Un maldito peso en mi espalda hizo que despertara, algo intrigada, molesta y asustada ya que dormía totalmente sola aquella noche.
-Buenas madrugadas, enana-Dijo mi mejor amigo, John-
Se encontraba tumbado encima mío, aplastándome entera, el muy idiota.
-¿Qué cojones haces aquí, John?-Dije con la voz adormilada y me fijé en el despertador-Son las tres de la madrugada, por dios.
-¿No te acuerdas?-Soltó una risita traviesa-Hoy toca baño en el lago.
-Oh, por dios-Me llevé las manos a la cara-Ya os dije que no pensaba ir.
-Me parece a mi que sí que vas a venir.
*
Y tanto que fui, pero como un saco de patatas en la espalda del idiota de mi mejor amigo, pataleando y en contra de mi voluntad.
Al final llegamos a aquel maldito lago, dónde otras muchas veces habíamos ido John, y mis otros dos amigos: Connor y Julen. En cuanto entramos a la universidad, los cuatro nos hicimos inseparables y por ello me tacharon de marimacho, lesbiana, asexual y demás adjetivos despectivos contra mi persona.
-Me debéis una no, miles, pedazo de animales-Dije, cruzada de brazos enfadada-
-Vamos, no te enfades Lizzie-Dijo Connor abrazándome por la espalda. Su espalda ancha y su altura ayudaban, así que no tenía problema en rodearme de todas las maneras posibles-
-Sí, si me enfado-Me separé de él algo brusca, haciéndome la enfadada y dando algunos pasos hacia delante-No quería bajar a estas horas, quiero dormir y además hace mucho frío.
-Cierra el pico-Dijo Julen-No seas quejica, si ya verás que te lo pasas bien.
-Demasiado bien-Murmuré posando mi mirada en el lago-
El lago se basaba en una gran charca algo honda por la parte central con el agua no demasiado limpia y llena de hierbales que hacía años que no quitaban. Lo llamaban "la naturaleza en su estado natural". Yo lo llamaría "asquerosidad, ¡limpiadlo ya!".
-¿Te vas a meter ya, o qué?-John habló sacándome totalmente de mis pensamientos y cayendo en cuenta de la realidad. Me encontraba en un lago, solamente con tres hombres ahora semi-desnudos. Dos dentro del agua, y otro de camino-
-No pienso meterme en esa agua asquerosa, mucho estoy haciendo quedándome aquí pudiendo dormir en mi perfecta y caliente cama-Dije totalmente seria, y me senté en la tierra cerca de la orilla del lago de brazos cruzados intentando darme algo de calor. Yo no sé como no se morían de frío estando a estas alturas del invierno y más en boxers-Os espero aquí.
-Debes estar loca si piensas que te vas a quedar ahí y yo te lo voy a permitir.
Los tres bastardos que tenía por amigos comenzar a reirse perversamente.
-No, John, no-Me levanté de golpe cuando vi que retrocedía y iba directamente a por mi-
*
-¡Muchísimas gracias, John!-Dije escurriendo mi pelo y lo que quedaba de mi pijama que ahora estaba que daba asco mientras subía las escaleras echando humo-Los medicamentos para mi resfriado me los pagarás tú. Y un pijama nuevo también.
-Oh, vamos-Dijo él, queme agarró del brazo y me giró para mirarle a la cara-No te puedes enfadar conmigo, enana.
-Lo sé, idiota-Solté una pequeña risa maligna, al ver que estabamos frente mi habitación-Pero si sé fingirlo muy bien.
Y le cerré la puerta en las narices para irme directamente a dormir. No se juega con Elizabeth Dixon.