La maldición de los Velkornian

CAPÍTULO I

- ¡¡Velkornian!!- grito Bekkön, lanzando su daga a una de las muchas criaturas que habían osado acercarse a los límites del bosque.

Le dediqué una sonrisa rápida y me dirigí a la manada que se acercaba peligrosamente a mi hermano, mientras sujetaba con fuerza la espada que llameaba intensamente, observe la desenvoltura que tenían en la batalla.

La elegancia y precisión de cada uno de sus movimientos eran poco con lo que ofrecía mi padre.

Como si fuera una extremidad más, movía la espada a un ritmo sinuoso y mortal, estocada tras estocada, la montaña de cadáveres incrementaba bajo los pies de los mejores espadachines  de Moonlight.

En comparación de todos los miembros prestigiosos de mi aclamada familia, yo soy un completo desastre en el campo de batalla.

Y más cuando trato de Invocar, siempre me salgo de control, destruyó todo lo que me rodea, soy la oveja negra de la familia.

Pero no siempre fui así, antes me alcanzaban tanto como a mi familia, me llenaban de alabanzas y glorificaciones.

Más todo cambio y ni siquiera supe que sucedió. Que fue lo que provocó. Todo queda en blanco si trato de recordarlo

-Dun... deja de soñar y centrate- grito mi hermano provocando que saliera de mis obscuros pensamientos- opta por regresar a casa... madre debe de estar preocupada

Lo observé confuso y seguí tratando de dar batalla con las pocas energías, Kalah me observaba a la distancia cada que podía distraerse, supuse que pensaba lo mismo que Kiliam.

Pero no podía, el orgullo no me lo permitiria

Así que me avalance hacia el primer ser que enfocarnos mis ojos.
☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆

La fina tela que cubría mi cuerpo no hacía más que sofocarme, me levanté sudando, sintiendo una nueva fuerza renovadora dentro de mi.

Observe a mi alrededor, las paredes blancas, me dieron la bienvenida; aún sin reconocerlo, dislumbre lo que me rodeaba: a mi derecha un estante de cedro color chocolate se encontraba repleto de libros, junto a la puerta, un arsenal de todo tipo de armas punzo cortantes me dieron la bienvenida a salir de mi ahora descubrierta, habitación en el Palacio.

Antes de que pudiera tomar la iniciativa de levantarme, la puerta se abrió con solemnidad y la reina envuelta en un fino vestido color vino, me escrutinio con aire de preocupación.

Sus ojos verdes buscaban cualquier signo de daño o fractura en mi cuerpo, le sonreí con cariño cuando al fin se mostró satisfecha de no haber encontrado nada.

- Duncan Velkornian...- empezó ella demostrando lo preocupada que se encontraba y me sentí muy culpable- ¿como se te ocurre hacer semejante barbaridad? - observó, su voz se escuchaba con un deje de regaño y felicidad.

- Madre- empeze tratando de poner toda la tranquilidad que necesitaba transmitirle - no me sucedió nada... malo...-  ella interrumpio el gran discurso que estaba ideando para arrepentirme de los hechos.

- Duncan.... tenemos que hablar... con todos ustedes, es importante que te diríjas al salón del trono.- confesó con tristeza
La observe retirarse con la misma solemnidad que la había ingresado a mi habitación.

Sea lo que fuera que quería decirnos padre, debería ser lo suficientemente malo para poner a madre en ese estado de tristeza.

☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆

- ¿nos vamos?- pregunto Rapha incrédulo, observando a padre con una peculiar sonrisa lastimosa.

- ¿Es por Duncan?- pregunto Kalah, haciendo que tuviera más dudas

- ¿qué hize está vez?- pregunté tratando de ponerle sentido a todo lo que escuchaba
Más mi padre se limitó a darnos una dura y severa mirada, dando por sentado que su desición no podría ser cambiada.

- Esto es por algo más grande que todos nosotros... así que prepárense parten mañana temprano.- dijo él sin ningún tipo de remordimiento.
Observamos como ansiosamente se levantaba de su trono, y se retiraba del recinto para que fueramos asimilando la noticia.

Observe como mis hermanos mayores se sumergian en los sinuosos pensamientos que ahora los embargan... pero yo no sabía que hacer.
Observaba la delicada puerta de roble por la que se había marchado padre y me debatía entre preguntarle a madre o esperar a que mis hermanos hablarán por cuenta propia.

La curiosidad me carcomia por dentro... pero sabía ser paciente, asi que opte por la última opción.
Después de todo mañana tendría que despedirme de madre y no quería que se le sumará una preocupación más, a parte de nuestra partida.

×××××××××××××××××

Holi... bueno es la primera vez que saludo y que me atreví a publicar una de mis historias... espero que les guste.

Se que es corta... pero trataré que las próximas sean más largas... sólo es falta de inspiración.

M.