-Hola Mia ¿Cómo estás? - dice guiñándome un ojo
- ¿Hola? - digo de lo más confundida, no sé qué más decir porque es evidente que no lo conozco, sin embargo, el adopta otra postura, como si me conociera de años atrás, ¿Qué por qué lo digo?, pues de la nada y como de un impulso se tratara me abraza y deposita un beso sobre mi frente
-No sabes cuánto gusto me da enterarme que estas bien, ese idiota no me dijo que estabas aquí, no sabes el susto que medio cuando no veía movimiento en el departamento- dice con una preocupación que si me la creo, pero ¿Qué demonios? No entiendo absolutamente nada, gracias a Dios, el doctor Davis nos interrumpe y no tengo que seguir con mi cara de estúpida
-Bueno, supongo que desean privacidad, nosotros los dejamos- dice y me da la mano- Mia, no lo dejes, nos vemos pronto y cuídate- yo asiento y le da una palmada a la espalda a el otro hombre- Erick- y sale de la habitación con Charlotte por detrás
- ¿Cómo estuvo la actuación? ¿exagere? - dice enseguida que estamos solos
-Bastante- le digo con una sonrisa, y siendo sincera no pensé mucho la respuesta.
Esto que estaba sucediendo era demasiado extraño y ya no sabía si era por el exilio que había sufrido los últimos años o por los medicamentos, pero definitivamente esto no era para nada normal
-No entiendo absolutamente nada, ¿me puedes explicar que está pasando? - e hice una pausa para que me dijera su nombre y lo hizo
-Me llamo Erick, soy hermano de Edrian y creo que a él ya tuviste el gusto de conocerlo
-Tremendo gusto, no sabes- lo interrumpí de manera irónica y sarcástica a lo que él me responde con una sonrisa ladeada
-lo sé, es un poco duro, pero todo el que viva lo que el paso puede convertirse en eso
Decidí no decir nada pues ni siquiera podía alegar que yo no era así con otras personas ya que no se realmente tener amistad con otras personas desde que vivía con Marck
-En fin- rompe el silencio- estoy aquí porque te llevare a donde te quedaras y te enseñare algunas cosas de tu puesto, que en cuanto puedas empezaras a desarrollar, serás mi secretaria de inicio y espero que puedas crecer dentro de la empresa- termina con una sonrisa, no puedo negar que es muy diferente a su hermano, su actitud y manera de ser se reflejan en su rostro. Me cae bien.
-ok, entiendo todo menos por qué tenías que hacer como si me conocieras- digo aun con esa duda que no dejaba de rondar mi cabeza desde que me saludo por primera vez
- Oh bueno eso te lo puedo ir explicando en el camino, ya es tarde- dice mientras me ofrece una bolsa de las que te dan cuando realizas una compra de ropa- tómalo no estoy seguro de que te quede, pero te servirá para llegar a casa
- Gracias- digo mientras la acepto y enseguida me voy a cambiar al baño.
Dentro de la bolsa había un pantalón de mezclilla que probablemente hace un año me hubiera quedado bien, una blusa de tirantes, ropa interior cómoda y una sudadera con unos calcetines.
Debía admitir que dentro de mi surgía la necesidad de salir de ese hospital en el que por tanto tiempo estuve encerrada, sin embargo, el miedo de lo que se aproximaba me daba escalofríos; decidí ignorar ese sentimiento y me arregle rápidamente, al salir del baño la habitación estaba completamente solo, y había en la cama una caja de zapatos, por curiosidad la abrí y revise que dentro de esta estaban unos tenis, deduje que eran para mí y me los puse, me quedaban grandes, pero eran cómodos
Probablemente creerían que estoy disfrutando de esto, pero en realidad sé que en algún momento no tan lejano lo tendré que pagar.
Una vez lista salgo al pasillo y voy abajo, las puertas se abren en la recepción donde veo a un Erick muy sonriente con la enfermera que se encuentra revisando unos papeles que el acaba de firmar, empiezo avanzar a ellos y el voltea
-Justo iba por ti, ya firmé todo, nos podemos ir- dice una vez que llego a su lado
-Está bien, estoy lista- digo pues ya me había despedido
- ¿Y tus cosas? - dice revisando a ver si tenía algo en las manos
-No tengo cosas- digo apenada
-Oh ya veo- dice y en su rostro veo un deje de arrepentimiento- no te preocupes, haremos una pequeña escala al centro comercial, dice mientras toma mi brazo y nos saca del hospital
No tenía noción del tiempo, pero estaba segura que aún era de mañana por la claridad de la luz, en eso recapitule y volví a escuchar lo que me decía Erick, pare en seco para decirle:
-Lo siento, no sé si te lo haya comentado tu hermano, pero yo no tengo dinero para comprar ropa
- No te preocupes, estoy informado de esa parte y los gastos están cubiertos
- De verdad Erick, yo sé que necesito las cosas, pero ya le debo muchas cosas al señor Brown y si sigo así siento que nunca se las pagare
-Vamos Mia tú no te preocupes por eso, como tú dices lo necesitas y nadie te lo está cobrando- dice relajado- pero está bien, yo me hare cargo de esa parte y enserio no acepto un no por respuesta
Y sin más toma mi brazo de nuevo y nos dirige a un auto gris, por lo que veo muy lujoso y me abre la puerta, luego rodea el auto y entra en el
-Y… ¿será que ahora si me puedas aclarar lo que paso allá arriba? - le digo mientras observo como arranca el auto y comienza a andar
- Veras Mia, cuando eres una figura pública los medios siempre quieren estar al tanto de lo que pasa en tu vida, y si pueden escudriñan en lo más profundo para ser su medio económico más factible y así alimentan el morbo de las demás personas- comenta de lo más calmado
- Ok, entiendo eso, pero ¿Qué tiene que ver con lo que paso? -digo aún más confusa
-Sencillo, hoy en día no puedes confiar en nadie por lo tanto tenía que parecer que te conocía de hace mucho tiempo, y bueno mi familia no es reconocida por hacer obras de caridad de manera concurrida, y bueno, aunque no es el caso contigo, todos se van a preguntar que méritos obtuviste para llegar al puesto que tendrás, pero sobre todo de donde saliste y no queremos chismes en la compañía
-Oh, ya veo ¿y que se supone que debo de decir si alguien pregunta?
-Dudo que eso suceda, aunque, de ser así, tu eres una amiga de una prima, llegaste a Nueva York y no tenías donde quedarte así que decidí darte una oportunidad y como necesitaba una secretaria accediste al momento, escucha muy bien lo siguiente: nunca estuviste internada, nunca tuviste ningún accidente y sobre todo no conoces a Edrian, el más que nadie prefiere mantener en el anonimato ¿entendido?
-Sí, súper entendido- digo y me doy cuenta que llegamos porque aparca el auto, sale de él y antes de que yo pueda tomar lo manija el abre la puerta y me ofrece su mano, la cual recibo de manera apenada
- Bueno haremos algo rápido, unas 3 camisas para el trabajo, pantalón de vestir o falda, cinturón si se presenta el primer caso, ropa interior, zapatos formales y unas tres mudas de ropa que puedas utilizar para dormir o estar en tu casa
Y en el orden en el que lo menciono sin saltarse ningún espacio compramos todo, parece ser muy meticuloso en ese aspecto; de nuevo en el auto y con más silencio nos dirigimos a un edificio bastante grande y lujoso, aparcamos y me pide que lo espere para que abra mi puerta, yo obedezco
Llegamos al lobi, mientras él se encargaba de llamar el elevador yo veía anodada el lugar, pues, aunque no era extravagante si se veía suficientemente lujoso.
Una vez dentro empezamos a ascender; los numero de los pisos empezaron a pasar lentamente como si fuera apropósito, de cierta forma tenia demasiada curiosidad por saber a dónde íbamos, sin contar de nuevo que todo se veía bastante costoso, y entonces el nerviosismo empezó, sentía mis manos húmedas, empecé a balancearme e incluso parecía que estaba temblando, demonios parezco un perrito chihuahua.
Y es que tengo la sensación de que lo veré de nuevo, pronto.
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Beast
RomanceUna mujer con miedo a lo que una Bestia le pueda hacer y un hombre convertido es una Bestia para protegerse...