One Shots- Kiribaku.

2. Pesadillas.

Tres meses habían pasado desde el accidente en Kamino, del rescate de Bakugo, del retiro de All Might y de la pelea de Katsuki vs Izuku, dentro de otras cosas, claro. Si bien el puesto de #1 héroe ya fue tomando por Endeavor, nada pudo ser igual que antes. Nada.

Y mucho menos para Bakugo.

Por más que intentará no mostrar como  se sentía de verdad respecto a los dichos sucesos, a veces le era imposible. La primera vez fue cuando peleo contra Deku, su amigo de la infancia, allí pudo sacar todo lo que sentía y llorar, desnudar sus sentimientos que lo estaban carcomiendo por dentro. La ira de no poder evitar su propio secuestro, la impotencia de ver como otros arriesgaban su vida por la de él, como peleaban por salvarlo y no poder ser de ayuda, sólo ser un estorbo allí. La frustración de sentirse totalmente culpable ante el retiro de All Might, porque él sabía, o más bien pensaba, que si no hubiera sido secuestrado aquello no ocurriría.

La inseguridad lo visitaba cada noche junto a la melancolía, el pánico y la aflicción. Le era imposible dormir cuando estas llegaban y que duerma tampoco era de gran ayuda ya que entre sueños también estaban aquellos sentimientos, provocándole pesadillas. Cada noche era una distinta.

Pesadillas donde todos lo culpaban por el retiro del tan amado héroe.

Pesadillas donde él era abuchoneado cada vez que era visto.

Pesadillas donde nadie lo aceptaba como héroe, a pesar de ser de los mejores.

Y la peor de todas, la pesadilla donde nuevamente era el mismo de antes, donde se encontraba completamente solo con su gran orgullo. Él no queria eso, él queria crecer y lo estaba logrando aunque sea con mínimas acciones.

A él ya no le agradaba la soledad porque por más que se queje, sea un gruñón cuando este con los demas y diga cuanto los odiaba no podia negar que aquellos momentos eran mas cálidos que los momentos donde se encontraba solo junto a sus pensamientos pesimistas. Claramente esto nunca sera escuchado por sus compañeros, intentaba no aparentar estar preocupado por nada, él seguia siendo el mismo (pero más amable) a la vista de los demás. Porque al decir verdad mucho no le molestaba escuchar los malos chistesde Denki, las bromas de Sero junto a Mina o escuchar la sonora risa de Kirishima.

Sin embargo, al caer la noche todo muro creado era derribado. No podía soportar la presión que sentía, la angustia en su pecho que lo condenaba y se rompía, lloraba como un niño pequeño que había sido regañado por su madre. Sus pensamientos y emociones hacian catarsis en él, dejándolo desolado. No quería compartir aquello con nadie, se sentiría peor y mucho más débil.

Y es por ello que ahora mismo se encontraba a un costado de su cama, sentando con su rostro lleno de lagrimas dentro de sus piernas. No quería que su acompañante lo escuchara llorar y comenzar una charla que no tenia ganas de establecer. No quería que otra persona lo viera así y mucho menos él, su fiel amigo y pareja. Kirishima. Fue desde el incidente que se dio cuenta de que lo queria mucho, demasiado para ser él y también se dio cuenta que el contrario sentía lo mismo. No había escusa para no inténtarlo, ademas era algo medio obvio que entre ambos sucedía algo más que una simple amistad. Sabía que el pelirrojo no haría nada malo, que solo intentaría ayudarlo o en caso de no aceptar su ayuda, intentaría acompañarlo hasta que pueda superarlo porque él era asi, amable con todos, siempre tenia un sonrisa en rostro que irradia felicidad, siempre dispuesto a ayudar a los demás, así como lo había ayudado a él. Y era exactamnete por eso que no queria molestarlo más, pensaba que Eijirou ya habia hecho demasiado por su persona, lo que no sabía era que él tambien habia hecho muchas cosas por el pelirrojo. Cada vez que estaban juntos se sentía pleno, se olvidaba de todo lo que le causaba preocupación y disfrutaba del tacto que le daba, del cariño que le proporciona. Se sentía muy bien a su lado y era por eso que no queria arruinarlo todo con sus penas, no quería que sentiría lastima sobre él.

—¿B-bakugo? — escucho la voz dormida de Eijirou.

Ahogo un sollozo al sentir como la cama se movía, entendiendo que lo habian descubierto llorando y ahora tendría que ver la cara de preocupación del pelirrojo, lo había arruinado otra vez. No se movió de su posición en ningun momento, ni cuando escucho nuevamente la voz de Kirishima pregúntale qué era lo que sucedía, ni cuando sintió como envuelto en sus brazos, en esos brazos donde se sentía protegido cada vez que lo necesitaba. Eijirou le brindaba una paz que desconocía.

—Todo esta bien ahora, Blasty. Tranquilo. —  acariciaba con delicadeza los rebeldes cabellos rubios de su novio, queriendo que dejara de llorar. Odiaba ver a la gente haciéndolo y más a él.

—...— acepto las caricias que le proporcionaba, levantando el rostro de sus piernas para apoyarlo en el pecho de su pareja, las lágrimas caían por sus mejillas mientras intentaba calmarse.

—Sh, cariño. Estoy aquí. — hablo con dulzura el pelirrojo, mostrando el apoyo en sus palabras.

"Estoy aquí" aquellas dos palabras resonaban dentro de su cabeza. Era verdad, Kirishima estaba ahí, a su lado. Kirishima estuvo ahí desde el día de la piscina, estuvo ahí cada vez que necesitaba hablar con alguien, estuvo ahí para salvarlo del secuestro (claro que también agradecía a los demás), estuvo ahí para decirle lo feliz que estaba de volver a tenerlo cerca y estaba ahí justo ahora, abrazandolo mientras se derrumaba.

Levantó su rostro, fijando su mirada en los ojos rojos de él —¿Hasta cuándo estarás?— pregunto inseguro.

—Hasta donde me lo permitas, Blasty. Déjame estar siempre a tu lado— sonrió sinceramente, juntando ambas bocas en un beso lleno de sentimientos.

Y Bakugo supo muy bien esa noche que por más que sus emociones sean muy pesimistas siempre tenía Kirishima para combatirlas, juntos. Porque ya no estaba solo, Eijirou estaba ahí.

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1022 palabras.
Créditos al artista de la imagen.
Me falta mucho por mejorar pero espero que les haya gustado💖