Tercer capítulo

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Inesperadamente, es Chaeyoung quien se decide.

No le quita la mirada de encima ni siquiera cuando camina por la habitación contorneándose como le han enseñado. Se dirige hacia el velador que sostiene la lámpara y se deshace de la luz, volviendo a ambientar la escena con el televisor que cambia su tonalidad y color.

"Oye..."

Chaeyoung da pasos lentos y firmes, con la espalda erguida, sin retirar la mirada del suelo. Se para con una postura confidente frente a la mayor, quien permanece sentada a un borde de la cama sin perder detalle de los movimientos.

"Dime, Chaeyoungie"

La última palabra resuena en su cabeza, la manera en que pronuncia su nombre la prende un poco, agitando sus hormonas hasta soltar de una vez lo que quiere saber.

"¿Alguna vez te has... calentado conmigo?"

Dicho esto baja la mirada e intenta esconder la sonrisa tras su cabello, pero de qué sirve si apenas suspira cuando las manos ajenas atrapan su cintura atrayéndola hacia su cuerpo. Chaeyoung entiende de inmediato el mensaje, y acomoda una pierna a cada lado del torso de la chica. Quedando perfectamente sentada sobre su regazo, anclándosele a las caderas con la fuerza de sus piernas flectadas.

"Ahora que lo mencionas" la mayor sostiene con ambas manos la cintura de quien la está montando, y no siente remordimiento alguno al apretarla hacia su cuerpo para crear fricción en su entrepierna una vez más, haciendo que esta de un pequeño suspiro junto al corto espasmo que le provocó lo inesperado del movimiento.

Chaeyoung sonríe y se deja llevar por sus instintos más oscuros y lujuriosos, esos que se ha guardado en lo profundo de su subconsciente, los que solo se manifiestan cuando se trata de auto infringirse placer, cuando tiene que usar su imaginación. Pero esta vez es diferente, porque es real, es tangible, ya no es necesario imaginar todo lo que podría hacer. Ahora la tiene ahí, para ella.

Ladea la cabeza sutilmente y deja caer su cabello sobre el hombro derecho, descubriéndose el cuello de manera provocativa, incitando y pidiendo a gritos que la tomen y la besen de una vez por todas mientras posa sus manos sobre los hombros de la mayor y comienza un sutil vaivén con sus caderas.

"¿Para quién te lo compraste?" susurra con la boca entre abierta y la mandíbula levantada, tan cerca que siente el aliento tibio que Chaeyoung emana involuntariamente (o no) por el corto espacio que hay entre sus rostros.

A penas abren los ojos, no es necesario mirarse. Basta sentir el ritmo con el que respiran para entender lo íntima que es la situación.

"Para mí" reclama entre risas, sintiendo como la zona de su sexo se llena de un calor húmedo cada vez que las manos ajenas la impulsan a mover las caderas. "Pero no sé cómo sentirme sexy, creo que te quedaría mejor a ti."

La luz tenue del televisor sin volumen le permite observar como relame sus labios antes de morderse el inferior. Y es lo último que puede ver antes de que esta ataque su boca con un beso lo suficientemente apasionado como para hacerle encorvar la espalda hacia adelante, rozando contra su cuerpo los pezones erectos tras la camiseta de la mayor y excitando a ambas casi de igual manera.

Chaeyoung la toma por la nuca y apega su cuerpo cada vez más hacia ella, meciéndose por su cuenta sobre su regazo.

Es como si nunca hubiesen estado lo suficientemente juntas. Como si fuese necesario romper la inestable barrera entre el cariño y el deseo, tan inestable que pende de un hilo. Un hilo que ambas están dispuestas a cortar.

"Yo encuentro que te ves bastante sexy, Cheyoungie" susurra en su oído para luego besar y lamer el lóbulo de su oreja, continuando con el cuello, hasta llegar a las clavículas e intentar bajar a sus pechos. Pero se queda en el intento, Chaeyoung la toma por el mentón y vuelve a levantar su rostro para empujarla sutilmente sobre el colchón, a lo que ella se deja llevar hasta quedar recostada.

clothes | chaeyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora