Lo peor de salir con Damián
– One-shot –
—Lo peor de salir con Damián es, sin duda, su apellido y todo lo que implica —contesto Jon sin pensar. Maya que se encontraba a su lado, atinó a soltar una fuerte carcajada. Kathy, cambio, los miro sin entender.
—¿A qué te refieres? —preguntó.
—Implica a sus hermanos —dijo el chico, alzando su dedo índice—. Antes de que seamos novios, cuando intentaba conquistarlo, sus hermanos hicieron una investigación extenuante de mí. Aún tiene el archivo por si algún día terminamos —Maya sabía eso, la rubia no—. Horas antes de que, por fin, me declarara, me secuestraron. Cuando desperté, estaba amarrado en una silla en la baticueva. No solo estaban los hermanos de Damián, también estaba su padre y Alfred. Lo hicieron para saber si era bueno para él, cuando acordaron que sí, ya iba dos horas tarde a la cita; Damián estaba preocupado y molesto, más molesto que preocupado. Tuve que esperar una semana para declararme pues no quiso hablar conmigo.
En ese momento Damián paso atrás de ellos, tenía el teléfono entre su mejilla y su hombro mientras con sus manos abría una soda. Parecía una llamada importante, tal vez de la empresa Wayne.
Cuando vio a los chicos en la sala de estar, saludó con un movimiento de manos a las chicas y revolvió cariñosamente el cabello de su esposo para volver a salir de ahí.
Jon alzó un segundo dedo.
—Implica la empresa Wayne —suspiró, llamando la atención de las chicas—. Se supone que hoy debíamos a salir los cuatro y, tal vez, luego se uniría Colín, pero emergencia de empresa. Siendo el hijo biológico de Bruce, a él le toca mayor parte de la empresa y más responsabilidad que a los otros tres. Hemos perdido varias vacaciones a lugares hermosos porque él tenía que estar al pendiente de la empresa —hablaba con un dejo de enojo bastante notorio—. En nuestro segundo aniversario, él no apareció. Habíamos quedado en mi casa, una cena con mi familia y luego iríamos volando a cualquier lugar. Mi mamá preparo una cena muy rica... Llamó diciendo que se había presentado un problema y que tal vez no llegaría. No lo voy a negar, me molesté muchísimo y me puse a llorar.
Kathy si recordaba ese día. Tuvo que ir a casa de su mejor amigo para tranquilizarlo y hacerle entender que no era culpa de Damián, que era algo que tenía que aceptar, que, aunque fuera molesto, era una responsabilidad que su novio había aceptado.
Maya también recordaba ese día. Ella estaba con el petirrojo cuando llamó a Jon. Apenas terminó la llamada, Damián lanzó un pequeño grito de frustración y aporreó su puño contra el escritorio.
—No debería estar aquí —había dicho—. Debería estar con Jon. Él debe estar molesto conmigo ahora —gruñó— ¡Que de esto se encargue Tim!
Sin embargo, después de tranquilizarse, siguió trabajando. Aunque estuviera molesto, no podía impedir que eso le cegara el juicio. Su deber estaba en la empresa, aun si eso impedía que pasara el día con su novio. Damián era así de responsable, y Jon también amaba eso de él.
Jon alzó un tercer dedo.
—Implica la elegancia Wayne —ellas sabían a qué se refería ese punto—¡Es injusto que tu novio sepa cómo comportarse en las galas mientras que yo doy pena ajena! No importa cuántos años pase yendo a ese tipo de fiestas con él, nunca sabré comportarme como él lo hace. Mientras Dami sabe tener una plática apacible con extraños, o bailar vals a la perfección, o que pueda saber de vinos finos con solo olerlos; yo soy un manojo de nervios que se le olvidan las palabras, o que pisa los pies al bailar.
Las chicas se rieron con ganas pues todo lo que decía era cierto.
La primera vez que Damián decidió llevar a Jon a una de esas fiestas, acabó en desastre. El mayor quería presentarle a la sociedad con quien estaba saliendo, para que así las encimadas chicas dejaran de molestarlo; pero al terminar la fiesta este se burlaba a gusto de su adorable y torpe novio.
—No es divertido, Dami —le gritó, tirando una almohada que él pudo esquivar con facilidad. Estaba avergonzado por lo que había hecho—. Esa chica debe estar más apenada que yo...
—Y como no, si le alzaste la falda porque tus torpes pies no saben diferenciar la izquierda de la derecha.
—Se trabo el zapato en su vestido, ¡fue sin querer!
Damián rio libremente y se acercó para abrazarlo.
—Torpe, Johnny Boy. Tendré que enseñarte a bailar, también —y le dio una sonrisa ladeada, de esas que solo Jon puede conseguir, orgullosamente.
El azabache alzó un último dedo.
—Implica todo el poder Wayne.
—A mí me gustaría tener cerca todo ese poder —comentó Maya—. Sales con un billonario, ¿Qué hay de malo en eso?
Kathy y Jon suspiraron.
—Yo lo cuento —dijo la rubia—. Para su segundo o tercer aniversario de casados, Jon decidió el restaurante a donde irían. Muy fino, muy Wayne. Llamó semanas antes para hacer la reservación y ese día lo confirmó. Todo bien ¿no? Pues parece que hubo un error y ya no había reservación, hasta que Damián dijo su apellido los dejaron pasar.
—Es vergonzoso no poder hacer ni una reservación para tu novio.
Maya negó con la cabeza.
***
Las chicas se fueron una hora después. En esa hora, el mayor se la pasó encerrado en su despacho, resolviendo cosas que Jon no entendía de la empresa.
Decidió ir a verlo. Tocó la puerta con su pie pues sus manos estaban ocupadas por un aperitivo para el trabajador.
—Entra —dijo Damián, se encontraba con un montón de papeles y su portátil. Alzó la mirada—¿Ya se fueron?
Jon asistió mientras le entregaba la taza de café.
—Lamento no poder haber estado
—No te preocupes, es tu trabajo —contestó Jon con simpleza. Se sentó enfrente del escritorio y hubo un silencio agradable.
Después de un sorbo a su café, Damián volvió a mirar los papeles.
—Así que... ¿lo peor de mi es mi apellido?
—¿Estuviste escuchando? —exclamó Kent.
—Es mi casa, sé todo lo que ocurre en ella.
El menor hizo un puchero y se cruzó de brazos. Entonces Damián hizo una seña para que se acercara, él lo hizo arrastrando los pies. Luego se sentó sobre sus piernas.
—Vives de mi apellido, Kent —susurró antes de juntar sus labios en un dulce beso.
Lo mejor de estar casado con Damián era, sin duda alguna, ser la única persona que podía besarlo.
- Fin -
¡Hola! Soy yo, Queen.
Y vengo con este one-shot de mi OTP LGBT que es Damijon. Es mi primera vez escribiendo y publicando sobre una pareja gay y me gusto el resultado.
Espero que a ustedes también les guste. De verdad lo espero.
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¡Besos!
Los quiero mucho
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Lo Peor de Salir con Damian Wayne
FanfictionOne shots, imagina y headcannon sobre la pareja de Jonathan Kent y Damián Wayne En algún lugar tenía que poner mis cosas feas