Si existe la oscuridad.. debe de existir la luz. O al menos, por nuestro propio bien, eso espero. Antes que nada, padre, muchas gracias por acceder a entrevistarme. Sé que su tiempo es valioso, por eso voy a intentar resumir la historia lo más posible. No, no le voy a contar que voy a tener un hijo, o que contraje una enfermedad venérea, o algo por el estilo, aunque admito que hoy día es admirable llegar a los veinte años sin descendencia y con la sangre limpia. Verá, todo esto comenzó aproximadamente hace dos meses...mas o menos. Tuvimos con un amigo la brillante idea de dar un paseo, una suerte de exploración urbana... bah, fuimos a caminar por el cementerio. No es por nada, pero tengo que admitir que mi curiosidad es bastante voraz. Caminamos por cuarenta minutos, creo. Por simple ocurrencia, decidimos tomando fotografías al azar por los lugares que pasamos. Lo interesante vino cuando revisamos aquellas fotos. ¿Vio usted alguna vez padre, el espectro de un suicida? ¿No? bueno, le diré como luce. Mejor aún, le mostrare, déjeme sacar el móvil. ¿Ve? allí, detrás de nosotros esa sombra. Parece que le falta una sección de la cabeza. Conjeturo que fue a causa de un disparo de escopeta. No pregunte como se tal cosa, digamos que tengo conocimientos un tanto peculiares. Oh, sí, disculpe, no quería dispersarme. Digamos que tuvimos un impulso de curiosidad. Como todo buen ser humano, la posibilidad de tontear un poco con lo oculto y lo prohibido, nos tentaba bastante. Sumado a ello, para nosotros, jóvenes, la idea de transgredir, romper las reglas, nos resultaba doblemente satisfactoria. En resumen, una noche volvimos, pero acompañados de un tablero ouija. Si... demás esta decir que tuvimos que entrar saltando una pared a escondidas, más o menos a eso de las dos de la mañana. No, no se espante. No, tampoco quiero continuar con la entrevista en otro momento, no tiene idea de lo mucho que me cuesta contarle esto, dudo que pudiera juntar el valor para hacerlo de nuevo en otro momento. Volvimos al lugar donde habíamos captado aquella silueta de la foto. Nos acomodamos en el suelo, encendimos velas para crear un ambiente tétrico, cosa que siempre nos hace disfrutar más de este tipo de experiencias, e iniciamos la sesión, concentrándonos lo más posible. Nada intento manifestarse ni comunicarse con nosotros, pese a haber estado intentándolo por aproximadamente treinta minutos. No voy a mentir, nos sentimos algo frustrados debido a ese pequeño fracaso, pero la sola idea de haber hecho aquello, esa pequeña entretención entre amigos, nos resulto suficiente como para decir que valió la pena... Habíamos satisfecho más que nada, nuestra sed de transgresión. El asunto hubiera terminado allí, me hubiera encantado, pero la vida te da sorpresas, no siempre agradables. Al estar por irnos, notamos, en una de las bóvedas... había una pequeña estatuilla. No era precisamente la cosa más linda que haya visto, era una de esas pequeñas esculturas de yeso que ocasionalmente se colocan en las tumbas de los niños. Ahora que lo pienso, no entiendo porque se encontraba allí. Si, lo admito, no podíamos irnos sin un pequeño suvenir. Por ello descubrimos luego que nuestra sesión de cuija no resulto tan inútil después de todo. Voy a resumirle lo que sucedió luego en una palabra: vuelve. Siempre, vuelve. Por Dios, si ya no puedo ni dormir, me está costando separar la realidad de la fantasía y de las pesadillas que tengo en los pocos ratos en los que el cansancio es lo suficientemente pesado como para lograr que duerma de a ratos. Vuelve... Pero no estuvo siempre conmigo, fue mi amigo quien en primer lugar quiso tenerla en su casa. Según el, se canso de ella. No iba con su decoración, o ya tenía suficientes cosas tétricas en su colección, por lo que me la obsequio poco después de haberla obtenido. La acepté, con mucho gusto. Debí de haber sospechado algo cuando se desprendió de ella, tan fácilmente de un día para otro, pero no lo hice. Esto me está matando, padre. Vuelve, siempre vuelve. En un principio, le encontré un lugar sobre la mesa de noche, pegada a mi cama. Cuando creía que era inofensiva, claro. Cuando me di cuenta de su poder, intenté antes que nada alejarla un poco, puesto que no quería realmente deshacerme de ella. Pero entonces comenzó a suceder. ¿Conoce la parálisis del sueño, padre? Yo le contare. Es despertarse durante la noche, abrir los ojos, y darte cuenta de que no puedes mover un musculo. Y eso no es todo, si usted viera las imágenes padre, monstruos, figuras, siluetas y demás cosas que solamente podrían pertenecer al plano infernal, hacen fila para torturarte y gritar a tu oído. Y luego, lo mismo, siempre. Sin importar donde la hubiera dejado, siempre se encontraba a mi lado, en la mesita de noche. Si, si, por supuesto, intenté deshacerme de ella, varias veces. Pero siempre...vuelve. Al principio, parecía que lo había conseguido, el camión de basura se llevo las bolsas de residuos, entre ellas, la muñeca, que había acomodado entre papeles. Por una semana, estuve en paz, pero como le dije padre, vuelve. La encontré luego de esa semana, en la puerta de mi casa. Había llovido, y se encontraba empapada, y con fango en sus pies. Casi podía imaginarla caminando, mojada, volviendo hacia mí. Recién volvía de trabajar, estaba cansado, había tenido un mal día. Supongo que esa cosa lo sabía, porque eligió justamente ese día para aparecer en la puerta de mi casa, como esperando a que regresara para poner la cereza sobre el pastel de mis agobios. Bueno, vea, sé que no tendrá demasiado sentido para Usted, pero créame que lo intenté. Por Dios que lo intenté. La tire, la golpee, la queme, la arroje al rio, pero era inútil, Incluso intenté devolverla. Camine toda la tarde buscando la bóveda exacta. Cuando la encontré, la arroje adentro y salí corriendo. Pero cuando llegue a casa, me estaba esperando, de nuevo. Tome la decisión de repetir la sesión, contactarme con lo que sea que estuviera dentro del adorno. Use la muñeca como oráculo, en lugar del típico vaso. No sirvió de nada, ni pareció haber tenido resultado alguna, hasta aquella noche. Fue peor de lo habitual. Desperté, sudado, con la peor sensación de peligro inminente que jamás haya tenido. Estaba delante mío, aquella misma figura que le enseñé. Tomo uno de mis dedos, y lo llevo hacia el agujero de su cabeza. Sentí el movimiento de los gusanos, que contrariamente a su naturaleza, parecían querer morder mi carne. Incluso desperté con extrañas marcas en ese dedo, como si cientos de pequeñas agujas se hubieran estado clavando en él. Luego comenzaron a suceder cosas al principio menores. Primeramente eran solo pequeñas travesuras como apagar luces, o tirar algún objeto de su lugar, pero fue escalando. A las dos semanas, todo alimento que hubiera en mi casa se pudrió, y podría jurar que vi los mismos gusanos dentro de una de las manzanas que tuve que desechar. En aquel entonces, creí que regalarla era mi única opción. Que darle un nuevo dueño impediría que me siga persiguiendo. Fue algo muy feo, padre, pero no sabría lo que un hombre es capaz de hacer en el nombre de su propia paz. Necesitaba hacerlo, quería terminar, con todo esto, con las pesadillas con la podredumbre. No importaba lo que hiciera, he llegado a tirarme de rodillas frente a la estatuilla, rogando que se detuviera, pero nada. Parece que solo logre hacer que se burle de mí, puesto que esa mañana, la encontré bajo mi almohada, y podría jurar que se sonreía. Estaba muy fría, helada. ¿Destruirla? Miles de veces, pero ya se imagina de que sirvió eso. No sé si naci para el cielo Padre, pero después de lo que hice, creo que ya no tiene sentido que mire hacia arriba. Yo... maté a mi propia sobrina... yo... no sabía que mas hacer. Cumplió quince años, y pues bueno, le di un regalo bastante particular. No me vea de ese modo, Padre, era la única persona a la que podía regalársela en aquel entonces sin tener que inventarme ninguna historia. La fulmino en tres días padre. Creí que no iba a hacerle nada, era una persona que no tenía nada que ver con nuestras idioteces y experimentos. Estoy seguro de que ha atestiguado milagros. Pues bien, esto fue exactamente lo opuesto. Una maldición, un contra milagro. No le curó ningún malestar de modo asombroso, sino que en solo tres días luego de recibirla, fue dada en cierto modo por muerta. Escuche bien esto, le va a hacer gracia. Muerte cerebral, irreversible. Su vida depende ahora de una máquina. No hay manera de que yo pueda vuelva a dormir después de eso, ni siquiera hay manera de que vuelva a tener la mente acallada por cinco minutos. Con o sin estatua. Una vez hecho su trabajo, ya adivinará donde fue a parar la muy condenada. Por egoísta que suene, me tiene más preocupado el tener de nuevo aquel condenado objeto, que la pérdida en vida de mi querida sobrina. ¿Qué si sobrevivió? Si, o no, depende como quiera mirarlo. Se preguntara porque estoy aquí. No, no quiero confesarme por lo que haya hecho, tengo muy en claro que eso no serviría de nada. Estoy aquí no solo por lo que hice, sino por lo que voy a hacer. Bastará una tijera, un poco de hilo, y un... digamos, recipiente. Así tengo entendido que se anulaba el poder de los objetos malditos en la época de quema de brujas. Se coloca el objeto dentro del recipiente y se entierra, o quema. Tengo todos los materiales, padre. Solamente necesito que bendiga esta daga... y que me enseñe una oración para que pueda rezar luego de tirar del cable.
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Vuelve
HorrorBreve historia que narra el infortunio de dos jóvenes que por simple capricho interrumpieron el descanso de los muertos