La hija de la sirvienta [En Edición] -jjk

[017]

5 de noviembre

Pov.Haneul

Me desperté de un salto, sintiendo como la felicidad me invade por completo.

Baje de un salto de mi cama y me dirige al baño, me di una ducha rápida para después ponerme ropa.

Hoy es mi cumpleaños.

Pude recordar eso.

Baje deslizandome por la baranda de las escaleras, fui a la cocina mientras la señora Kim me observa.

-Hoy estas mas radiante que de costumbre.

-Bueno, hoy es un buen día, pues, es mi cumpleaños número 18.

-Lo recordaste, ¿quieres que te prepare algo en específico?.

-Waffles, si no es mucho.

-Lo haré con gusto, mientras, ya vete a poner el uniforme, aunque sea temprano.

-¡Si capitana!. -exclame, mientras que coloco mi mano en mi frente.

-Chistosita.

Volví a mi habitación para colocarme el uniforme, mire de reojo el espejo, mire mis piernas.

Quemaduras de cigarros.

Aunque no se aprecian a simple vista, tienes que ver fijamente para darte cuenta de que están ahí.

Tal vez eso tenga que ver con el día que la señora Kim me encontró. Tiene algo en común, lo se.

Lo presiento.

No le di mas vueltas al asunto, quería complacer un poco a Yoora, a lo cual me hice solo una cola de caballo, colocando algunas cosas sobre mi cabello para que no se esponje más.

Baje las escaleras y ví como SunHi sale de su habitación, abrazando con fuerza su frazada y su oso de peluche, mientras se talla los ojos y sollozos apenas audibles salen de su boca.

-¿Qué tienes pequeña?. -pregunte, mientras me acerco rápidamente a ella, poniéndome de cuclillas para estar a su misma altura.

-Tuve una pesadilla. -responde, ella suelta todo lo que lleva consigo para tomarme del cuello y abrazarme, yo, por mi parte, le doy palmaditas en la espalda.

-¿Quieres dormir en mi habitación?. -pregunte sin pensarlo mucho.

-Si por favor.

Recojo la frazada y el peluche mientras caminamos a mi alcoba, abrí la puerta y ella mas rápida que un rayo, ya se encuentra sobre la cama, le doy su peluche y le coloco la frazada.

-¿Y mi beso?. -pregunta haciendo un puchero bastante adorable.

Me acerque a ella y le deje un beso en la frente, mientras que estrujo sus mejillas.

-Duerme bien, mocosa. -sonreí, para después cerrar la puerta y bajar a la cocina.

Apenas estaba entrando, cuando el olor a waffles inunda mis fosas nasales, me senté en una silla de la isla de la cocina, viendo como la señora Kim deja el desayuno frente a mis ojos.