah Avery: la nombrada sobrina de 19 años.
Al mismisimo Becan: quién prácticamente le había devuelto la vida al aire libre.
Y por último: A él mismo.
El tendría que enseñarle sus técnicas a alguien, pero no sólo eran "Técnicas", si no que eran
Técnicas de boxeo.
Lo que más le apasionaba, pero que lo que también algún día le había quitado la libertad, lo había llevado directamente a la cárcel, donde nunca debió haber pisado un pie.
Harry Point of View.
El despertador dio aviso a que mis horas entre los brazos del sueño habían acabado, para que así diera comienzo al día que Becan tanto había esperado hace dos meses atrás, los meses en que se había cuenta de lo brutal que podría llegar a ser ese tal Jason.
Me senté en aquella cama matrimonial completamente desordenada, impregnada de la fragancia que entregaba mí perfume, junto a un agradable toque a café y menta.
Un extraña combinación, pero aún así bastante placentera.
—Harry, ¿Dónde demonios vas a ésta hora? —Dijo Emma a mis espaldas.
Sólo me limite a soltar un largo y cansado suspiro, para luego desviar una mirada arrogante y llena de cansancio hacía mí novia.
—Emma, ya te lo había comentado, por favor no molestes —Respondí, mientras un gran bostezo salió desde mis labios.
—Oh, por favor dime que no iras con esa que "Tiene una vida fatal" —Emma habló molesta, mientras la envidia la invadía.
La verdad es que se lo he estado hablando toda esta semana, para ser exactos, desde el día qué decidí que daría aquellas clases.
—Si, justamente es eso lo que haré ahora mismo, así que por favor, vuelvo a repetir, no me molestes.
Y sin agregar algo más a nuestra inusual conversación, me levante de aquellas seductoras sábanas, hasta que cuando por fin estaba listo, me pudiera dirigír de una vez por todas a mí destino.
Calle Mackfield 163, departamento 102, piso 7, puerta 4.
Avery Point of View.
Mí espalda me pedia a gritos comodidad, mientras yo sólo le había entregado aquel incomodo sofa americano salvado de una venta de garage, toda la noche; algo terrible, pero real.
Golpearon suavemente la puerta, haciendo que mí miedo e inquietud se sintieran a flor de piel.
Miré a mí izquierda con desesperación, cuando un jarrón de vidrio fue lo primero que mis ojos pudieron divisar, sin duda alguna, lo sujete entre mis manos y camine de una manera insegura hasta la puerta de manera que estaba justo frente a mí.
Uno, dos y..... Tres.
Abri la puerta lo más rápido posible, y antes de que pudiera golpear a aquella persona que desconozco con el jarrón de vidrio, sus frías y grandes manos me detuvieron.
Entonces lo miré directamente a los ojos, aquellos ojos verdes, tan verdes cómo las hojas de un árbol en sus mejores días. Un cabello rizado de un todo más oscuro que el marrón, de tes blanca, casi pálido, y por último sus brazos con una cantidad considerable de tinta negra en ellas, formando dibujos y palabras: Tatuajes.
El miedo, satisfacción y encanto me recorrió el cuerpo.
Él era perfecto ante mis ojos, pero aún así el temor lograba ser mayor que aquel sentimiento que lograba llenarme por completo.
— ¿Qu-quién eres tú? —Tartamudeando, logre soltar aquellas inseguras palabras.
Él me miró más seguro, relajado y con la guardia un poco más baja luego de el intento de golpe que quise darle.
Soltó mis muñecas de a poco, para que cuando fueran liberadas de aquella tortura, los dedos del desconocido se deslizaran hasta mis codos.
Él sólo me acariciaba con sus dedos, haciendome sentir segura.
—Soy Harry, Harry Styles —Respondió.
Oh, ahora entiendo.
— Con que tú eres Harry —Dije.
—Con que tú eres la pequeña Avery —Respondió de igual manera, mientras una sonrisa era desataba desde sus delgados labios.
—Aunque tú comentario hacía mí estatura me haya hecho sentir algo mal, es un gusto conocerte —Mí rostro fue demostrando poco a poco mí inquietud por no conocer nada sobre éste sujeto llamado Harry, haciendo representado por una mueca.
Pero Harry me llamaba la atención, demasiado para mí gusto.
•••••
Lo prometido es deuda, aquí está el capítulo que había prometido, algo tarde, pero aquí está JAJAJAJA.
Agradezco los comentarios que me dieron en el prólogo de la historia, sin duda alguna me dieron muchísima inspiración♡.
Nuevamente, por lo mucho que me da pena pedir esto, lo necesito cómo inspiración, y sí no me creen, con decirles que en media hora escribí esté capítulo, les digo que con unos cuantos votos y uno que otro comentario me harían inmensamente feliz, en serio♡.
Nos vemos en unos días más, quizás en dos, quién sabe♡
Atentamente....
—Danae
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FEAR
Teen Fiction"Cariño, ya lo sabes, sí me buscas, hazlo entre tus propios temores".