Escape del infierno

Fin del mundo terrenal

Escondido en los escombros de una fábrica abandonada esperando mi final de una vez por todos, tantos años en este negocio que poco a poco me ha podrido hasta un punto donde hasta las personas que yo consideraba que era monstruos y escoria humana ahora son mis semejantes si es que no los he sobrepasado ya. Muchos me preguntan que si me siento avergonzado por haber llevado este estilo de vida....bueno para ser sincero no sabría decirlo, yo solo tome las decisiones que me convenían al momento y las que me dieran más placer a corto plazo. Nunca he sido una persona paciente por lo cual el dinero rápido y fácil siempre ha sido mi primera opción a la hora de tomar decisiones, esto es lo que me ha condenado desde mi adolescencia a una vida de drogas, delitos, asesinatos y traiciones, una vida que de pequeño nunca me hubiera imaginado ni en mis mal oscuras fantasías, de hecho ahora que lo pienso es curioso pensar como un una flor tan hermosa y esplendorosa puede llegar a marchitarse con tanta facilidad con solo unos pocos descuidos. No le echo la culpa de este suceso a mis padres, ellos hicieron todo lo que estuvo dentro de sus manos para que la flor no se marchitara pero ¿para qué sirve tanto es fuerzo si la flor no pone de su parte para no marchitarse? Para la sociedad solo queda esperar que la flor termine de morir y que otra flor remplace su maceta para ver si la siguiente flor en nacer puede llegar a florecer y aportar a la sociedad con nuevos frutos. Y ese momento esta a punto de llegar, poco a poco van cayendo pétalos de un todo rojizo que demuestran que mi tiempo de vida se está agotando.

Escucho unos pasos que evidencian el hecho de que están cada vez más cerca de mi ubicación, lo cual me ayuda prepararme mentalmente para lo que se aproxima. Escucho como la puerta que está enfrente de mí se abre lentamente produciendo que detrás de ella aparezcan unas luces que se acercan a mi ubicación lentamente hasta que una cara es visible. "Sabes, es difícil no averiguar dónde está tu presa cuando esta deja un rastro tan fácil de seguir" fueron las palabras del ese gordo repúgnate que estaba enfrente mío con una sonrisa. Esas palabras produjeron en mi interior un odio y enojo imposible de describir con palabras provocando que apretara mis dientes con una fuerza increíble, cualquier persona normal hubiera parado por el nivel de dolor que podía sentir en mi boca pero yo no lo hice, ¿para qué? No tenía sentido, de todas formas me iba morir ahí y no había forma de cambiarlo, tenía que quitarme de alguna forma posible toda la frustración que tenía en ese momento. "¿Por qué no hablas? ¿Acaso ya te resignaste a lo que va a pasar" dijo el gordo. "¿Por qué mejor no te callas gordo de mierda? Solo haz lo que vayas a hacer de una puta vez y te ahorras todas las palabras que salgan de esa boca podrida y llena de mierda, desde aquí me llega toda el hedor a miseria y escoria que solo una persona como tú podría producir" le grite con toda la ira que tenía en ese momento, a lo cual el solo respondió con una risa y dijo después: "Mira quien habla de escoria y miseria jajajajaja, bueno si tanto quieres que acabe con esto lo haré de una vez" saco una pistola y punto directo a mi corazón y dijo: "Sabes, quisiera que los muertos pudieran hablar para que me cuentes como es el infierno, ya que tal vez nos encontremos ahí" desemboce una sonrisa que dejo confundido a mi adversario y le dije: "Mm con que quieres saber cómo es el infierno, tranquilo no tendrás que esperar tanto porque tu vendrás conmigo en este mismo momento" saque mi pistola y le apunte a la cabeza provocando que mi adversario reaccionara jalando el gatillo con una cara de asombro provocada por mis palabras y la sorpresa de mi haz bajo la manga, yo no quedándome corto reaccione igual jalando el gatillo con toda la ira que tenía reprimida y las ganas de ver como mi adversario caía en el piso para que compartiéramos el mismo destino.

Nada pero nada en el mundo pudo a verme alegrado tanto y hecho olvidar por un momento el destino que me esperaba que la bala que le perforo el cráneo a ese maldito y repugnante gordo produciendo un sonido grotesco pero que era música para mis oídos, la mejor orquesta del mundo estaba tocando ahora mismo frente mis ojos y esta iba terminar su obra de arte con la bala que me pego en el corazón dejando a todo el cuarto en silencio. Después del todo el sonido que producimos con nuestras armas el cuarto quedo el casi absoluto silencio si no fuero por mis últimos respiro de vida. Tenia un sentimiento de tristeza, nunca pensé que este momento llegaría en un momento tan temprano de mi vida.Poco a poco podía sentir como ya ni siquiera tenia la fuerza suficiente para mantener mis ojos abiertos entonces cerré los ojos y me resigne a el hecho que ya era mi turno de no existir pero lo que yo menos sabia era que ese techo no seria lo ultimo que yo vería y muchos menos lo que hubiera deseado que hubiera sido así.