Capitulo 8.

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Narradora: La alarma sonaba por tercera vez, luego de haberla pospuesto dos veces anteriores. El padre del chico al no obtener una respuesta decidió entrar a su habitación y despertarlo el mismo.

-¡Luffy, Luffy...despierta!-

Finalmente el chico despertó con dificultad y lo primero que visualizo fue el rostro de su padre.

-Se hace tarde, Luffy. Date prisa y baja a desayunar.-

-S-si...ya voy...-

El joven se levanto de la cama y con lentitud se aproximo hacia el baño, al observarse en el espejo se le vio pálido y sudoroso; podría jurar que se veía hasta mas delgado pero ignoro dichos detalles y comenzó a tomar un baño para alistarse para ir a clases. Su padre y sus hermanos notaban que el chico últimamente se le veía mas desganado, con poca energía algunas veces y mas pesado para levantarse luego de dormir. 

La única que no notaba mucho a simple vista el cambio era su novia Hancock quien luego de entregarse por completo a su chico, confiaba en que su relación mejoraría pronto aunque no estaba segura debido a que no había ido a visitar a Gloriosa de nuevo; el día de hoy los chicos habían ido a la biblioteca de la universidad siendo acompañados por Nami quien se ofreció a ayudarlos en su lectura a pesar de que esta estudiaba otra carrera. 

-¿Estas escuchando, Luffy?-

-¿Eh? oh si...-

Nami al ver la poca atención del chico, sonrió. 

-Parece que te aburre la lectura de tu clase.-

-La lectura es muy aburrida.-Reprocho.- 

-Repetiré la lección de nuevo para ti.-Hablo con ternura.-

-Gracias, amor.-Sonrió.-  

Hancock comenzó de nuevo su lectura y Luffy comenzó a hacer un gran esfuerzo por escucharla de no ser porque sintió el suave roce de una mano en su pierna. Se tenso y volteo a ver a Nami quien volteo a verlo con una sonrisa al ver que el chico había volteado a verla. Levemente Luffy bajo la mirada hacia su pierna y tal y como lo que se imaginaba, era Nami quien acariciaba suavemente la pierna del chico por debajo de la mesa. Nervioso por el contacto tan arriesgado, subió la mirada de nuevo hacia Hancock y vio que esta mantenía su vista y concentración en el libro que leía en voz alta, la mano de Nami paseaba lentamente por su pierna y se poso en su entrepierna. 

-Hancock.-Interrumpió momentáneamente a la joven.- 

-¿Uh?-

-Me dio hambre, ¿puedo ir a la cafetería?- 

-C-claro, si quiere yo...-Interrumpida.- 

-N-no no, yo iré y te traeré algo. la tarta de cereza es muy buena estoy seguro que te encantará.-Sonrió.-

-Bueno...-Insegura.-

-Yo ya debo irme.-Comento Nami mientras se levantaba.-Si quieres podemos bajar juntos, Luffy. tu te quedas en la cafetería y yo me voy a casa.- 

Hancock al ver que Nami también se iría y acompañaría a su novio, le dio una leve seguridad, la chica era celosa con Luffy y el hecho de que el chico anduviese solo por la cafetería le daba una mala espina sin embargo si iba acompañado de Nami le daba algo de seguridad de que ninguna chica se le acercaría a su tan amado novio. Nami se despidió de Hancock y bajo con Luffy; ambos avanzaban en silencio hasta que Nami rompió el silencio.

-Y...¿que tal van las cosas con Hancock?-

-Bastante bien.-Respondió inocente a la pregunta de Nami.-

Nami, observo a Luffy con una sonrisa traviesa este comenzó a tensarse y volvió a hablar.

-Aun no...he podido decirle la verdad.-

-Veo que sigues teniendo una confusión.-

-¿Que quieres decir?-

-Que aun estamos como amantes a escondidas de Hancock.-

Luffy se quedo en silencio un momento, realmente se sentía mal por su novia, ella era una buena chica pero merecía que fuese sincero con ella...

La chica del cabello naranja gemía de placer mientras clavaba sus uñas en la espalda del chico, Luffy con el tiempo había aprendió y perfeccionado sus movimientos.

-Luffy, Luffy, Luffy.-Mencionaba una y otra vez la chica excitada por las embestidas del chico hasta que este se vino.-

Tras un largo rato de silencio mientras se vestían, Luffy fue el que rompió el silencio esta vez.

-Perdona.-

-¿Por que?-

-Es que yo...no te avise y...no pude aguantarme.-

-Descuida, yo me cuido.-Respondió calmando al chico.-

No sabia exactamente como es que había terminado teniendo sexo con Nami en un salón vacío de la facultad, sin embargo no le molestaba. A diferencia de Hancock cuando este tenia sexo con Nami siempre sentía un cansancio sobrehumano que con su novia, no sentía.

Nami se fue y Luffy bajo con la poca fuerza que le quedaba hasta la cafetería en busca de un pastel de cereza para su novia. Mientras estaba de nuevo en la biblioteca pensaba muchas cosas, habían pasado mas o menos cuatro meses de haber conocido a Nami y de engañar a su novia con ella, era injusto para Hancock, era una buena muchacha pero de un momento a otro no se explicaba como era que todo el amor que sentía por ella se había desvanecido...

Tras una semana de darle vueltas a su cabeza había tomado la enorme decisión de decirle la verdad a Hancock, sin importarle como fuese a tomárselo ella, el debía ser finalmente sincero. La esperaba sentado en una fuente en la plaza de la calle principal, frotó sus manos por el frío, pronto volvería a nevar y en eso, ella apareció.

-¡Luffy!-Exclamo la chica aproximándose hacia el y dándole un abrazo.-

Pasaron un buen rato dando vueltas mientras la nieve caía sobre ellos, no iba a negar que su compañía lo hacia sentir bien, tal y como lo hizo desde que había comenzado a salir. Al llegar a la puerta de la casa de la chica ella se aproximo hacia su rostro para besarlo pero este se alejo dejándola ligeramente confundida.

-¿Que sucede?-

-Hancock, debemos hablar sobre algo.-

Su voz, sonaba seria pero al mismo tiempo insegura. No sabia exactamente que ocurría pero antes de que pudiera preguntar este continuo hablando.

-Yo...bueno, e-eres increíble y todo eso pero...hay algo que tengo que confesar.-

-¿Que sucede, Luffy?-Pregunto con voz baja-

-Hancock yo...-

La mirada expectante hacia el, hacia las cosas mas difíciles pero ya no había marcha atrás.

-Quiero terminar contigo.-Concluyo.-

Sucubo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora