¡ME DEJAS SER TU AMANTE!

LAS MIRADAS

CAPÍTULO 1

Era un día más de rutina para Amelia su vida se estaba convirtiendo en una aburrida rutina.

Esa mañana decidió maquillarse un poco más de lo normal y vestir algo muy bonito para ver si así lograba conseguir al amor de su vida (ella no perdía la esperanza).

Al estar lista salió directo al trabajo se encontraba en un centro comercial que era no muy grande, ella no sólia relacionarse con nadie del lugar solo llegaba hacia su trabajo y se iba.

Como ese día decidió romper la rutina entro por otra puerta q no solia usar para así cambiar un poco, para su sorpresa ese día cambiaría muchas cosas.

Al pasar por uno de los pasillos fijo su mirada a través de una vitrina en un chico que era sumamente atractivo.

Ya ella lo había visto en muchas oportunidades era como su amor platónico del centro comercial pero no lograba verlo siempre y el ni sabía que ella existia ya que el parecía ser muy arrogante y no parecía estar pendiente de mujeres que lo observaran (que seguro eran muchas) y por su actitud y la forma en que el caminaba ella sabía que el nunca ni la miraría el era musculoso, muy sexy, de piel blanca y su rostro era perfecto todo lo que a ella le gustaba.

Pero ese día ella se perdió mirándolo no podia evitarlo y pensó tantas cosas

¿como sería poder estar con el?

¿poder besarlo?

Hasta que se fijó que SUS MIRADAS SE CRUZARON POR UNOS INSTANTES MAGICOS pero ella no pudo matener su mirada se sonrojo y se comportó de una manera muy ansiosa sintio como todo su cuerpo se congelaba y decidió bajar su mirada al piso y pensó soy una tonta seguro se dio cuenta.

No pudo hacer más nada que caminar rápidamente y seguir su camino.

Al llegar a su oficina sólo pensaba en esa mirada es ese chico que había descubierto que ella existía, así lo sentía ella aunque sólo fue una mirada y decidió que quería volver a verlo, le dijo a una de sus amigas.

- AMELIA: quieres tomar algo?

-JESSI: te pasa algo si tu nunca quieres salir.

- AMELIA: no seas tonta vamos yo invito.

-JESSI: si me dices la verdad porq hoy llegaste muy sonriente y pensativa y ahora quieres tomar algo, segura que te sientes Bien?

- AMELIA: Ok ok te diré sabes mi novio del centro comercial (así le decía ella) hoy me miró y quiero ir a verlo anda acompañame.

Las dos se rieron juntas de las locuras de Amelia pero decidieron ir a tomar algo, de regreso noto que allí estaba el parado como si estuviera esperandola y ella sentía como sus manos se congelaban.

-Y le dijo a su amiga -Jessi allí esta el, su amiga lo miro y le dice
-Amelia te esta mirando SII SII para su sorpresa el nunca dejó de mirarla y ella con su mirada más tierna logró fijar su mirada con la de el, fue un momento mágico cuando vio que el sonrió ella no pudo evitarlo y le sonrio.
Ella sólo quería saltar de emocion siguió caminando hasta que ya no pudo seguir viendolo.

Al llegar al final del pasillo sabía que no lo vería más por lo menos por ese día y necesitaba saber si el seguía mirándola; Justo en la esquina antes de tener que cruzar ella decidió voltearse y mirarlo de reojo sólo necesitaba verlo y SIIII SII

Ciertamente el seguía buscándola con la mirada ella sólo sonrió y corrió de emoción a donde su amiga les juro que solo una mirada de ese hombre ese dia la hizo la mujer más feliz del mundo.

Así paso más de una semana ella decidió pasar por esa vitrina todos los días a veces con amigas o amigos y a veces sola pero siempre era con una excusa sólo era para verlo y encontrar sus miradas era magico ya el le había hecho saber que el sabía que ella existía y ella se conformaba con verlo a través de un vidrio eso le cambiaba el estado de animo la ponía FELIZ y cuando ella le sacaba una sonrisita ella más se emocionaba.

El siempre se encontraba muy serio era así un hombre poco expresivo con su ceño siempre fruncido pero con cierto misterio en su mirada y ella notaba que cuando la miraba su rostro cambiaba ya no era tan serio, no se cansaba de verlo y empezó a sentir la necesidad de saber que pensaba el que pensaba su amor platónico su supuesto novio del centro comercial ella ni siquiera sabía su nombre.