XVII. Reto.

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La pareja llegó a la mesa antes que Hermione y Ron. En ese momento todos mantuvieron un silencio un tanto incómodo y Theo le dedicó una pequeña sonrisa a Hermione.

—¿Qué tal vuestro baile? —les preguntó Ginny, tratando de disimular la tensión que podía cortarse en el ambiente.

—Nos... hemos divertido —respondió la castaña.

Mientras tanto, Malfoy arrimó una silla para Greengrass y la ayudó a sentarse. Luna y Neville seguían bailando, la acompañante de Hufflepuf de Theo se había marchado a pasar un rato con sus amigas, Ginny y Pansy parecían estar muy ocupadas arreglándose los peinados mutuamente y Harry, Zabini y Theo simplemente estaban sentados admirando el panorama de parejas que bailaban en la pista. George se había levantado y se había acercado a su pareja.

—¿Qué te parece si vamos a por unas bebidas y damos un paseo antes de volver a bailar? —le dijo con una sonrisa.

—Vamos.

Despidiéndose de los demás y viendo cómo Ron tomaba una silla para sentarse, ambos se alejaron de aquella situación tan violenta. La cabeza de Hermione daba vueltas mientras su acompañante la guiaba entre la muchedumbre a paso tranquilo. ¿Por qué Malfy le había pedido a Astoria Greengrass que fuera su pareja? ¿Acaso seguía sintiendo algo por ella?

—Uff, qué incomodidad —suspiró George con una pequeña sonrisa.

Habían llegado a la barra y el pelirrojo se dispuso a pedir.

—¿Qué hay entre Malfoy y Greengrass? —le preguntó a la castaña.

—Ni idea —se sentía incómoda hablando de aquel tema.

—¿Pero es cierto que decidieron anular su compromiso?

—Eso parecía, pero ahora no estoy tan segura —tomó su copa y dio un trago—. Puede que lo que quisieran fuera casarse por amor, no un matrimonio concertado. Quizás esta sea su oportunidad de hacer las cosas bien entre ellos.

—No lo creo —se apoyó en la barra para mirar hacia la mesa, donde parecía que las cosas comenzaban a mejorar—. Míralo, Hermione. No se le ve precisamente cómodo ni mucho menos feliz. Cualquiera diría que lo han obligado.

—¿Obligado? —frunció el ceño y miró a la misma dirección que el mago—. ¿Por quién? Su padre está en Azkaban y estoy segura de que su madre solo quiere lo mejor para él, que tome sus propias decisiones a partir de ahora, ¿no crees?

—Los Malfoy siempre han sido complejos. Supongo que eso es algo que solo entiende él.

—Es su vida —asintió, volviendo a mirar al pelirrojo—. Que haga lo que quiera.

George sospechaba que aquellas palabras estaban dichas con resignación. Conocía a Hermione y sabía que algo estaba pasando entre ella y Malfoy, aunque no le preguntaría. Cuando la castaña quisiera contárselo, él estaría allí.

Al otro lado del salón, Malfoy aparentaba estar tranquilo, pero su sangre hervía por dentro. Nada más llegar al baile había visto a Granger del brazo de Ronald Weasley, sonriendo. Y, para colmo, luego el hermano del Weasley se la había llevado de allí. Pero era su pareja, ¿no? Si ella estaba de acuerdo, él podría llevarla a cualquier lugar. Y estaba claro que Hermione Granger había querido ir con él. Entonces, ¿por qué le molestaba tanto? ¿Se sentiría mejor si se la hubiera llevado por la fuerza y él hubiera podido intervenir?

«¡Absurdo!», se dijo.

Más de una vez se sorprendió a sí mismo buscándola con la mirada hasta dar con ella. Estaba en la barra con su pareja y sostenía una copa en su mano derecha. Parecía relajada, contenta... Aquel vestido negro se ceñía completamente a su figura. Debido a los bailes, un mechón de cabello había escapado del moño bajo y cubría parte de su rostro. Tenía una sonrisa preciosa, pero algo le decía que no se lo estaba pasando tan bien como debería.

DESTINO  [ Dramione ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora