Unica parte.

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Los ojos azules de Clarke vieron el cuerpo de Lexa caer, la sangre negra caer bajo el sonido estruendoso del disparo que destrozo su interior incluso cuando aquella bala no había terminado en ella, con el corazón lleno de dolor vio a la castaña caer con la estupefacción dibujaba en las facciones del casi siempre serio, rostro de la comandante.

-Lexa...-Murmuro, perdiendo la respiración, cada latido de su corazón pareciendo detenerse en ese momento mientras los brillantes ojos azules de Lexa se alzaban hasta los suyos, incompresion y miedo en ellos, el mismo que contrajo las entrañas de la rubia al tiempo que los dedos de la castaña se teñían del oscuro color de su sangre.

Sin siquiera importarle que Titus intento matarla, permitió que se acercara, por que en ese instante ni siquiera una venganza parecía tener sentido, nada tendría sentido sin Lexa, lo único que importaba era salvarla.

Intento detener la sangre con sus manos, la desesperación, el pánico apoderándose de cada uno de los pensamientos de la rubia, viendo unas lagrimas escapar en el rostro de quien había halado el gatillo por un fugaz instante.

Con movimientos temblorosos, comenzó a intentar mantener la sangre en su cuerpo, mantener la vida en sus ojos.

-No tengas miedo.-Pidió incluso en el dolor la muchacha herida, apenas un hilo de voz. Viendo los valiente, e inútiles intentos de Clarke de mantenerla a su lado, consciente de que le quedaba poco tiempo mientras el frío comenzaba a abrirse paso en sus entrañas.

-Estarás bien, resiste. Quédate conmigo.-Suplico desesperadamente, intentando salvarla, con la voz rota y los ojos llenos de lagrimas, sin embargo la sangre continuaba saliendo sin control de la herida, y aunque sabia lo que significaba, no podía aceptarlo.-No te atrevas a rendirte.

-No lo hago. No puedes hacer nada ahora, el siguiente comandante te protegerá.-Intento calmarla, hacerle saber que estaría a salvo y los ojos de la rubia se alzaron a los suyos con cierta furia escondiéndose en el dolor.

-No quiero al siguiente comandante, te quiero a ti.-Sollozo lentamente apartando las manos de su cuerpo, tomando con firmeza sus manos ensangrentadas, como si eso fuera suficiente para evitar que se marchara.

-Clarke, mi lucha ha terminado.-Murmuró la castaña, la débil sombra de una sonrisa en su boca al mirar una ultima vez los azules ojos de Clarke, unos segundos antes de que su respiración se acabara, y los latidos de su corazón se apagaran.-Pero tenias razón, la vida es mas que solo sobrevivir.

Con una agitada respiración escapando de sus labios, Clarke despertó, en medio de una cama vacía, con el corazón frenético en su pecho, y el cuerpo temblando irrefrenablemente, sin poder detener el desgarrado gemido en su garganta hasta que unos pasos se escucharon en sus oídos, y unas manos cálidas tomaron su rostro.

-¿Clarke?, ¿Estas bien?.-Preguntó suavemente la voz de Lexa, preocupada, más suave y dulce de lo que había sonado antes, una voz que solo Clarke había logrado escuchar, la rubia, con el corazón frenético alzó la mirada.

-Te disparo, el disparo...-Comenzó a balbucear, sin poder pensar a través del pánico, tocando aquel lugar donde la bala había impactado, sin embargo allí no había nada, nada más que la calidez del cuerpo de la persona que tanto amaba, no había sangre, no había dolor, solo estaba Lexa, viva ante ella y sus ojos asustados.

-Clarke, no hay ningún disparo, fue un sueño, una pesadilla.-Intentó tranquilizarla al comprender lo que sucedía con ella, viendo como el miedo continuaba aferrado a sus ojos azules, deslizando su mano por su mejilla en una suave caricia.

-Pero...-Intentó hablar la rubia, y Lexa negó con la cabeza, sin dejar que su mente divagara más, por que sabía que eso solo le haría más daño, acercándose hasta sentarse ante ella en la cama.

-No ha sucedido nada, Clarke, estas bien, estoy bien, estoy aquí.-Murmuró, y al cabo de un momento de silencio, la rubia asintió lentamente, su corazón calmándose ante sus palabras, volviendo a acelerarse cuando vio la tenue sonrisa en los labios de Lexa antes de inclinarse en su dirección y tomar sus labios dulcemente durante unos segundos.

-Quédate conmigo.-Suplicó tan desesperada como en su sueño, el miedo de perderla todavía aferrándose a su garganta, sin dejarle respirar, sin embargo Lexa no planeaba dejar que nada la alejara de Clarke, de quien amaba de nuevo, y como ella había hecho en el pasado, la salvaría de las pesadillas, siempre que vinieran por ella.

-No iré a ninguna parte, Clarke.-Volvió a sonreírle, sus ojos brillantes bajo los tenues rayos de luz de luna que entraban en la habitación, llevándose todos los miedos que Clarke pudo haber tenido.-Lo prometo.

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N/A: Por que si, me encanta los 100, y amaba Clexa no importa cuanto me guste Bellarke, pero la muerte de Lexa me dolió tanto que hice esto, donde todo no es mas que un mal sueño.

Gracias por leer.

Pesadillas. [Los 100/One Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora