La Noche Más Larga {Kate Cary}

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Látigo Gris extendió la zarpa y enganchó otra piña al costado de la guarida de los veteranos. Mili le dio un codazo.

-Muévela un poco más alto.

-No puedo llegar más alto. -exclamó sin aliento Látigo Gris, con las patas traseras temblándole.

El Clan del Trueno estaba decorando el campamento para las celebraciones de la Noche Más Larga.
Pequeño Alondra y Pequeña Hoja estaban jugando a través de los helechos en el borde del campamento, sus pieles hormigueaban de la emoción. Pequeña Melada se sentó junto a la lugarteniente del Clan del Trueno, Esquiruela, mientras que ésta colgaba un trozo de acebo sobre la entrada de la guarida de los guerreros. La pequeña cachorra blanca tenía una piña entre sus patas delanteras.

-¿Puedo colgar esto? -preguntó tímidamente la gatita.

-Por supuesto. -Contestó Esquiruela y se agachó.- Súbete a mis hombros. Intenta engancharlo junto al acebo.

Cuando Pequeña Melada trepó a la espalda de Esquiruela, Corazón de Lirio ronroneó con cariño. La reina estaba parada al lado de Mili.

-Voy a meter un ratón para cada uno debajo del nido mientras duermen. -declaró, murmurando. Látigo Gris se dejó caer en cuatro patas.

-He hecho una nueva bola de musgo para ellos. -susurró, mirando de reojo a los cachorros.- Glayo Plumoso me permitió esconder algunas ramitas de menta en el musgo para que sea más divertido jugar con él.
Corazón de Lirio parpadeó con cariño.

- Gracias, Látigo Gris. Les encantará.
Mientras la reina hablaba, Estrella de Zarzo llamó desde la Cornisa Alta.

- ¡Que todos los gatos lo suficientemente mayores como para atrapar a sus propias presas se reúnan aquí, bajo la Cornisa Alta, para escuchar mis palabras! -El líder observó a los cachorros severamente mientras estos seguían a sus compañeros de clan hacia el claro.- No ustedes. Esta noticia es sólo para los oídos de los guerreros.