Tell Me a Lie – Kelly Clarkson
Scarlett-.
Caminé por los pasillos de la escuela hasta llegar a mi casillero. Escuchar música entre las clases ya era de por sí un hábito para mí. Abrí el candado y metí mis libros, al poner mi mano en la puerta para cerrarla noté la S que tenía en el interior de la mano. No era una “S” cualquiera. Era una cicatriz provocada por una navaja. Incluso había tenido quérecibir una inyección para el tétanos, pues la navaja no había sido desinfectada.
Cerré los ojos y suspiré, sabía que esa maldita cosa estaría acompañándome por el resto de mi vida. Mordí mis labios, esperando que esta sensación de odio y de fastidio se fuera de mi cuerpo. Que su rostro saliera de mi pensamiento, que su olor desalojara mis pulmones, que su presencia me abandonara…
- Deja de estar soñando despierta –pidió el chico de a mi lado.
- ¿Quieres dejarme en paz? –pregunté molesta. Él rodó los ojos y abrió su casillero.
Me daba tanto coraje verlo tan cerca de mí. Simplemente no soportaba su presencia tan cercana a la mía.
- Sé que me amas, ahora déjame de mirar –dijo Samuel, apreté los dientes tratando de no derramar bilis por la boca.
Tomé la puertita de mi casillero y la azoté tan fuerte como pude. Él se sobresaltó un poco, pero no dijo nada solo siguió cambiando sus libros. Puse el candado y caminé hacia mi siguiente clase.
- Idiota –susurré para mis adentros. Tomé el pasillo del ala B y entré a la primera puerta.
…
Samuel -.
Caminé hacia mi casillero, esperando no volver a encontrarme con ella. Odiaba que me odiara, odiaba la forma en que me miraba. Como si no mereciera estar si quiera en su presencia. Estaba a unos metros de distancia cuando noté que ella en realidad estaba allí. Mordí mis labios y miré hacia abajo. Mi mano bailaba con nerviosismo, la levanté y miré mi “S”. Cerré el puño y seguí caminando.
Al llegar noté su olor atrayente, su mirada tierna al pensar y sus labios fruncidos. Tal vez pensaría en algo que le molestara. Tal vez estaba pensando en algo incómodo. En algo como en lo que pienso yo: Ella.
- Deja de estar soñando despierta –pedí mientras abría la puerta de mi casillero. Ella abrió esos impresionantes ojos azules y me miró como si pudiera matarme con tan solo un pestañeo.
- ¿Quieres dejarme en paz? –preguntó más que furiosa, yo solo rodé los ojos. Solo había sido un comentario. Ella seguía mirándome furtivamente.
- Sé que me amas, ahora déjame de mirar –comenté para que desviara su mirada. Tanto odio no podía ser tan normal en alguien. Respiré profundo y mordí mis labios, ella cerró la puerta de su casillero con mucha fuerza, haciéndome brincar un poco. Luego se fue y muy a lo lejos escuché que me llamó “Idiota”.
Cómo han cambiado las cosas. Miré por donde ella se fue y luego de tomar mis libros, cerré la puertecilla y caminé detrás de ella.
…
Samuel -.
Estábamos en la cafetería los chicos y yo. Yo comía una hamburguesa y ellos también estaban comiendo lo propio. Yo levanté la mirada y allí se encontraba ella, compartiendo con su novio un rollito de chocolate. Mordí mis labios y bebí un poco de soda para ver si podía pasarme este mal sabor de boca.
- Amigo, hoy has estado demasiado distraído -reprendió mi muy amigo Peter.
- Estoy bien -dije volviendo a la normalidad.