1/ Abrazos.

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A Katsuki no le gustaban los abrazos, no le gustaban para nada.

Desde pequeño le parecían algo innecesario, y muy desagradable . Si bien había veces que aceptaba algunos de su madre (o padre) siempre terminaba en discusiones por su mal genio, ya que, aceptarlo no significa que lo correspondía. No habia nada que hacer simplemente no eran de su agrado. Y tampoco es que los demas se esforzaba por hacerlo cambiar de parecer, simplemente no lo hacían y listo. Nadie iba a meterse con alguien como Bakugo y su odio hacia los afectos.

Nadie, excepto él.

Kirishima Eijirou.

El sonriente pelirrojo ya había roto varios escudos que tenía el rubio ¿por qué iba a privarse de demostrarle lo agradable que eran los abrazos? ¡Y más los que él daba!

Al principio intento entender al rubio, darle su espacio personal. No queria sofocarlo pero le era imposible verlo y no poder abrazarlo. Así fue como iba acercándose cada vez más y más: lo abrazaba mientras caminaban juntos, lo abrazaba mientras estudiaban o hacían estupideces, lo abrazaba mientras comían también, en fin. Lo hacía cada vez que tenía oportunidad, poco le importaba los golpes que recibía a cambio, más bien la paliza que le daba tanto físicamente como verbalmente. Porque al final sabia que estaba cumpliendo con su objetivo: que al rubio le gustará estos afectos porque por más que se negará e intentará matarlo, su sonrojo demostraban otra cosa, la pequeña sonrisa que tenia luego de que fuera abrazado era unica para el ojirubí. Cada pequeño gesto de satisfacción del rubio hacia que cada golpe para Kirishima valga la pena.

-Deja de joder, Kirishima. - gruño Bakugo al sentir como era nuevamente envuelto en los brazos de su "amigo", intentado alejarlo.

El nombrado sólo se limitó a reirse levemente en su oído y apretar su agarre. Le gustaba sentir el cuerpo del rubio junto al suyo, le agradaba aquella sensación que le transmitía este.

-No puedes rechazarme en mi propia cama, Blasty. Además hoy no me golpeaste cuando lo hice en la entrada. ¿Acaso ya te gustan?- lo molesto un poco.

-Nunca, bola de mierda. - volvió a gruñir, sintiendo como un sonrojo tomaba su rostro por completo.

Es que aquello era cierto, hace más de 2 días había dejado de golpearlo por intentar abrazarlo, solo lo insultaba... y se dejaba abrazar. Sólo por él, claro. Kaminari habia recibido una gran explosión en su rostro al intentar hacerlo.

-Eres malo, Blasty. - lloriqueo, nuevamente en el oído de este, alejándose y rompiendo el abrazo. - La almohada sera mi nueva compañía desde ahora.

Bakugo se sintió mal al dejar de sentir los brazos de Ejirou en su cintura, también al sentir como este se alejaba de su cuerpo. Se podia decir que no le gustaba mucho los abrazos, pero no tenerlos le gustaba mucho menos. Giro el cuerpo, quedando en frente del pelirrojo observando como abrazaba a una estúpida almohada mientras le devolvía la mirada divertida. Tomo el objeto, tirandolo lejos de la cama, acercándose a él. Apoyo su rostro en el pecho de Kirishima, entrelazado sus piernas y pasando los brazos por su cuerpo Abrazandolo.

-B-baku...

-Una palabra y te mato, Kirishima- hablo sumamente avergonzado escondido en el pecho del nombrado.

-Buenas noches, Blasty.- murmuró sonriente, besando la coronilla de este para luego devolverle el abrazo por la cintura, intentado que no quedara distancia entre ellos.

-Tsk. Buenas noches, idiota. - beso el pecho de Eijirou, dejándose abrazar y abrazando.

Porque quizás, los abrazos no sean algo tan malo después de todo, pensó Bakugo mientras escuchaba los latidos del corazón de Kirishima. Durmiendo entre sus brazos.

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604 palabras.
Créditos al autor/ autora de la imagen de galería (no me acuerdo, perdón)

One Shots- Kiribaku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora