Entonces Miyuki se quedó pensando, y le respondió:
''¡Sí, definitivamente quiero ver qué tan grande es el Taiyaki del que me hablas! Pero...¿qué debo hacer?''
''Sólo súbete, y te explicaré, ¿de acuerdo?''
''¡Oki!'', le contestó Miyuki.
Se subió y la limusina se dirigió a un puerto.
''Sólo tienes que saltar de un barco, ¿entendido?''
''Sí, entendido''
Miyuki se subió al barco y saltó pero olvidó que no sabía nadar.