No sabe cuántas veces exactamente es que ha escuchado a Víctor gritarle desde fuera de la pista que debía ir más acorde con la música, pero por más que disminuía la velocidad para tratar de asimilar sus pasos, lograba sin sentirse cómodo ante aquella tonada.
Y es que no entendía en que maldito momento se le ocurrió a ese viejo ruso mezclar las pistas, porque era claro que una canción tan suave no era para él, y menos una que hablara sobre amor, cuando él había renunciado voluntariamente a todo eso. Pero siguió tratando lo mejor que pudo, para demostrarle a Víctor que él era la mejor opción, y cuando finalmente la melodía acabó, él también lo hizo, fastidiado por no poder lograr mucho, saliendo de la pista para dejar que el japonés entrara a mostrar lo que podía hacer, aunque se manejaba igual o peor que él.
— ¿Por qué no simplemente intercambias nuestras malditas pistas, Víctor? —Soltó finalmente viendo a Katsuki patinar con torpeza.
— No tiene gracia si no salen de su zona de confort. Además, es mi venganza por dejarme a un lado anoche, hubiese sido agradable estar entre dos Yuri.
— Que asco.
Katsuki finalmente tampoco pudo improvisar ninguna coreografía, y Víctor parecía algo decepcionado, aunque no sabía decir si de ambos— Bien, tal vez el pedirles improvisar algo fue demasiado.
— Solo ve y muéstranos la maldita coreografía, Víctor.
El aludido sonrió y se adentró en la pista, colocándose al centro de la misma, girando levemente la cabeza para guiñarle un ojo a Yurio, indicándole que pusiera la música, el rubio chasqueó la lengua con asco antes de presionar para reproducir la primera canción, el agape.
Y recordó porqué es que lo admiraba tanto, Víctor se movía elegantemente ante cada son, mostrando la belleza de un amor único e incondicional, suave pero firme, siempre era agradable verle patinar, y antes de que el rubio se perdiera en sus pensamientos, escuchó un leve quejido del japonés a su lado, quien se sujetaba el estómago con fuerza, pero mantenía una sonrisa mientras veía a Víctor patinar.
— Deberías ir al baño si es que lo necesitas. —Le advirtió volviendo a fijar su vista en Víctor y no perderse en la coreografía.
— No, estoy bien. Estaré bien. Solo es... muy reconfortante verlo patinar.
— Hm. —Y cuando la tonada culminó, Víctor se giró con una brillante sonrisa.
— ¿Y bien, Yurio? ¿Pudiste seguirme los pasos?
— Claro que sí, viejo, ¿por quién me tomas?
Víctor se rió— Bien, bien. Entonces es turno de que veas tu coreografía, Yuri.
Y con el sonido de la otra música, el ruso volvió a moverse. Al verlo deslizarse tan contento y con tanta facilidad sobre la pista, no comprendía para nada porqué quería dejarlo. Pero no iba a intervenir en más de las locuras de Víctor.
Cuando ambas coreografías fueron mostradas, mando a ambos de nuevo a la pista, con los pasos más claros, se le hizo más fácil moverse sobre el hielo. Pero Víctor continuó mirándole como si estuviera haciendo algo mal y eso le molestaba.
Dejó que la música marcara su ritmo y luchó por tener buenos recuerdos, pero no hallaba mucho en que pensar, y cuando su pista terminó, fue turno del nipón para entrar.
El rubio solo lo observó moverse, con vergüenza, hasta finalmente tropezar mientras patinaba. Víctor entró para ayudarle, él fue detrás solo para burlarse, aunque la expresión de angustia que reflejó el rostro de Katsuki cuando Víctor le ayudó a levantarse le hizo olvidar por completo el comentario mordaz que iba a lanzar.
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Colección de Pétalos | Yuri on Ice
RandomYa era bastante patético tener un amor no correspondido y sufrir por ello, como para que ahora todo el mundo tenga que notar sus sentimientos gracias a esa enfermedad. Las flores más bonitas son las que más daño le hacen.